Las funciones del orgasmo en los seres humanos han sido algo muy discutidas durante años. Evolutivamente, se considera una estrategia para retener el esperma en el tracto reproductor femenino. Tras la eyaculación, las contracciones vaginales y del cuello del útero ayudan a empujarlo hacia su destino y, además, el cóctel hormonal que viene después suele inducir la necesidad de reposo. Así, al mantenerse la mujer en posición horizontal, aumentan las posibilidades de que no se pierda. Eso está muy bien; pero, si somos realistas, salvo que haya un deseo reproductivo, el único objetivo que buscamos todos con ello es el placer. Y para obtenerlo, hay muchas formas de llegar al orgasmo.
Tradicionalmente se piensa que es algo que solo puede lograrse estimulando los genitales. No obstante, hay un sinfín de maneras de conseguirlo sin ni siquiera acercarse a ellos.
Mil y una formas de llegar al orgasmo
Tal es el placer que nos genera el orgasmo, que hemos llegado a idealizarlo. Queremos que todos nuestros encuentros sexuales, ya sea en pareja, en soledad o en grupo, terminen con él. Pero no tiene por qué ser siempre así. Es importante partir de esta base antes de conocer las diferentes formas de llegar al orgasmo, pues si no es posible que acabemos frustrándonos. “Una concepción de la sexualidad muy orgasmocéntrica es caldo de cultivo de frustraciones”, explica a Hipertextual la psicóloga, sexóloga y educadora sexual Laura Marcilla. “Por eso no debe considerarse la finalidad del sexo”.
A pesar de esto, y por paradójico que parezca, muchas personas tienden a obsesionarse con el orgasmo, pero no llegan a “explotarlo” al máximo. Nos centramos en que se obtiene a través de la estimulación de los genitales y no es así.
Hay personas que lo alcanzan a través de la estimulación de los pezones. Esta es una zona conocida por ser muy erógena, por lo que no parece algo tan raro. Sí que puede parecerlo que se obtenga al contacto con otras zonas como las orejas o el dedo gordo del pie. “Tenemos potencial para alcanzarlos con cualquier zona de nuestro cuerpo”, aclara Marcilla. “Hay zonas con mayor cantidad de terminaciones nerviosas, con lo cual es más fácil. Claro ejemplo es el del pene y el clítoris. Es más fácil alcanzarlo que con otras partes, pero potencialmente toda nuestra piel tiene la capacidad de hacernos sentir placer y el orgasmo no es más que es eso, un momento muy extremo de sensación subjetiva de placer”. Además, algunas actividades que nada tienen que ver con el sexo también pueden terminar en orgasmo. “Dentro de las formas menos comunes de llegar al orgasmo a mí me llaman mucho la atención los abdorgasmos, que se sienten mientras se realizan ejercicios de abdominales”, señala la sexóloga. “Desde luego, a las personas a las que nos cuesta mantener la rutina de ir al gimnasio, a lo mejor nos motivaríamos mucho más si los tuviéramos”.
Hazte con todos… o mejor no
La experta consultada por este medio ha remarcado que, aunque a veces leamos sobre abdorgasmos, orgasmos clitorianos y otros muchos tipos, orgasmo solo hay uno. “Hay muchas formas de llegar al orgasmo, pero orgasmo solo hay uno”. Insiste en ello porque, a veces, nos podemos obsesionar en querer alcanzarlos todos con el fin de tener una experiencia plena y, al ver que no podemos, es posible que nos sintamos mal y no disfrutemos, perdiendo así toda la esencia del sexo.
No obstante, es totalmente aceptable que queramos explorar y buscar otras formas de conseguirlo. “Mi consejo es que no se busque”, cuenta Laura Marcilla. “Yo siempre digo que el orgasmo es como nuestra sombra, si la buscas puede que no la encuentres, pero cuando dejas de buscarla viene detrás de ti”.
Lo importante, por lo tanto, es que sintamos curiosidad y exploremos nuestro cuerpo, pero sin pautarnos el objetivo de llegar al orgasmo. Así, poco a poco iremos aprendiendo cuáles son las zonas que a nosotros nos generan más placer y podremos ir explotando ese conocimiento. Cada cuerpo es único, no todo el mundo lo logra de la misma manera y no hay unas formas mejores que otras. “Esto no es una competición deportiva y no por llegar de más formas la experiencia será mejor: no hay por qué coleccionarlos como cromos".
¿Quiénes lo consiguen de más maneras?
Tanto hombres como mujeres, cis o trans, pueden llegar al orgasmo de diferentes maneras. Cada cuerpo es único y no hay un sexo más proclive que otro a lograrlo de una forma más variada.
“Sí que es cierto que se suele decir que las personas con vagina (mujeres cis y hombres trans) lo podemos lograr de diferentes formas con más facilidad, porque no tenemos periodo refractario”, indica la sexóloga.
Con ello hace referencia a ese tiempo de recuperación que requieren los hombres desde que eyaculan hasta que pueden tener otra erección.
No obstante, aquí es importante incidir en que un orgasmo masculino no tiene por qué ir acompañado de eyaculación y que, por lo tanto, también ellos pueden tener orgasmos múltiples. “Las personas con pene también pueden tener varios orgasmos seguidos cuando aprenden a separar el orgasmo de la eyaculación”.
