La calculadora de bolsillo es posiblemente el primer artilugio electrónico que entró en las aulas, un terreno en el que la tecnología ha entrado muy poco a poco y con muchos recelos por parte de educadores y progenitores. Y aunque en las aulas actuales es fácil encontrarse con computadoras, pizarras electrónicas o proyectores, la pionera fue la calculadora de bolsillo, imprescindible en los últimos años del instituto y en ciertas carreras de la universidad debido a la complejidad de las matemáticas y otras ciencias.
En este artículo no nos vamos a parar a explicar el origen de esta tecnología, que desde el ábaco manual evolucionó hasta la calculadora de bolsillo pasando por calculadoras mecánicas con distintos diseños y funcionamientos del siglo XVII y XVIII y más adelante las primeras calculadoras electrónicas que fueron miniaturizándose desde los pesados ordenadores de tubos de vacío que ocupaban salas enteras hasta la calculadora de bolsillo actual que todavía sigue en activo pese a la popularidad de los teléfonos inteligentes, una tecnología superior pero menos práctica en determinadas situaciones.
A continuación nos fijaremos en algunas de esas primeras calculadoras de bolsillo que se popularizaron entre los años 70 y la actualidad, en concreto en determinados modelos, no porque fueran los mejores, sino porque fueron los primeros de su clase y tuvieron un gran impacto en el sector gracias a su reducido tamaño. Por motivos de espacio, sólo podemos exponer una selección, pero es inevitable que ampliemos esta lista en el futuro.
Y si te interesa conocer el motivo por el que cierta calculadora científica es la más vendida en Estados Unidos desde hace varias décadas, échale un vistazo al artículo La increíble historia de TI-84 Plus, la calculadora gráfica de Texas Instruments que monopoliza el sector.
Canon Pocketronic (1970)
La primera calculadora de bolsillo de la historia es técnicamente la Canon Pocketronic de la fabricante japonesa Canon, conocida también por sus cámaras analógicas y digitales de fotografía y vídeo, sus impresoras, escáneres y proyectores, y sus calculadoras de bolsillo.
La Canon Pocketronic se lanzó en Japón en 1970 y en Estados Unidos en 1971 y se basó en la Cal-Tech de Texas Instruments (1965), una de las primeras calculadoras de tamaño reducido y que se podía manejar con una mano. La calculadora de Canon funcionaba con 13 pilas recargables y, en vez de pantalla LCD o LED disponía de una cinta de papel térmico que se podía reponer y donde aparecían los cálculos realizados con la calculadora: suma, resta, multiplicación y división, con o sin decimales.
Su precio original fue de 395 $, pesaba prácticamente un kilo y gracias a su reducido tamaño, fue un éxito inmediato. Podía trabajar con números de entre 6 y 12 dígitos y fue la primera calculadora basada en circuitos LSI, acrónimo de Large-Scale-Integrated, lo que permitía integrar en un mismo chip varias funciones o elementos que antaño iban por separado, reduciendo así el tamaño del dispositivo. En concreto, la Canon Pocketronic tenía unas medidas de 10 centímetros por 20’8 centímetros por 4’8 centímetros.
Sanyo ICC-0081 (1971)
Compacta aunque con un peso de 1’2 kilogramos, la calculadora de bolsillo Sanyo ICC-0081 lanzada a principios de 1971 tenía el nombre de mini calculadora por su reducido tamaño: 24’6 por 14 por 6 centímetros. Además, funcionaba con baterías internas en vez de las habituales pilas de otros fabricantes, si bien había una versión que funcionaba con 4 pilas AA.
A simple vista, esta calculadora de bolsillo mostraba únicamente un teclado numérico con las operaciones matemáticas básicas, pero en el panel frontal escondía una pantalla de 8 cifras que mostraba los números en un rojo eléctrico pero que admitía hasta 16 números. Su precio inicial fue de 425 $ y la pantalla empleaba tecnología GDT, acrónimo de Gas Discharge Tube o tubo lleno de gas.
Texas Instruments Datamath (1972)
Una de las fabricantes de calculadoras más famosas es la estadounidense Texas Instruments, y en su catálogo de calculadoras de bolsillo, conviene empezar con su modelo Datamath, cuyo nombre en código es TI 2500. Esta calculadora de bolsillo es precisamente una de las primeras calculadoras de bolsillo, lanzada en 1972 y con un precio inicial de 149,95 $, lo que hoy equivaldría al precio de una computadora portátil de gama media.
Aunque este modelo concreto ha sido mejorado en sucesivas ocasiones manteniendo su diseño externo original, e incluso ha contado con versiones europeas, el prototipo original de 1972 contaba con una pantalla LED de 8 cifras, pesaba apenas unos 322 gramos y funcionaba con 6 pilas tipo AA.
Al tratarse de una de las primeras calculadoras de bolsillo, la TI Datamath es una calculadora básica, es decir, se limita a funciones algebraicas como sumar, restar, multiplicar o dividir. Por lo demás, carece de otras funciones como porcentajes, memoria para guardar resultados o cifras concretas, raíces cuadradas, etc. Eso sí, permite operar con decimales y números negativos y muestra cifras de gran tamaño aunque no quepan en pantalla.
Hewlett Packard 35 (1972)
La estadounidense Hewlett Packard también tiene en su catálogo un surtido número de calculadoras. Una de las primeras fue la presentada en 1972, el modelo Hewlett Packard 35, una de las primeras calculadoras científicas de bolsillo con un precio de 395 $ de la época.
Entre sus curiosidades, además de las funciones algebraicas básicas, permitía realizar operaciones trigonométricas, logarítimas y exponenciales tal y como se puede comprobar en su teclado repleto de funciones avanzadas.
La pantalla de tipo LED permitía introducir hasta 15 cifras que se iluminaban por segmentos en vez de manera unificada. Y para su funcionamiento, la Hewlett Packard 35 empleaba tres pilas AA si bien también se podía emplear un cargador de batería externo.
Sharp EL-805 (1973)
La imagen que encabeza este artículo corresponde a la calculadora de bolsillo del fabricante japonés Sharp, en concreto al modelo Sharp EL-805 que además de destacar por su diseño tiene el mérito de ser una de las primeras calculadoras con pantalla LCD de 8 cifras en vez de la habitual LED o las GDT de gas.
Lanzada al mercado en 1973 a un precio inicial de 109,95 $, funcionaba con una única pila AA que le daba una vida útil de hasta 100 horas de uso. Todo ello en unas dimensiones de 8 centímetros por 12 centímetros por 2’1 centímetros y una práctica correa para que no se te cayera la calculadora al suelo si la manejabas con una mano.
Nota: La imagen que encabeza este artículo es propiedad de Gábor Kovács.