Cuando Blanca llega a la consulta del psicólogo, lo primero que hace es meterse dentro del baño. Se lava las manos. Entra en la sala de espera y, minutos después, vuelve al servicio para lavárselas otra vez. Las otras personas en la sala de espera se sorprenden, aunque Blanca no es la única que tiene patología. Todos ellos tienen trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y esta es una de las escenas de la película "TOC TOC", estrenada en 2017. La rutina de limpieza de Blanca, personaje interpretado por Alexandra Jiménez, es bastante común en personas con TOC. Hace unas cuantas semanas, una persona que parece tener una obsesión con desinfectarse continuamente podría parecer extraña. Sin embargo, el coronavirus nos cambió la manera de ver las cosas y ha generalizado rituales de limpieza como lavarse las manos -que para algunos era completamente desconocido-.

Las medidas de contención para evitar los contagios están siendo duras para todo, aunque muchos psicólogos han alertado de la dificultad añadida para las personas con trastornos psicológicos. En el caso del TOC, algunos pueden ver que aumenta su preocupación, ya sea por la limpieza o, en el caso de los que tienen una variante relacionada con hacer daño a otras personas, pueden preocuparse más por poder contagiar a allegados o a las personas más vulnerables. César González-Blanch Bosch, psicólogo clínico, explicó para Hipertextual:

"También, en personas propensas al TOC, esta situación de alarma puede ser un precipitante para el desarrollo del trastorno, si bien muchas personas de las que pueden tener ahora más preocupaciones y conductas compulsivas de limpieza para evitar el contagio en esta situación de alarma, cuando el estresor desaparezca, volverán a la normalidad".

Para este paciente de 45 años, la COVID-19 ha empeorado su situación. "Mi nivel de ansiedad y alerta ha aumentado considerablemente, ahora noto como más reales esos miedos que tanto he luchado por eliminar de mi mente". El paciente, que prefirió mantener su nombre en el anonimato, explicó para Hipertextual por correo electrónico que la principal sensación es la incertidumbre de encontrar el punto de equilibrio entre lo que es tener una higiene cuidadosa y una patológica. "También he de decir que, a lo largo de muchos años de luchar contra este trastorno he adquirido potentes armas para luchar contra la ansiedad e incluso en ciertos momentos la tolero mejor que gente de mi alrededor que no padecen el trastorno".

En este sentido, añadió que intenta ver el lado positivo de la situación, tal y como apuntó el psicólogo clínico, para poner en práctica lo aprendido en terapia y encontrar la motivación día a día para seguir luchando porque, sostiene, sabe que esto pasará.

"Llevo años confinado en mi mente y en mis pensamientos recurrentes por lo que no me asusta un periodo de cuarentena encerrado en casa".

Los rituales de limpieza son uno de los principales retos en esta pandemia porque hay que hacerlos compatibles con las recomendaciones sanitarias generales. González-Blanch Bosch subrayó que esto puede suponer que ser más tolerante "con el uso de algunas conductas de evitación o de seguridad que normalmente encararíamos, a la vez que seguimos afrontando los pensamientos distorsionados y las demás conductas que van más allá de lo recomendado (por ejemplo, querer desinfectar uno a uno todos los artículos de la compra)".

Al respecto, Nieves Álvarez, psicóloga y directora del centro Tratamiento TOC, añadió que aunque nos permitan relajar nuestros hábitos desde las instituciones sanitarias, las personas con TOC pueden querer mantenerlos además de añadir más medidas que ellos creen que son necesarias.

"Se aferrarán a las informaciones más catastrofistas para tratar de justificarse y justificar a su familia que tienen que hacer las cosas como ellos piensan. Nuestro trabajo será el mismo que antes de la pandemia, hacerles diferenciar la realidad de sus pensamientos".

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La pandemia provocada por el coronavirus ha provocado que muchas personas con el trastorno den "veracidad" a sus miedos y a sus rituales relacionados con la limpieza, apunta la psicóloga, y añade, como si ellos siempre hubiesen tenido razón y ahora todos tenemos que dársela. Por lo tanto, muchos pacientes han notado que están mucho peor desde que ha empezado la crisis. Una mujer de 35 años del centro donde trabaja Álvarez es una de ellas. Ha preferido guardar también su nombre en el anonimato.

A través de correo electrónico, explicó que antes de la pandemia estaba trabajando con su psicóloga que sus ideas eran irracionales y exageradas y que la mayoría de las limpiezas que hacía no eran necesarias, como tocar los pomos de las puertas con una toallita húmeda.

"Antes al menos haciendo esas cosas yo me sentía limpia y a salvo. Ahora sólo con pensar en salir de casa ya me angustio y prácticamente no he salido de casa, intento apañarme con lo que tengo, porque cuando necesito salir estoy agobiada desde el día antes, apenas duermo, voy a toda prisa cuando salgo y al volver tengo que limpiar todo varias veces. Me da miedo hasta abrir la puerta de casa, es un horror. Y no hago más que pensar en cómo lo haré cuando tenga que volver a trabajar".

Todo el mundo tiene miedo y una sensación de incertidumbre ante el futuro. ¿Cómo será nuestra vida después de la crisis del coronavirus? ¿Cuándo podremos volver a tener una rutina como la que teníamos hace unos meses? La paciente también tiene estas dudas pero, según afirma, multiplicadas por mil y pensando en cosas negativas. "Solo quiero estar encerrada en casa y no salir más".

Al pie del cañón, a pesar de todo

Dhaya Eddine Bentaleb/ Unsplash

Los dos pacientes que han contado sus experiencias para Hipertextual mantienen su terapia digitalmente. El paciente de 45 años afirmó que se ha adaptado perfectamente a la sesiones online y que no notado ninguna diferencia en el tratamiento. Nieves Álvarez secundó esta opinión y apuntó que desde el centro no han notado mucha diferencia en las sesiones porque no es la primera vez que ofrecen terapia de manera digital.

César González-Blanch Bosch agregó que hay suficientes estudios que corroboran la eficacia, al menos a corto plazo, de las terapias online comparadas con las presenciales, en el caso de personas con TOC. Sin embargo, los riesgos son, en primer lugar, que las terapias se abandonen y que no se ofrezcan de la forma adecuada. "Un TOC establecido, de intensidad moderada o graves que es cuando se pide ayuda, no suele remitir espontáneamente o con apoyos informales".

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La ayuda psicológica es clave para paliar los efectos del TOC en medio de la pandemia. No sabemos cuándo acabará esta crisis ni cómo puede afectar esta situación para el trastorno. Sin embargo, el psicólogo clínica recomienda que, hasta que dure la crisis, los pacientes deben intentar no sobreexponerse a la información sobre la COVID-19. Es difícil en este momento vivir al margen del coronavirus y todos los canales informan las 24 horas del día sobre la pandemia. No obstante, para el experto es clave que se eviten las anécdotas escabrosas y especulaciones catastrofistas. Además, también es importante mantener el contacto con los amigos y la familia para que las conversaciones no giren siempre en torno a la COVID.

En general, los psicólogos recomiendan tener en cuenta las recomendaciones sanitarias, como lavarse las manos, pero evitar ir más allá y que eso pueda provocar un aumento de los pensamientos que fomentan el TOC. Al final y al cabo, en una situación de crisis como la actual, es muy difícil tener una absoluta seguridad. Según González-Blanch Bosch, "lo único seguro es que la obsesión forma parte del trastorno y lo mantiene".

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