Dejando a un lado el tema de conseguirlo una o varias veces, la posibilidad de llegar al orgasmo estimulando zonas que no sean los genitales es válida tanto para personas con pene como para quienes tienen vagina. No obstante, por un componente cultural, puede ser más común en las segundas. “Debido a la educación que recibimos las mujeres para no tocarnos los genitales, es posible que tengamos más fácil explorarnos de otra forma”, narra Marcilla. “En general los hombres tienen una relación mucho más cercana con sus genitales. Primero porque están mucho más visibles y segundo porque no han recibido tantos mensajes sexofóbicos como los de las mujeres cis. Hay mujeres cis que no se masturban porque les da asco tocarse la vulva o lo hacen encima de la ropa interior, por ejemplo”.
La importancia de la respiración para llegar al orgasmo
En ciertos círculos se habla mucho de la meditación o la respiración orgásmica. Es verdad que muchas personas logran llegar al orgasmo sin ni siquiera tocarse, simplemente a través de la imaginación o la meditación. Sin embargo, al igual que con el resto de formas citadas, ni todo el mundo lo consigue, ni es necesario que lo haga.
En cambio, sí que es importante aprender a controlar la respiración para evitar problemas que puedan enturbiar el placer. “La respiración es súper importante en la respuesta sexual. Hay personas que al excitarse hiperventilan y alejan el orgasmo”.
Por eso, se debe aprender a disociar ciertas respuestas corporales de la respiración. “No se trata de tener que hacerlo siempre despacito para respirar a un ritmo lento, sino ser capaz de disociar estas dos respuestas y, aunque tengas un ritmo más frenético, poder respirar con un ritmo de relajación que no te lleve a la hiperventilación”.
Esto es algo que se puede entrenar. Además, si hay problemas, siempre puede intervenir un profesional de la sexología. De hecho, durante la entrevista Laura Marcilla hace hincapié varias veces en la importancia de acudir a uno de estos terapeutas cuando sea necesario, sin miedo. “Ocurre como con los dentistas. No vas solo a uno cuando tienes dolor de muelas, a veces es necesario hacerse revisiones para que todo vaya bien. Con el sexo ocurre lo mismo, acudir a estos profesionales puede ayudarte a conocer mejor tu cuerpo y eso no significa que tengas ningún problema”.
‘Manías’ para llegar al orgasmo
Aparte de poder llegar al orgasmo por la estimulación de diferentes partes del cuerpo, también hay personas que creen que necesitan ciertas acciones.
Por ejemplo, hay quien siente que no puede hacerlo sin gritar o sin arañar a su pareja. No obstante, esto son ciertos “vicios” que se pueden corregir. “Realmente, cada persona expresa el placer de maneras muy diferentes”, comienza la sexóloga. “Sí que es verdad que cuando se expresa siempre de una forma similar, es posible que creemos una asociación entre esas conductas y el orgasmo, de manera que el mero hecho de hacer eso ya haga que sea más fácil que se dispare el placer”.
En principio no son conductas que haya por qué abandonar; pero, por ejemplo, en según qué circunstancias, gritar no siempre es lo más apropiado. Y esas personas pueden perfectamente llegar al orgasmo sin gritar, pero para ello deben serenarse. De un modo similar a cuando nos obsesionamos en conseguir orgasmar de la mayor cantidad posible de maneras, si esas personas se agobian pensando que no lo lograrán sin gritar posiblemente no puedan hacerlo. Por eso es tan importante trabajar la relajación.
El caso de los parapléjicos
En Intocable, la película de Olivier Nakache y Éric Toledano, hay una escena muy conocida en la que el protagonista tetrapléjico dice que siente placer cuando le acarician los lóbulos de las orejas.
Ciertamente, se conocen numerosos casos de personas con daños en la columna vertebral que, al no tener la posibilidad de sentir nada al contacto con los genitales, lo hacen con otras partes de su cuerpo. Se ha estudiado la posibilidad de que el cerebro genere nuevas vías para llegar al orgasmo. ¿Pero es realmente eso lo que ocurre?
“Cabe preguntarse si realmente experimentan nuevas formas de llegar al orgasmo o si ya tenía antes esa capacidad pero no la habían descubierto porque, por lo general, nunca nos paramos a explorar esas posibilidades cuando tenemos ‘un camino más rápido’”.
Incluso en el caso de las mujeres se estudia la posibilidad de que algunas pueden experimentar algo conocido como orgasmo cervicouterino. “La vagina es una zona con pocas terminaciones nerviosas, precisamente porque si no fuera así los partos serían aún más dolorosos”, explica Marcilla. “Por este motivo, el orgasmo se suele alcanzar más fácilmente mediante la estimulación del clítoris que por la de la vagina. Sin embargo, el cuello del útero sí que tiene terminaciones nerviosas”.
Esto lleva a que puedan darse dos hechos muy opuestos, que algunas personas puedan sentir placer cuando la penetración llega hasta ahí o que otras experimenten dolor.
En cuanto a las parapléjicas, se han dado casos de mujeres que pueden tener orgasmos durante la penetración, por lo que se estudia que pueda deberse precisamente a este tipo de estimulación.
No te obsesiones y disfruta
En conclusión, hay mil y una formas de llegar al orgasmo, cada persona es única y no todos los conseguiremos por igual. Lo importante es que aprendamos a disfrutar de nuestro cuerpo, que trabajemos sobre nuestros complejos y que no nos obsesionemos.
Por lo demás, no hay recetas mágicas y solo un paso a seguir: tócate, no te cortes.