Raspberry Pi tiene muchos usos, domésticos, multimedia, profesionales e incluso de seguridad. Un dispositivo tan sencillo a simple vista como una Raspberry Pi se puede emplear como servidor web, servidor de archivos y, cómo no, servidor VPN.

Normalmente contratamos un servicio VPN que ya cuenta con sus propios servidores. Los hay gratuitos y de pago. Pero también puedes preparar tu propio VPN con relativa facilidad. Sólo necesitas una Raspberry Pi con sus elementos básicos e instalar software adicional. Principalmente OpenVPN, empleando para ello PiVPN.

Con tu propio servidor VPN casero contarás con un extra de privacidad y seguridad que cifrará los datos que pasen a través de ese servidor. Podrás usarlo tanto si te conectas a internet desde tu propio domicilio como si lo haces empleando conexiones públicas.

Ingredientes para tu VPN doméstico

A nivel de hardware, necesitamos una Raspberry Pi con sus elementos básicos. A saber, además de la placa base, cualquier modelo sirve, necesitaremos su cargador de corriente y, si lo deseas, una caja que lo proteja del polvo.

Para manejarlo es básico conectarlo a un monitor o al televisor, vía HDMI, teclado y ratón para configurarlo y, cómo no, una tarjeta microSD donde instalar el software. Si la compras junto a la Raspberry Pi traerá consigo NOOBS, un asistente para instalar el sistema operativo fácilmente.

Instalar software en tu Raspberry, más fácil todavía con Raspberry Pi Imager

A nivel de software, como sistema operativo nos sirve cualquier Linux, como Raspbian, la distribución oficial de Raspberry Pi. También usaremos PiVPN, un script que facilita la instalación y configuración de OpenVPN.

Instalando PiVPN en tu Raspberry Pi

Partimos de una Raspberry Pi que ya hemos montado previamente. Además, la tarjeta microSD ya está insertada y hemos instalado Raspbian empleando el asistente NOOBS o con el Raspberry Pi Imager.

Así que sólo tenemos que encender la Raspberry Pi y ponernos manos a la obra para configurarla como servidor VPN. Para ello, la manera más sencilla es a través del script PiVPN, compatible con OpenVPN y WireGuard.

Antes de nada, deberíamos comprobar que todo está actualizado. Para ello, desde el Terminal ejecutamos la orden sudo apt-get update seguida de sudo apt-get upgrade.

Una vez comprobado que tenemos Raspbian al día, abrimos el Terminal e introducimos la orden curl -L https://install.pivpn.io | bash que mostrará el instalador automático de PiVPN. Entre otras cosas, el instalador nos preguntará si queremos emplear la conexión Ethernet o la WiFi, configurar una IP estática para así conectar a ella directamente cuando empleemos nuestro servidor VPN casero, etc.

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El instalador seguirá preguntándote qué puertos emplear, qué nivel de cifrado quieres en tu servidor VPN a elegir entre 1024-bit y 4096-bit y si quieres usar una IP pública o una DNS pública. En el segundo caso, podrás elegir entre varias opciones facilitadas pro el propio script PiVPN. A saber, puedes elegir los DNS públicos de Google, de OpenDNS, de Norton o uno que conozcas. Tras ese paso, la instalación de PiVPN ya habrá terminado.

Tras reiniciar tu Raspberry Pi, ya tendrás en marcha tu propio servidor VPN. Pero para conectarte a él, necesitarás un archivo con extensión OVPN que hace de llave para acceder al servidor VPN. Ese archivo lo deberás usar en cada dispositivos que quieras conectar al servidor en su cliente correspondiente. La mayoría de sistemas operativos actuales integran su cliente, aunque para acceder a un servidor VPN con OpenVPN seguramente debas usar su cliente oficial, disponible para la mayoría de plataformas.

Para generar el archivo OVPN que necesitamos deberemos abrir el Terminal y ejecutar la orden pivpn add. El proceso es rápido y sólo tendrás que indicar una contraseña para acceder al servidor VPN. Procura que sea difícil de averiguar.

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