Mientras el mundo entero mira las novedades sobre la pandemia del coronavirus, en la República Democrática del Congo se han registrado tres nuevos casos de ébola, de los cuales dos personas han fallecido, según informa New Scientist.

Todo parecía indicar a primeros de marzo que la epidemia había finalizado, solo había que esperar otros 80 días más para confirmar que el ébola había finalizado después de que apareciera un nuevo brote en el país en agosto de 2018. Sin embargo, el pasado viernes saltaban todas las alarmas: las autoridades sanitarias del país anunciaron el fallecimiento de un joven de 26 años por ébola.

No ha sido la única víctima estos días, el domingo una bebé de once meses fallecía en el mismo centro sanitario de Beni, una ciudad del noreste del país. Y otra niña, en este caso de 7 años, se encuentra en tratamiento en estos momentos también en la misma ciudad.

El último caso detectado fue el pasado 17 de febrero y, desde entonces, se han estudiado multitud de alarmas. Los sanitarios revisan todos los días casos sospechosos como parte del sistema de vigilancia del ébola. Para ello se realizan informes de personas con síntomas que pueden ser de la enfermedad o las muertes en áreas del país que se consideran de alto riesgo, como es el caso de la ciudad de Beni. Actualmente, se están analizando 2.600 alertas en todas las provincias orientales del país, ha explicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El ébola cursa con síntomas como fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y garganta en un primer momento. Según avanza la enfermedad, es común que aparezcan también vómitos y diarrea, erupciones cutáneas, deterioro de las funciones renales y hepáticas y, en algunos casos, hemorragias internas y externas, según explica la OMS.

No solo el Ébola puede ser un aliado contra el cáncer

Ahora, se está buscando a todas las personas que hayan tenido contacto con las dos víctimas y con la niña que se encuentra atendida por médicos para vigilar su salud y ofrecerles la vacuna, en caso de que no se la hayan puesto todavía. Unos 300.000 congoleños ya han sido vacunados.

Las dificultades para terminar con el ébola, activo en el país desde agosto de 2018, ponen de manifiesto lo difícil que puede llegar a ser erradicar un virus de una zona. Además, este no es el único peligro sanitario que corren los congoleños: a parte e este pequeño rebrote de esta enfermedad -tendrán que esperar otros 42 días hasta poder decir que el brote ha vuelto a finalizar-, ahora también tienen el problema del coronavirus, para el que los sanitarios se estaban preparando desde que entró la enfermedad en el país en marzo. En estos momentos tienen una doble amenaza vírica en el país.

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