Más pronto que tarde interactuaremos con dispositivos electrónicos a través de la voz. Los altavoces inteligentes y los asistentes integrados en smartphones permiten ejecutar cualquier orden. Sin embargo, mientras ese futuro no llega, seguimos escribiendo delante del ordenador mediante el teclado, y para escribir a alguien un correo electrónico o un WhatsApp, el teclado virtual sigue estando ahí, con sus mejoras y emojis varios.
El teclado, tal y como lo conocemos, tiene su origen en la primera máquina de escribir, herramienta de gran importancia durante el siglo XIX y primeras décadas del XX hasta la irrupción de los microordenadores, similares a las máquinas de escribir pero con una pantalla que reproducía lo que escribías en lugar de hacerlo directamente en papel. La máquina de escribir es hoy una pieza de coleccionista, y si no que le pregunten al actor Tom Hanks, cuya colección supera la cifra de 250 máquinas de escribir.
Pero la máquina de escribir, y su creador, son responsables de cómo escribimos hoy en día. Si cuando empezaste a aporrear el teclado necesitabas buscar las teclas correctas porque no lograbas memorizar su posición exacta, la culpa la tiene el estadounidense Christopher Latham Sholes, impresor de Wisconsin que vendió su primera máquina de escribir al Porter’s Telegraph College de Chicago en 1868. Sholes no fue el primero. Pero su máquina y, más concretamente, su teclado QWERTY, se convirtieron en un estándar de facto que dura hasta nuestros días en formato virtual.
Revolucionando la escritura
Escribimos con el teclado de manera natural. Algunos lo hacen más rápido y otros no tanto, unos emplean los dedos índice y otros combinan todos los dedos de la mano. En cualquier caso, no nos percatarnos de lo revolucionario que supone y que supuso en su momento trasladar la escritura manuscrita a la mecanografía que pervive hoy en día en digital.
Al igual que la imprenta cambió la difusión de textos, hasta entonces sólo manuscritos, la máquina de escribir agilizó la escritura por muy rápido que pudieras deslizar una pluma con tinta encima del papel.
La prehistoria de la máquina de escribir se pierde en el devenir de los tiempos. Hay quien habla del siglo XIV, etapa de la historia en la que empiezan a surgir artilugios que no van más allá de meros prototipos. En 1714, por ejemplo, el ingeniero inglés Henry Mill patenta un prototipo de máquina de escribir, o como la denominó él, máquina para transcribir letras. En Estados Unidos, la primera patente es de William Austin Burt en 1829. Por su parte, el italiano Pellegrino Turri inventó su propia máquina de escribir entre 1801 y 1808. También se le atribuye la invención del papel de carbón, también conocido como papel de calco.
Pero los historiadores consideran la primera máquina de escribir la que creó y vendió en 1867 el impresor estadounidense Christopher Latham Sholes con la ayuda de sus socios Carlos Glidden y Samuel W. Soule. Al igual que los prototipos de inventores anteriores, la máquina de escribir de Sholes era un híbrido entre un pequeño piano y una mesa de cocina. Precisamente los primeros prototipos incluían literalmente teclas de piano. Eso sí, esta primera máquina contaba con las decoraciones y florituras de la época.
Pero lo que nos interesa de esta historia es la disposición de las teclas. La primera fila corresponde a los números, curiosamente, del 2 al 9. Pero su nombre QWERTY se debe a la primera hilera de las letras. ¿Por qué QWERTY y no el orden alfabético?
Leyendas y motivos varios
Durante años se ha dicho que la disposición de las teclas en modo QWERTY se debían a las limitaciones técnicas de las máquinas de escribir. Si has usado una máquina de escribir, en alguna ocasión habrás pulsado dos o más teclas a la vez de manera que los tipos se han enganchado. Escribir muy rápido podía causar ese problema, o eso se empleaba como respuesta a que el teclado no emplease el orden alfabético y apostase por QWERTY. Se supone que para que escribir fuera más lento y evitase el embotellamiento de tipos.
Esta respuesta se dio por válida durante mucho tiempo, curioso que sea así, ya que la utilización de la máquina de escribir precisamente era porque resultaba más rápido escribir así que a mano. Que se difundiera esta leyenda tiene que ver con las primeras máquinas vendidas. Muchas de ellas fallaban al escribir rápido. Incluso figuras de la talla de Mark Twain compró una de ellas y la acabó devolviendo. Pero, según indica un artículo publicado en el sitio web de la BBC y escrito por Tim Harford, el motivo es más simple: “QWERTY ganó la batalla por el dominio en los 1880s”.
Esta otra respuesta, más simple, encaja con lo que hemos visto en otros casos de competencia tecnológica. Un gran ejemplo son Las guerras del vídeo, en las que durante décadas, el formato de vídeo ganador no siempre fue el mejor sino el que adoptó la mayoría. Y eso es lo que sucedió con el teclado QWERTY.
Pero que QWERTY sea el estándar ganador hasta nuestros días no explica por qué se eligió esa distribución de teclas. Curiosamente, la primera máquina que logró vender Sholes no incluía la combinación QWERTY sino QWETY o QWE-TY. Al menos así se puede ver en la ilustración que aparece en la publicación Scientific American de 1872 que habla de este invento.
Los ingenieros de la compañía Remington e Hijos, popular por sus revólveres y armas de fuego, fueron los encargados de depurar el prototipo de Sholes cuando éste firmó un contrato con Remington para que fabricaran las primeras máquinas. QWE-TY mutó en QWERTY, y aunque inicialmente los ingenieros de Remington apostaron por la combinación QWERTUIOPY, la negativa de Sholes hizo que QWERTY quedase como tal.
Pero vayamos al grano. Una de las explicaciones a la disposición de QWERTY, inicialmente QWE-TY, se debe a la telegrafía. Al transcribir el código morse, los operadores de telegrafía tenían a mano las teclas Z, S y E. Según el código morse estadounidense, estas tres letras son indistinguibles, de manera que el operador necesitaba contexto para decidir qué letra emplear. Que las tres teclas estuvieran tan cercanas ayudaban en esta decisión. Concretamente, el código morse americano indica la E con un punto, la S con tres puntos y la Z con tres puntos, una pausa y otro punto. Así, Z equivale a tres puntos, pausa, punto, lo mismo que ocurre si escribimos SE. Tiene sentido.
Otra leyenda urbana da como respuesta que la disposición de teclas QWERTY permitía a los vendedores escribir rápidamente TYPE WRITER QUOTE, todo ello empleando únicamente la primera hilera. Una respuesta ingeniosa pero que carece de evidencias.
Más respuestas interesantes. Los primeros prototipos empleaban teclas de piano. ¿Responde QWERTY a la disposición de las teclas del piano? No sé tocar el piano pero buscando distintas combinaciones no he encontrado ningún equivalente entre QWERTY y la disposición de las notas en un piano.
Lamentablemente, no hay una respuesta definitiva. Según a quién preguntes te dará una u otra respuesta. Todas tienen una argumentación que resulta creíble, incluso la más simple de ellas y que responde al azar. Sea como fuere, el impacto de QWERTY ha llegado hasta nuestros días para bien o para mal.