Cuando en 2007 Netflix inició sus operaciones, entonces muy en pañales, para ofrecer sus contenidos en streaming, pocos podían imaginar que la entonces compañía de 'videoclub por carta' marcaría buena parte del futuro del entretenimiento audiovisual.

Hoy la empresa fundada por Reed Hastings supera los 150 millones de abonados en todo el mundo. Pero lo que entonces se veía como una rara avis se ha convertido en un formato en el que también han entrado desde las televisiones tradicionales, a las productoras más poderosas, e incluso empresas tecnológicas que hasta hace nada parecía poco creíble que fueran a producir sus propias series.

Tras los estrenos el pasado mes de noviembre de Disney+ y Apple TV+, Netflix está más acompañada que nunca. La competencia se suma a la que ya existía con las propuestas de HBO en distintos países -que se completará con HBO Max también en 2020- o Prime Video, el servicio de Amazon que se ha ganado su propio espacio, además de todos los operadores más o menos locales que han seguido el formato de VOD. A saber, CBS All Access o Sling en Estados Unidos, o Movistar+ Lite o Atresplayer Premium en España.

Según algunas lecturas, lo que estamos viviendo estos años no es más que una vuelta de tuerca a la eterna guerra que siempre ha vivido el sector de la televisión. La aparición de los primeros canales por cable en los 70, la liberación de las frecuencias para cadenas privadas, o la llegada del TDT y los canales anexos. El sector audiovisual en la pequeña pantalla siempre ha vivido una continua aparición de nuevos actores, con la diferencia quizá, de que el auge actual ha llegado de la mano de una fiebre por las series provocada por el ascenso de calidad de las mismas desde los años 2000 (gracias LOST, gracias Los Soprano).

Pero no cabe duda de que en 2019 se vivió una preparación de lo que sería el gran desembarco que ya comenzaremos a ver en la mayor parte del globo en 2020, con al menos cinco grandes productores de contenidos hechos por y para el disfrute a través de internet, si es que esto no quiere decir ya lo mismo que en cualquier tipo de dispositivo, formato o consumo. La llamada 'Guerra del streaming' parece que dejará en los próximos meses de velar armas para enfrentarse en sus primeras batallas. Así llegan cada uno de sus contendientes.

Netflix, HBO, Apple TV+, Disney y subiendo: la guerra de las plataformas de ‘streaming’

Netflix: la dependencia del contenido propio, para lo bueno o para lo malo

Fotograma de la serie The Witcher

Netflix es la gran pieza de todo este engranaje, un papel que le otorga haber sido pionera y el galgo al que el resto de ofertas y plataformas similares han intentado seguir. Sin embargo, la 'gran N roja' ha empezado a ver cómo su modelo de negocio ha comenzado a tener que pivotar con la nueva competencia.

Cada vez hay más plataformas luchando por los derechos de series externas -como se ha visto en los cambios de derechos en series como Friends o Rick y Morty, ambas migradas a HBO-. En la actualidad, Netflix ha comenzado a llenar su parrilla de contenidos con decenas de nuevas producciones propias, algunas de una calidad más que remarcable. Pero aumentar el número, también ha traído consigo un mayor porcentaje de títulos que pasan sin pena ni gloria.

Los números no engañan. Netflix cuenta en su catálogo actualmente con más de 1.000 producciones 'originales' -bien producidas en exclusiva o adquiridas con limitación de derechos- y ha aumentado su inversión en estos formatos de los 8.000 millones de dólares de media a 15.000 en 2019, incluyendo un crecimiento más que notorio en sus títulos desarrollados en cada uno de los países en los que está implantada, como es un claro ejemplo España, donde desde el pasado mes de abril se sitúa su primer gran centro de creación en Europa.

Netflix, HBO o Amazon suben su apuesta por las series españolas

Las dudas sobre Netflix que tienen algunos analistas radican más en cuánto podrán mantener cautivos a sus suscriptores sin evitar que prueben alguna de las nuevas ofertas, algo a lo que se suma la incertidumbre sobre si su nivel de inversión podrá ser rentable y sostenido a largo plazo.

La propia compañía lo explicaba en uno de sus últimos resúmenes de resultados: “Durante los próximos 12 meses, Disney, Apple, WarnerMedia, NBCU y otros se unirán a Hulu, Amazon, BBC, Hotstar, YouTube, Netflix y muchos otros para ofrecer entretenimiento en streaming. La competencia por ganar tiempo de los consumidores es feroz para todas las empresas y excelente para los consumidores […] Nosotros, como HBO, estamos publicitando gratis. Eso sigue siendo una parte profunda de nuestra propuesta de marca; cuando lees especulando que nos estamos moviendo para vender publicidad, tenga la seguridad de que esto es falso. Creemos que lo haremos tener un negocio más valioso a largo plazo al no competir por los ingresos publicitarios y en su lugar totalmente centrado en competir por la satisfacción del espectador”, describían.

