Mesías, que se convirtió en una discreta polémica para Netflix, acaba de ser cancelada después de una primera temporada que, aunque levantó un moderado interés en redes sociales debido a la premisa de mostrar un líder religioso de origen misterioso en medio de la época contemporánea, no logró impresionar demasiado a la audiencia o a la crítica como para conseguir una renovación.

‘El Mesias’, de Netflix, vuelve a encender la polémica sobre los límites en la libertad de expresión

Así lo explicó el actor Will Travel a través de su cuenta Instagram en lo que parece ser una declaración privada pero que recoge el sentir general del resto del equipo de producción y elenco de la serie, con respecto a la cancelación: “Hoy es un día muy triste. Acabo de recibir la noticia de que no habrá una segunda temporada para Mesías y solo quiero decir a los fans que gracias por el apoyo y el amor. Ojalá las cosas fueran diferentes”.

A pesar de que la serie tuvo una cierta repercusión debido a la incomodidad que produjo entre algunos grupos religiosos su interpretación sobre una figura divina en mitad del mundo contemporáneo, no resulta del todo sorprendente que el show que fuera acogido con tibieza, debido a su blando y deslucido guion. Mesias parece ser la primera víctima de una agresiva campaña de reducción de costes que Netflix se lleva a cabo en medio de la crisis que ha desatado en el medio del entretenimiento por la emergencia mundial del coronavirus.

La producción, que en diez capítulos narraba la trayectoria de un hombre desconocido que terminaba por convertirse en una figura de renombre mundial con un posible origen divino, sufrió un breve boicot antes de su estreno de parte de grupos musulmanes, que se quejaron de la forma en que el argumento parecía manejar y reflexionar sobre la santidad y además, del mal uso de términos y palabras que pudieran confundir a la audiencia sobre el verdadero objetivo de la narración televisiva y su visión sobre la religión.

Creada por Michael Petroni, Mesías era un thriller de suspense con tintes políticos en el que un agente del FBI trataba de descubrir las verdaderas intenciones de un hombre anónimo y en apariencia sin origen, que intentaba encarnar la fe de millones de creyentes alrededor del mundo en el regreso de un líder con las características de Jesucristo, que pudiera no solo unificar la fe sino además crear un cambio notorio en el mundo.

No obstante la serie tomó la decisión de asumir la perspectiva del programa desde la ambigüedad, por lo que nunca estuvo claro que en algún punto del argumento, si en realidad el misterioso personaje central, era en realidad un fraude o un hecho misterioso imposible de explicar a través de la cínica visión moderna sobre la religión y la fe.

Antes incluso de su estreno, ya Mesías había atravesado una situación complicada que incluyó una nota del canal aclarando que la trama estaba basada en una premisa de ficción y que no se relacionaba con ningún hecho real o actual que pudiera ocurrir en la complicada región del medio oriente “Mesías es una obra de ficción”, dijo un portavoz de Netflix en un comunicado a Deadline en ese momento. “No se basa en ningún personaje, figura o religión. Todo en Netflix muestra información para ayudar a sus suscriptores a tomar decisiones sobre lo que es correcto para ellos y sus familias”.

Grabada en escenarios reales del medio oriente como Jerusalén, la serie estaba más interesada en la espectacularidad del recorrido político del supuesto Mesías, que en decidir cómo analizar su comportamiento y sobre todo, el peso simbólico que adquiere luego de llevar a cabo una serie de hechos que podrían calificarse como milagros, aunque después puedan ser desmentido e incluso explicados por la ciencia contemporánea.

La perspectiva de Petroni, intentó enlazar de forma directa una reflexión sobre la interpretación del Islam en la actualidad y lo que parece ser su inquietante relación con hechos de violencia, un punto en particular que despertó suspicacias, desconfianza y al final rechazo en comunidades practicantes que consideraron que la serie podía utilizarse como otra forma de islamofobia.

No obstante, el argumento no lograba sostenerse sobre la perspectiva de una versión sobre la realidad basada únicamente en la fe: desde el ateísmo de la agente del FBI interpretado por la actriz Michelle Monaghan, hasta las diferentes reflexiones sobre la capacidad de la religión para convertirse en argumento político y sobre todo en una forma de manipulación en una época hipercomunicada, Mesías terminó por convertirse en una pequeña decepción que no sólo no logró satisfacer a la audiencia, sino tampoco al canal que en apariencia esperaba una mayor repercusión y sobre todo una discusión pública que no llegó a ocurrir.

Un recorrido incómodo

Con un final de temporada abierto y varias de las subtramas enlazadas en lo que parecía un conflicto político de graves proporciones, la serie parecía tener asegurada al menos una continuación. No obstante, la decisión de Netflix llega en un momento en que la industria hollywoodense comienza a recortar gastos y sobre todo a tener especial precaución en la forma en que se analiza el mercado y la industria, en medio de la crisis del coronavirus, que ha provocado que la mayoría de los grandes estrenos del año sean reprogramados o incluso cancelados.

Aunque Netflix no suele compartir sus datos de audiencia o la forma en que el público suscriptor reacciona a sus producciones, es más que probable que los números de Mesías no fueron lo suficientemente contundentes como para correr el riesgo de una segunda temporada en mitad de una circunstancia especialmente delicada como la que atraviesa el mundo en la actualidad.

Sin citar fuentes directa del canal, Deadline informó que aunque el show no fue del todo un fracaso en números de audiencia, el hecho que se tratara de una serie con un elenco internacional que implicaba una producción complicada en múltiples locaciones — lo que ameritaba viajes y traslados durante época de restricciones debido a la emergencia sanitaria que sufre la mayor parte del mundo —  puede haber sido el motivo principal para la decisión.

Quizás en una maniobra publicitaria Netflix hizo públicas las tensiones al momento de su grabación y también, la discusión que que el argumento estaba provocando en diferentes lugares con respecto a la mitificación y a la reflexión sobre la religión como instrumento de manipulación de masas. Pero al parecer el conflicto -artificial o no- careció del suficiente interés como para asegurar que la serie pudiera convertirse en otro éxito del catálogo del canal.

El elenco de la serie incluía Tomer Sisley, Michelle Monaghan, John Ortiz, Melinda Page Hamilton, Stefania LaVie Owen, Jane Adams, Sayyid El Alami y Fares Landoulsi.

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