Ghost of Tsushima no es cualquier lanzamiento. Nos encontramos ante una nueva propiedad intelectual cuyo objetivo es cerrar con broche de oro la exitosa biblioteca exclusiva de la PlayStation 4. Era un reto complicado, pero el título tiene el respaldo de Sucker Punch, un estudio que sigue creciendo y que nuevamente se atreve a experimentar con una propuesta de mundo abierto. Una prometedora ambientación en el Japón feudal te espera con los brazos abiertos, ¿logra cumplir con las expectativas? Te lo cuento en este análisis.

Crear una nueva franquicia de videojuegos es algo complicado en los tiempos actuales por los que atraviesa la industria. El mercado se ha vuelto más exigente y las producciones, principalmente las Triple-A, han crecido sobremanera en todos los sentidos. Sony, pese a contar con un amplio catálogo de propiedades intelectuales en los que el triunfo está prácticamente asegurado, permitió que Sucker Punch, un viejo conocido por la saga Infamous, propusiera la idea de crear un estandarte adicional para la casa PlayStation. Su nombre es Ghost of Tsushima, un ambicioso proyecto que ya se encuentra entre nosotros después de tres años de espera.

Resulta curioso que Sucker Punch se encargó de abrir el telón de la PS4 con Infamous: Second Son, y cuando la mayoría creíamos que la tercera entrega estaba cerca, finalmente nos sorprenden con un juego completamente diferente. Ghost of Tsushima nos traslada a un mundo abierto en el Japón feudal, una ambientación poco habitual en épocas recientes. El equipo creativo ya tenía experiencia con el género, y se nota que aprendieron de los altibajos de su trabajo anterior. Seré tajante: el escenario que se muestra ante nuestros ojos lo es todo; el mundo abierto es el pilar fundamental de Ghost of Tsushima de principio a fin.

Ghost of Tsushima se ambienta durante la invasión del Imperio Mongol a la isla de Tsushima durante el siglo XIII. Jin Sakai, un guerrero samurái, es el protagonista del juegoLo anterior no significa que el resto de apartados no importen, pero lo extraordinario del mundo abierto eclipsa todo lo demás. Así pues, el inmenso escenario nos recibe con una historia que, pese a no ser perfecta, fue capaz de mantener mi interés en gran parte de la campaña. El juego introduce a Jin Sakai, un joven samurái que todavía está viviendo un proceso de aprendizaje. Y es que estos guerreros japoneses no solo son máquinas de combate; su entendimiento de los valores, principalmente del honor, son un parteaguas que definen su forma de vida y las decisiones que toman en ella.

La historia, apegada a un contexto histórico real, inicia con la invasión del imperio Mongol a Tsushima durante el siglo XIII. El poderío militar de los mongoles es claramente superior al de la isla, por lo que no tarda demasiado en caer aun cuando los diferentes clanes de la región oponen resistencia. Jin Sakai sobrevive milagrosamente, y su próxima misión es bastante clara: liberar a los suyos. La campaña de Ghost of Tsushima se compone de tres actos que tienen lugar en diferentes regiones del mapa. El pilar argumental, evidentemente, son las misiones principales, pero también tendrás a tu disposición una cantidad abrumadora de objetivos secundarios.

Si bien la aventura se centra en la figura de Jin Sakai, poco a poco comienzan a aparecer otros personajes con sus propios caminos narrativos. Cada uno enfrenta diferentes situaciones tras la invasión mongola, así que la cooperación mutua se vuelve crucial para salir adelante. Por desgracia, en este punto donde aparece uno de los pocos problemas del juego. Las historias de ciertos personajes aportan poco o nada al argumento principal. Esto genera que el ritmo se interrumpa en varias ocasiones y que se torne innecesariamente largo. Debes completarlas si quieres seguir avanzando, sí o sí.

Si a esto sumamos la curiosidad de hacer las misiones secundarias, conocidas en el juego como Relatos —que aportan mayor profundidad a lo que sucede en la isla—, entonces el ritmo de la historia principal puede llegar a fragmentarse. Considero, además, que a la historia y personajes del juego les hacen falta más personalidad, una que pueda trascender como sucede en otras franquicias de PlayStation. No está mal para ser el primer acercamiento de Sucker Puch con una nueva marca, pero siguen teniendo un margen de mejora en el apartado narrativo. Eso sí, hay grandes momentos de la campaña que dejaré que tú mismo descubras.

