Airbnb se ha puesto serio con las medidas de control contra la pandemia en sus alojamientos asociados. Y no es para menos, hay mucho en juego dentro de la compañía más allá de los posibles contagios.
Con la mayor parte del ocio nocturno cerrado hasta nuevo aviso por parte de las Autoridades competentes, entendiendo que la falta de distancia social, ventilación y medidas de seguridad, la actividad de discotecas y bares se ha trasladado a la esfera privada. Airbnb quiere impedir precisamente que los contagios afecten a la imagen de empresa. La propia compañía detectó que, ante el bloqueo del ocio nocturno, algunas de las reservas estaban funcionando precisamente como un sustituto. "Este tipo de conducta es increíblemente irresponsable, y no quiere ese tipo de negocio, ni aquellos relacionados con él, en su plataforma", explica la compañía. Por este motivo, entienden que la prohibición global de las fiestas es necesaria y un beneficio para la salud.
Especialmente en España, país que ha sido elegido para iniciar el proyecto piloto por su alta incidencia en lo que a esta actividad respecta y los picos de contagios.
La tecnológica, que ahora mismo se juega su salida a bolsa con unas cuentas con las que 2020 no será benévolo, ha decidido cortar de raíz la situación. Con pérdidas en reservas de más de 1.000 millones de dólares solo en el segundo trimestre del año y la cancelación de la mayor parte de la actividad para lo que resta para 2020, habrá que ver qué efecto tiene esta medida en el rendimiento de la compañía especialmente en los meses de verano.
A través de un comunicado, Airbnb ha informado que, con efecto inmediato en todas las reservas a partir de ahora, la organización de fiestas o eventos en los alojamientos reservados a través de la plataforma quedan totalmente prohibidos. Asímismo, la compañía también añade la limitación de un máximo de 16 personas por reserva con el objetivo de controlar los contagios sociales y la masificación de personas en un espacio cerrado.
Los vecinos, la policía de balcón de Airbnb
¿Cómo controlará la compañía el cumplimiento de esta medida? No está claro este punto, aunque no es poca la relación de Airbnb con las denuncias de vecinos afectados por residencias asociadas. Pese a que casi el 75% de las viviendas registradas en Airbnb tienen prohibida la celebración de fiestas con invitaciones a terceros, es larga la lista de problemas que acumulan. Desde el inicio de la pandemia, la opción eventos desapareció de las búsquedas, lo que no implicaba su prohibición.
Ya en Estados Unidos y Canadá, la plataforma activó un sistema de soporte y ayuda a los vecinos para administrar las quejas. Ahora, Airbnb se plantea ampliar esta cobertura. Así como analizar las reservas de alto riesgo: lo que implica el veto a reservar alojamientos enteros a menores de 25 años en la misma zona en la que residen.
Son, de hecho, los vecinos los que tienen el papel de vigilantes y sobre los que recae el peso del cumplimiento de esta medida.
Igualmente, de incumplirse la normativa, Airbnb se plantearía retirar a los usuarios de la plataforma e incluso tomar medidas legales contra los organizadores del evento privado y los anfitriones de la vivienda.