El coronavirus prácticamente ha monopolizado la ciencia. Por eso, una noticia en la que se afirma que la NASA ha descubierto un universo paralelo en el que, además, el tiempo -y todo en general- funciona al revés que aquí debería ser fascinante, ¿no? Pero, ¿hasta qué punto es cierto lo que Hhan estado reproduciendo los medios?
En Hipertextual hemos hablado con Alberto Corbí, profesor investigador en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que no está implicado en estos experimentos, pero sí que es doctorado en Física, para saber un poco más sobre este asunto. También ha hablado sobre este tema en su canal de divulgación Date un Vlog, Javier Santaolalla, doctor en Física de partículas.
Ambos explican que se trata de una investigación que no es nueva, ya que los resultados se publicaron en diciembre de 2018. Pero ha salido ahora a la luz, posiblemente por la falta de noticias no relacionadas con el coronavirus, tal y como teoriza Corbí.
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ANITA
ANITA es el experimento del que se extrae la conclusión de que la NASA ha dado con un universo paralelo. Pero antes de entrar en más detalles sobre ese tema, lo primero es hablar sobre este proyecto y para qué sirve.
En varias versiones, ANITA lleva funcionando desde 2006. “Es un conjunto de antenas que se suspenden de un globo en la Antártida a 40 kilómetros de altura durante meses”, explica en su vídeo Santaolalla. ¿Su objetivo? Estudiar neutrinos de ultra alta energía. Como los neutrinos apenas interactúan, se necesita sentirlos de una forma distinta, indirecta: “Cuando un neutrino atraviesa el hielo emite por efecto ondas de radio”, cuenta Santaolalla. Y esto es, exactamente, lo que detecta ANITA: las ondas producidas por estas partículas. Por eso, además, la Antártida es el lugar adecuado, no solo por el hielo, ya que “se necesita un medio transparente a las ondas de radio, como el hielo”. Sino que, ademas, “también necesitas un entorno de baja contaminación electromagnética, bajo ruido. Es decir, sin señales de televisión, móviles, radio… Para todo esto el polo sur es ideal”, afirma el doctorado en Física de partículas.
Los eventos que busca ANITA son “decenas de miles de veces más energéticos que las partículas del LHC, son eventos muy raros”, comenta Santaolalla. En todos los vuelos que han hecho hasta ahora las diferentes versiones de ANITA, se han conseguido unas 40 detecciones. Solo en dos ocasiones se ha detectado algo extraño que es de donde está procediendo todo el ruido mediático. Por sus características, comenta el Físico de partículas, parecen indicar que provienen ·de un neutrino TAU que no proviene del cosmos del interior de la Tierra”. Sin embargo, “la Tierra no es transparente a estos neutrinos tan energéticos”.
¿Universo paralelo?
Todavía no sabemos por qué se ha producido la detección de este tipo de neutrino. Eso sí, los científicos llevan trabajando en hipótesis que lo expliquen durante varios años. Y es aquí donde entra una de las hipótesis más alocadas como pueden ser que la Tierra atrapara neutrinos remanentes del Big Bang formando materia oscura. Esta teoría es la que dice que el Big Bang podría haber creado dos universos paralelos iguales, “no multiversos”, matiza Corbí. Este segundo universo tendría entre sus características que la dirección del tiempo fuera contraria a la nuestra, pero también que las cargas positivas fueran negativas. “Es una teoría alocada”, explicado el profesor de UNIR.
“Nadie ha confirmado la existencia de un universo paralelo”, afirma Santaolalla y Corbí se muestra de acuerdo con esto. “Con dos eventos no se hace física. Y no puedes decir categóricamente que existe un universo paralelo”, indica el profesor de UNIR. “Hay muchas otras razones por las que ese neutrino puede haber venido. Incluso puede ser un error experimental: se ha medido mal la energía de ese neutrino o no se ha medido correctamente las otras partículas que debería haber generado”, afirma. En definitiva, lo más probable es que nos encontremos ante un error experimental y no ante el fascinante descubrimiento que todos esperamos que los científicos hagan durante estos días de aburrimiento enclaustrados en casa.
El mayor problema de este tipo de noticias es que replican una información que parece que va a cambiar nuestro conocimiento del mundo sin contrastar ni entender de dónde vienen esos resultados. Y mucho menos pararse unos minutos a consultar a algún físico que pueda confirmar o desmentir la noticia.