Cuando se dio a conocer el brote de coronavirus chino que ha matado ya a más de 560 personas y ha infectado a 28.292 en todo el mundo, se anunció que, aun siendo mucho menos letal que el SARS, podría ser fatal para pacientes inmunodeprimidos, niños y ancianos.

Esta suele ser una máxima en la gran mayoría de enfermedades víricas respiratorias. Por ejemplo, es el caso de la gripe; pues, a pesar de estar claramente más normalizada que 2019-nCoV, cuenta con una mortalidad mucho mayor, a causa de complicaciones que afectan especialmente a estos tres grupos de riesgo. En el caso de los menores de cinco años, se cree que se debe a que desarrollan respuestas inmunitarias más intensas, de modo que es más probable que manifiesten fiebres muy altas o daños en los tejidos derivados de la lucha de su organismo contra el patógeno. Esto era lo que cabía esperar inicialmente. Sin embargo, hasta el 22 de enero no se detectó ningún caso en la población infantil. Esto llevó a la publicación de un estudio en el que se concluía que los niños podrían ser menos sensibles al virus. El tiempo le dio la razón, pues hasta ahora han sido muy pocos los menores de quince años que han dado positivo. Las causas no se saben con seguridad, pero está claro que es una gran noticia. Por ellos y por todos los adultos que les rodean.

Baja sensibilidad a coronavirus

Desde el inicio del brote se han diagnosticado apenas un puñado de casos de coronavirus en niños: una niña de nueve meses en Beijing, el hijo de uno de los alemanes que contrajeron la enfermedad en su empresa y un niño de la ciudad de Shenzhen, que a pesar de haber dado positivo en las pruebas no ha manifestado síntomas por ahora. Ayer conocíamos también el caso de un bebé que fue diagnosticado solo 30 horas después de su nacimiento, posiblemente porque había sido infectado mientras permanecía en el útero de su madre, que también había dado positivo para el 2019-nCoV.

Durante el brote de SARS entre 2002 y 2003 pasó algo similar. De las más de 8.000 personas que contrajeron la enfermedad solo 80 eran niños. Ninguno murió y la mayoría de ellos manifestaron una sintomatología más leve que la de los adultos.

Por algún motivo parece ser que la población infantil es más resistente a estos coronavirus, ¿pero por qué? Las razones no están claras. Según ha explicado a Business Insider David Weber, profesor de epidemiología y pediatría de la Universidad de Carolina del Norte, al menos en este caso podría deberse al modo en que empezó el brote. No olvidemos que todo comenzó en un mercado de marisco en el que se venden animales vivos y que este tipo de lugares no suelen ser frecuentados por niños. No obstante, también podría deberse a que, por algún motivo, su organismo responda de un modo diferente a estos patógenos en concreto.

Es una gran noticia

Sea por el motivo que sea, que los niños resistan la infección del coronavirus es una gran noticia; pues, si enfermaran más, serían un foco de contagio muy amplio.

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No es fácil convencer a los niños de que deben lavarse las manos regularmente y evitar el contacto con otras personas, especialmente si son de muy corta edad, por lo que un número bajo de pequeños infectados es una ventaja muy importante para frenar este brote, que poco a poco parece estar llegando a su fase de meseta. Hasta entonces, confiemos en que los adultos sí se laven las manos. Ya puestos, así podremos evitar también muchos casos de gripe, una enfermedad de la que es mucho más probable que nos contagiemos en estos días.