HBO

Porque lo que está claro es que si sumamos todas las propuestas de suscripción que se nos ofrecerán en este 2020, la cantidad de un hogar puede irse a una suma que ya es equivalente a la del paquete más premium de cualquier operadora. Esta es la sencilla cuenta que hacíamos en Hipertextual hace unos meses con los servicios solo disponibles en España antes incluso de la llegada de Apple y Disney:

  • Netflix: desde 7,99 hasta 13,99 euros al mes
  • HBO España: 7,99 euros al mes
  • Amazon Prime Video: 3 euros al mes prorrateados en un pago anual
  • Rakuten Wuaki: 6,99 euros al mes
  • Sky: 6,99 euros al mes
  • beIN Connect: desde 9,99 euros al mes
  • DAZN: desde 9,99 euros al mes
  • Filmin: 7,99 euros al mes.

De estar suscritos a todos los servicios, la factura a final de mes sería de 55,9 euros. Por supuesto, parece complicado que alguien llegue a esos gastos por las diferencias de contenido y por las facilidades que dan estas plataformas para un consumo en familia, pero la guerra por quedarse con tu atención y con tu suscripción a final de mes, qué duda cabe, ha comenzado.

Disney o el gran desembarco

El gran caballo que ha entrado en la carrera es, qué duda cabe, Disney. Con un catálogo más que extenso y las franquicias de Marvel y Star Wars, Disney+ ha sido un éxito desde su lanzamiento en Estados Unidos, en gran medida gracias también a su ajustado precio, de apenas 6,99 dólares la mes. Una cifra que es incluso menos de la mitad de algunos planes de Netflix, que en los últimos años ha tomado la política de ir aumentado sus precios gradualmente.

A España y el resto del mundo la plataforma del ratón con guantes llegará a finales de marzo, en un movimiento que en un principio dejó descolocados, y que hizo que algunos de sus nuevos productos, como The Mandalorian hicieran aumentar de nuevo la piratería como no se había visto, precisamente, desde la aparición de los sistemas de pago por streaming.

Con la Fase 4 de Marvel en gran parte cimentada por las series que veremos en la plataforma, algunas ya durante este año, parece claro que la cifra de suscriptores de Disney superará con mucho los 20 millones que tiene actualmente ya en Estados Unidos -teniendo en cuenta que el primer mes está ofertado-.

HBO, Prime Video y Apple TV+: estrategias distintas

HBO y el servicio de Amazon son los dos actores ya asentados que también están envueltos en esta batalla por nuestra atención. La primera, tras seguir llevándose el trono de la crítica gracias a Juego de Tronos, está en el proceso de buscar una heredera, con un catálogo más escueto pero que apuesta por apuntar lo más posible a la calidad en sus contenidos propios.

A ello se suma la puja que ha realizado por algunas externas como Friends, mientras que Prime Video sigue siendo un producto secundario para Amazon, que no obstante gracias a su gran músculo financiero ya ha comenzado a tocar tierra en mercados locales con producciones propias como es el caso de España.

La burbuja de la era Netflix: de 200 a 500 series al año

El último de los grandes actores es seguramente el que haya pasado más desapercibido. Desde que Apple presentara su nuevo sistema de contenidos en streaming con implicados de la talla de Spielberg, se vio como una apuesta más de la compañía de Cupertino por auspiciar su movimiento hacia los servicios como complemento cada vez más importante de sus ingresos por dispositivos. Por el momento, y sin datos oficiales, da la impresión de que Apple TV+ ha tenido una acogida tan discreta como su catálogo -por número más que por calidad-, aunque seguramente estén buscando su primera gallina de los huevos de oro, esa gran serie que se comente de boca a oído, para reclamar en serio su parte del pastel.

¿Habrá 'Peak TV' o fatiga de la suscripción?

Con todo, la gran diferencia entre todos ellos y seguramente el talón de Aquiles para Netflix sea que, más allá de ser las más grande, es la única compañía cuyo centro de negocio esté en el contenido. Tanto para Amazon como para Apple sus servicios de streaming son una aventura de la que pueden esperar grandes cosas pero también retirarse sin apuros, mientras que HBO o Disney cuentan con sus sistemas de estudios propio en cable y cine respectivamente para seguir llenado sus cuentas.

En este tira y afloja, las pujas por los contenidos y la posible inclusión de publicidad entre episodios es vista por algunos como el próximo gran paso. La gran pregunta, no obstante, quizá sea, ¿hay pastel para todos o estallará la burbuja, si es que la hay? Un fenómeno que viene de la mano de lo que ya se conoce como la 'fatiga por suscripción', el cansancio y negación natural de un producto que de forma recurrente va restando dinero de tu cuenta corriente, y que en cualquier momento está expuesto a ser visto por el consumidor como un gasto innecesario o prescindible si no se le aporta lo que espera. Veremos, en un año, quién ha salido mejor parado de este primer asalto.