Llevan tiempo persiguiendo este momento y la crisis sanitaria por el coronavirus ha sido el empujón final para alcanzar su objetivo. La plataforma que aúna al colectivo de riders o repartidores de plataformas, RidersxDerechos, se ha reunido con la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con el objetivo de abordar el futuro laboral de sector.

Una reunión que, de hecho, no ha contado con la presencia de la contraparte de esta historia. Glovo, Deliveroo y incluso el sector del transporte de pasajeros con Uber y Cabify a la cabeza, no formaban parte del encuentro. De hecho, explican fuentes cercanas a las conversaciones, no hay ninguna intención de sentarse con ellos en el futuro.

Tres años, según su comunicado, les ha costado sentarse con un ministro de trabajo y tratar la cuestión de la laboralidad de los riders en persona.

Ahora, el colectivo de RidersxDerechos parece quedarse tranquilo con las declaraciones de la ministra. El objetivo del ejecutivo de Pedro Sánchez, y en concreto de su división de trabajo, es la creación de una ley que clarifique la relación de dependencia de los riders con las plataformas. Asímismo, esto estaría recogido en el Estatuto de los Trabajadores.

Esta propuesta sería, de hecho, una ruptura con el posicionamiento de las diferentes plataformas de reparto. Las cuales solicitan desde las últimas elecciones presidenciales, la reforma laboral para el sector de los riders con un modelo similar al francés.

En este momento el grupo de plataformas opera bajo el modelo Trade (Trabajador autónomo económicamente dependiente al 75% de sus ingresos respecto a una misma compañía) tras las protestas de los propios repartidores y con el objetivo de evitar sanciones económicas de la Inspección de Trabajo –las mismas que se han ido produciendo estos años–. Sus peticiones pasan por ampliar las cobertura del Trade con mayores protecciones para el colectivo de trabajadores autónomos bajo un modelo creado ad hoc para "la nueva economía".

Lo cierto es que la medida propuesta por la propia Ministra de Trabajo sería un distanciamiento respecto a la posición de estas plataformas.

Rider falsos autónomos

Más control a las plataformas

El reconocimiento de la laboralidad de los riders, según RidersxDerechos, pasaría por reconocer el alta de todos los repartidores desde el momento en el que empezaron a trabajar. Esto implicaría que el proceso sería retroactivo con la obligación a las plataformas de contratar a todos aquellos de los que prescindió por no estar de acuerdo con los términos laborales.

No hay cifras de cuántos riders dispone cada plataforma, pero este nuevo modelo sería –en primera instancia– insostenible para las plataformas. El coste laboral de sus riders, hasta ahora relativamente baratos, sumado a la actividad del pasado afectaría a una cuentas ya mermadas por la caída de la actividad del coronavirus.

Durante su reunión con la Ministra exigieron igualmente un mayor control de la actividad laboral dentro de las plataformas que se traduzca en la regularización de papales de los trabajadores de estas plataformas que, según sus datos, han estado operando con ellos por debajo de la legalidad.

Así como el control de la subcontratación de cuentas de trabajadores y que tantos quebraderos de cabeza han traído incluso a las propias plataformas. Un sistema que, lejos del control de las tecnológicas, ha permitido que un mismo usuario pueda "prestar" su perfil de trabajador para que otros trabajen.

El coronavirus lo aceleró todo

La llegada de la Covid-19 ha alterado todos los sectores laborales. El de los riders no iba a ser diferente.

El propio Gobierno de Pedro Sánchez declaraba durante los primeros días del estado de alarma que el sector de los repartidores –incluidos los servicios de reparto a domicilio de comida– estaban en la lista de servicios esenciales.

Ya en su momento, RidersxDerechos declaraba que el propio Gobierno había abandonado el sector a su suerte al no incluir medidas obligatorias de seguridad. Estas quedaban en manos de las propias plataformas que, según riders consultados por este medio, dejaban bastante que desear. La bajada de tarifas en Glovo fue, para este grupo, la gota que colmó el vaso.

Pocas mascarillas, poco control en la cadena de manipulación de los alimentos y envases y repartidores amontonados en las puertas de los locales esperando sus pedidos eran las imágenes que aportaba el sector.