Hace alrededor de una semana, el miedo se apoderó de decenas de familias estadounidenses, después de recibir en sus casas unos misteriosos paquetes con semillas de China. Tenían una mínima idea de su procedencia por las letras que acompañaban a los envíos. No obstante, estas no dejaban claro por qué las estaban recibiendo. Ninguno de los destinatarios había pedido nada de ese país, por lo que empezaron a alertar a las autoridades de su región.
En total fueron 27 los estados en los que se hicieron este tipo de reclamaciones. Tras analizar la situación, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomendó a la población que, en caso de recibir uno de estos sobres, los guardaran sin abrir y contactaran con sus funcionarios agrícolas locales. Con alta probabilidad no se trataba de nada peligroso para la salud de las personas, pero quizás sí podría ser un riesgo para la flora autóctona. Era necesario analizar las semillas y eso es precisamente lo que han hecho. Ahora, gracias a eso, conocen mucho mejor el contenido de los sobres, aunque aún quedan algunas preguntas por resolver.
Desvelado el misterio de los paquetes con semillas de China
Hasta ahora, los responsables de investigar la situación creen que los envíos deben formar parte de un fraude comercial, llevado a cabo por algunas empresas.
Estas envían paquetes a destinatarios aleatorios y, después, usan su información para rellenar reseñas falsas en páginas webs como Amazon. Al ser el contenido de estas muy positivo, sus productos, que no tienen por qué ser semillas, se posicionan mucho mejor y aparecen antes en las búsquedas de posibles compradores. Esto, más allá del hecho de haber accedido a sus datos sin consentimiento, no supone un peligro para quienes reciben los paquetes, pero sí podría serlo para el medio ambiente si deciden sembrar las semillas.
Podría suponer un riesgo si, aparte de lo obvio, los sobres también contienen insectos o sustancias contaminantes que puedan hacer enfermar a la vegetación autóctona. Además, si las semillas pertenecieran a plantas de especies invasoras, estas podrían desplazar a las que se encuentran típicamente en la zona.
Por eso, el primer paso ha sido esclarecer el origen de cada semilla. En total, han identificado 14 especies, todas muy comunes. Por ejemplo, había mostaza, repollo, menta, salvia, romero, lavanda, hibisco o incluso rosas.
Un bonito rosal procedente de China puede ser un buen regalo y no tendría por qué afectar a otros cultivos. Sin embargo, las autoridades no están todavía seguras de que todos los sobres estén libres de cualquier otro componente perjudicial para la flora. Por eso, las recomendaciones siguen siendo las mismas; aunque, al menos, ahora se sabe que los remitentes, más allá del fraude, tienen buen gusto para las plantas.