Ninguno de los aspectos de la vida está fuera del alcance del humor y, en el cine, hay películas cómicas de todos los colores. Sin embargo, aunque disponemos de algunas hilarantes sobre astronautas, la mayoría de sus historias se han planteado con seriedad por la razón que fuere. Eso sí, no cabe duda de que la más descacharrante es Eternos, un cortometraje dirigido por el español Javier Fesser para la obra episódica Al final, todos mueren (2013), en la que sirve de prólogo y, su propio epílogo, de ello en el filme de colaboración. Y, a su vez, se basa en un corto animado, I Love You, Miss Collins (Miguel Esteban Díez y Eduardo García Eyo, 2012), y su resultado le da verdaderamente mil vueltas.

El artífice de largometrajes tan estupendos como El milagro de P. Tinto (1998), Camino (2007) o Mortadelo y Filemón contra Jimmy, el Cachondo (2014), además de la sobrevalorada Campeones (2018), tomó en sus manos expertas el libreto original para hacerle tres modificaciones decisivas, resolvió mantener el formato animado pero con un realismo tremendo de la imagen y la dotó de un doblaje mejorado de su habitual Javi Coll (White Lines) como el capitán y de él mismo con la voz distorsionada para el sargento, aumentando la comicidad hasta ponerla por las nubes terrestres que los protagonistas admiran desde lo alto.

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Y, con el último giro impresionante, uno llora de la risa. Así, Eternos supera sin discusión a antecedentes como Bugs Bunny: Conejo astronauta (Chuck Jones, 1948), El gran caos (Alexander Kluge, 1971), Un astronauta en la corte del Rey Arturo (Russ Mayberry, 1979), El astronauta (Stuart Gillard, 1997), 2001: Despega como puedas (Allan A. Goldstein, 2000), Mars (Geoff Marslett, 2010), Atrapa la bandera (Enrique Gato, 2015), Scrat-Tástrofe Cósmica o Scrat: Spaced Out (Mike Thurmeier y Galen T. Chu, 2015, 2016). Y el caso es que Javier Fesser nos ha ofrecido otros cortos memorables, como Depresión (2010) o El monstruo invisible (2020), y cuando modula bien su mala baba surrealista, triunfa así.