Ghost of Tsushima abraza varios elementos de los RPG, incluyendo el sistema de progresión que otorga acceso a nuevas habilidades. A lo largo de tu aventura, y de acuerdo a las misiones y actividades en las que te involucres, subirás tu nivel de leyenda. Este último tiene dos tipos de recompensas: los puntos de técnica y las posturas. Los primeros permiten desbloquear habilidades según tu estilo de juego. Y es que pese a lo destacado que puede ser el combate samurái, en el título también tienes la oportunidad de acabar con los enemigos recurriendo al sigilo.Lo que puedo destacar es que la gran mayoría de misiones, tanto principales como secundarias, te premian con recompensas que influyen en las mecánicas, sobre todo en aquellas relacionadas con el enfrentamiento con enemigos.

Previamente señalé que el mundo abierto lo era todo en Ghost of Tsushima, pero el sistema combate es casi igual de sobresaliente. Los movimientos de Jin se ven y se sienten fluidos, y responden adecuadamente a nuestra interacción con el mando. Lo mejor de todo es que la jugabilidad mejora con el paso de las horas por la enorme cantidad de habilidades que puedes desbloquear. En determinado momento te convertirás en una auténtica máquina de batalla.

¿Un samurái atacando por las espaldas sin ser visto? Pues sí, y esa deshonra genera confusión en Jin. Los samurái fueron entrenados con el honor como ideal primario, y atacar a los enemigos de esa manera atenta contra sus convicciones. Sin embargo, Tsushima está en guerra, así que el protagonista se ve obligado a olvidarse de los valores aprendidos en ciertas ocasiones. Las habilidades que puedes desbloquear están ligadas a tu estilo de juego. ¿Deseas mantener intacto el honor de los samurái? Entonces acude a las habilidades de ataque y defensa. Si el sigilo es lo tuyo, elige aquellas que te permiten pasar desapercibido con el enemigo. El juego no te castiga si decides el segundo camino, e incluso varias misiones te obligan a ser sigiloso y observar a través de las paredes presionando el Touchpad.

Las cuatro posturas disponibles se pueden cambiar en cualquier momento, incluso durante el combate. Si, necesitarás dominar los controles del mando para perfeccionar tu técnica en las batallas, pero cuando lo logras es increíble. Gran parte del éxito del combate tiene que ver, de hecho, con la variedad de enemigos y el reto que cada uno representa. Además, a tu disposición tienes un amplio abanico de habilidades para sacar provecho. Las más avanzadas pueden generar unas cinemáticas espectaculares en las que Jin no tiene piedad con los mongoles. La ferocidad —y facilidad— con la que se deshace de ellos es un impacto visual.En segundo lugar están las posturas, que son las que terminan explotando la maravilla del combate. Cada postura es un conjunto de habilidades que influyen en tu batalla contra enemigos específicos.

En Ghost of Tsushima te enfrentarás con diferentes tipos de guerreros como espadachines, lanceros, escuderos y arqueros, entre otros; cada uno con sus movimientos de ataque y defensa. Resulta primordial observarlos para encontrar sus puntos débiles y saber cómo atacar —y defenderse—. Las posturas precisamente ofrecen habilidades dependiendo el rival. Por ejemplo, la postura del viento te da acceso a movimientos especiales para hacer frente a los lanceros. Usa adecuadamente el combo de la postura para quitar la lanza del camino y quedarán totalmente vulnerables a tu katana.

¿Pero qué serían de esas habilidades sin las armas correctas? La katana y el arco son las armas primarias de Jin, aunque poco a poco va consiguiendo otras herramientas que pueden cambiar el transcurso de una batalla. Si deseas causar un gran daño a varios adversarios puedes apoyarte en las bombas de pólvora; si te están rodeando y el panorama se complica tienes las bombas de humo para dificultar su visión. Evidentemente, cada arma de Ghost of Tsushima se puede mejorar acudiendo con los personajes indicados. Estás viviendo una invasión mongola, olvídate de tener un sistema económico complejo para comprar mejoras. En su su lugar, la isla está llena de provisiones, materiales y recursos naturales con los que puedes obtener ese upgrade que tanto necesitas para tu katana o armadura.

