Según reporta la BBC, a pesar del confinamiento y del freno de la actividad institucional en Singapur, el poder judicial de dicho país no ha frenado las sentencias a la pena capital ni en los peores momento del confinamiento, y Zoom es el protagonista.
En el país asiático, algunos delitos relacionados con el tráfico de drogas todavía llevan aparejada la pena de muerte. Y como no pueden celebrarse juicios presenciales, las cortes está utilizando Zoom para comunicar las sentencias de los procedimiento abiertos.
Zoom para comunicar la pena capital
Tal como apunta el medio británico, un hombre de 37 años ha sido condenado a muerte a través de Zoom al encontrársele culpable de un delito de tráfico de drogas en 2011. Se trata del primer reo que ha recibido la sentencia a través de una aplicación de videollamadas remota. Algo duramente criticado por los grupos pro derechos humanos.
Y es que dado el confinamiento, la mayoría de las audiencias y juicios en Singapur se han aplazado hasta el 1 de junio, excepto aquellos considerados esenciales y que están relacionados con una serie de delitos de especial gravedad.
Debido a la política de Singapur contra el tráfico de drogas, esta clase de delitos se consideran de especial gravedad y sus audiencias judiciales no se han aplazado. Tampoco las comunicaciones de las penas relacionadas con estos delitos que se están realizando por videoconferencia, lo que está generando duras críticas.
En declaraciones para la BBC, Phil Robertson, director de Human Rights Watch Asia ha apuntado:
"Es impactante que los fiscales y la corte sean tan insensibles que no vean que un hombre que enfrenta la pena capital debería tener el derecho de estar presente en la corte para enfrentar a sus acusadores".
No es la primera vez que durante esta pandemia se ha utilizando esta herramienta para comunicar las condenas a penas capitales. Nigeria también ha estado utilizado este sistema según el mismo medio.
Mientras duren los confinamientos, muchos de los países que aún conservan la pena de muerte comuniquen las sentencias a través de videoconferencia. Todo por no poder acudir a las cortes judiciales con total normalidad.
