Hacia finales de la semana pasada Huawei veía como vencía finalmente la que parece ser la última prórroga al veto original que Estados Unidos está dispuesta a conceder a la tecnológica.
En este nuevo marco, el gigante de las telecomunicacione no puede ya distribuir equipos a las operadoras rurales del país. Tras más de un año de preaviso, finalmente Huawei podría perder también la capacidad para actualizar sus dispositivos lanzados antes del anuncio de este veto –en mayo de 2019– con nuevas actualizaciones de Android, los servicios y aplicaciones de Google o quizá incluso sus actualizaciones de seguridad.
Huawei afirma ahora, a través de las redes, según cita el medio chino MyDrivers, que no habrá problemas con estos dispositivos. Asi lo afirmaría al menos el departamento de atención al cliente de la división de consumo de la marca, que es la que distribuye smartphones y otros equipos electrónicos directamente a los usuarios.
Si finalmente se cumple la promesa de Huawei, los dispositivos previos al veto no contarían con mayores trabas para actualizarse. Esto es, los que cuentan con los Google Mobile Services –GMS– y aplicaciones como Google Play, YouTube o Maps, entre muchas otras.
Huawei afirma, pero Google no confirma
Estos incluyen a los smartphones lanzados hasta mediados de 2019 –también relanzados –, lo que incluye a la serie Huawei P30 y modelos previos, aunque no ya a los Mate 30 o P40, que fueron lanzados sin los servicios y aplicaciones de Google. Para todos ellos, Huawei es clara:
"Huawei seguirá proporcionando actualizaciones del sistema y parches de seguridad. Todos los teléfonos Huawei con Google Play preinstalado pueden seguir usando la Play Store para descargar y actualizar aplicaciones."
Si bien Google ha aceptado en declaraciones a medios que estos aplazamientos sobre el veto han llegado a su fin, no se ha pronunciado todavía sobre las implicaciones de esto.
El pasado lunes el Gobierno de Estados Unidos reafirmaba su postura sobre Huawei, estableciendo nuevas restricciones sobre el fabricante que ponen, todavía más, presión añadida sobre toda su cadena de diseño, producción y suministro de tecnología basada en propiedad intelectual estadounidense. Añadía así hasta un total de 38 socios de la marca que ahora están obligadas a obtener permisos específicos para el comercio con esta.
Estos serán más que probablemente denegados si no se alcanza un acuerdo político entre los gobiernos de Estados Unidos y China. Especialmente para aquellos que se han situado como intermediarios entre la tecnología más crítica, como la de TSMC, y la producción de chips no diseñados por la propia Huawei, como podía ser MediaTek.