Quise dejar la exploración del mundo abierto para el final, pues creo que merece algunos párrafos para hablar de lo mucho que se disfruta recorrer cada rincón de Tsushima. Las actividades secundarias, aunque opcionales, aportan variedad a la experiencia jugable. Los Relatos no son complejos, y algunas veces se vuelven algo repetitivos. Sin embargo, son el mejor pretexto para subir a tu caballo y conocer los hermosos paisajes de la isla. Ghost of Tsushima tiene los viajes rápidos de menor duración que he visto en un mundo abierto. Lo curioso es que pocas veces recurrí a ellos; prefería tomarme el tiempo de recorrer las largas distancias, conocer lugares nuevos y despejar la niebla.Y para finalizar con el apartado del combate no puedo dejar de lado la Determinación, el grupo de pequeños círculos amarillos que aparecen en la interfaz y a los que siempre debes prestar atención.

En Ghost of Tsushima la salud no se regenera, no obstante, los círculos de Determinación se pueden usar para recuperar salud o incluso para usar habilidades especiales. Pero ojo, porque la Determinación también se agota y solo podemos recuperarla mediante el combate. Tu desempeño en un enfrentamiento, ya sea atacando o defendiendo, te permitirá obtener Determinación. Cuando estás a punto de morir, tu próximo movimiento se vuelve vital, así que es conveniente planear estrategias.

No recuerdo un título de mundo abierto que me haya generado sensaciones tan positivas mientras lo exploraba. Se disfruta aún más porque el HUD está oculto y solo aparece cuando es necesario. El viento se encarga de guiarte en lugar de mostrar indicadores, todo un acierto en experiencia de usuario. En mi travesía me encontré con zorros que me guiaban hacia altares en los que podía obtener espacios para talismanes —ventajas para el personaje que se obtienen al completar misiones—, o los manantiales cuyas aguas relajantes curaban a Jin y aumentaban su salud máxima. También era común observar a mongoles hostigando a los pobladores de la isla, lo cual originaba un combate para poder liberarlos y desbloquear nuevas misiones. ¿Quieres más acción? Busca los campamentos del rival y elimina a todos los enemigos. Los asentamientos tienen líderes de mayor dificultad que, al ser derrotados, incrementan tu nivel de leyenda. Como puedes ver, explorar siempre tiene su recompensa.

Me atrevo a decir que, en lo que se refiere concretamente a lo visual, Ghost of Tsushima tiene el mejor mundo abierto que hemos visto en la actual generación. Solo hay que ver cómo la comunidad está divirtiéndose a lo grande con el Modo Foto. El apartado audiovisual es fantástico. La atención por los detalles, la forma tan exquisita en la que retrataron el Japón feudal, la banda sonora tan apegada a la época y su oportuna intervención, todo es sobresaliente. Al igual que los otros estudios de Sony, Sucker Punch sacó el máximo provecho de la PlayStation 4 en su recta final, y esto no hace más que incrementar las ilusiones de cara a la próxima generación.

Conclusión

Ghost of Tsushima es una propuesta queme ha sorprendido sobremanera. Sucker Punch logró crear un título sobresaliente que será recordado no solo por haber cerrado con broche de oro la generación de la PlayStation 4, también por elevar el listón de los mundos abiertos para toda la industria. La isla de Tsushima es la puesta en escena más espectacular que he visto en mucho tiempo en el susodicho género. El juego, pese a tomar algunas mecánicas que ya funcionaban en otros títulos exitosos, logra representar su propia identidad gracias a un Japón feudal que no para de sorprenderte.

Es cierto que la historia no es su mayor fuerte, pero eso no significa que sea decepcionante. La campaña guarda momentos bastante destacados que demuestran la importancia del honor para los samurái. Desde luego, queda presente un margen de mejora que seguramente atenderán en una hipotética segunda entrega. Quizá sea demasiado pronto para hablar de una secuela, sí, pero la marca tiene el potencial suficiente para seguir contando historias de guerreros fantasmas, ya sea en Japón o en otras ambientaciones igual de emblemáticas. Sin lugar a dudas, PlayStation Studios suma otra franquicia que llegó para quedarse.

Pros

  • El mundo abierto más espectacular de la generación.
  • Un apartado audiovisual y artístico sobresaliente.
  • La ambientación está apegada a un contexto histórico.
  • Un combate muy bien logrado gracias a las mecánicas y variedad de enemigos.
  • Gran cantidad de habilidades que aportan experiencias distintas a la jugabilidad.

Contras

  • Falta de profundidad en el personaje principal.
  • Algunas misiones pueden ser repetitivas e interrumpen el ritmo de la historia.