Incluso muchas de las personas sin afición por la astronomía han visto alguna vez las perseidas. Esta lluvia de estrellas tiene lugar en pleno mes de agosto, cuando el buen tiempo en el hemisferio norte invita a salir de noche y dar paseos al aire libre. Además, son tan intensas que en muchas ocasiones ni siquiera es necesario tumbarse mirando hacia arriba para ver casualmente cómo una de ellas rasga majestuosa el cielo.
Es diferente el caso de las gemínidas, pues la fecha en la que hacen acto de presencia invita menos a salir a la intemperie. Sin embargo, eso no significa que sean peores, ni muchísimo menos. De hecho, por lo general suele ser una lluvia mucho más espectacular, con cifras que suele encontrarse cada año por encima de los 100 meteoros por hora y meteoros de un color mayoritariamente verdoso, que nunca dejan indiferentes a quienes presencian su espectáculo. Ya han empezado a asomarse a los cielos de ambos hemisferios, pues su actividad comenzó el pasado 4 de diciembre y permanecerá hasta el día 17. No obstante, su punto álgido tendrá lugar durante las noches del 13 al 14 y del 14 al 15 de diciembre. Por desgracia, la Luna se encontrará llena durante las dos jornadas, por lo que será complicado poder ver los meteoros más débiles. Aun así, la mayoría de ellos serán suficientemente brillantes para poder verse incluso bajo la luz de nuestro satélite.
¿De dónde vienen las gemínidas?
Por lo general, las lluvias de meteoros son el resultado de nubes de partículas de polvo desprendidas de cometas, cuya órbita se encuentra periódicamente con la Tierra. Al cruzar nuestra atmósfera, se calientan, dando lugar a lo que conocemos como estrellas fugaces.
Una de las mayores peculiaridades de las gemínidas es que, en realidad, su origen no parece estar en un cometa, sino en un curioso asteroide, el (3200)Faetón. Además, resulta especialmente interesante que, aun sabiendo que con alta probabilidad este es su progenitor, la masa de los escombros procedentes de él no se corresponde con la magnitud de estos colosales meteoros, que a menudo van acompañados de notables “bolas de fuego”. Pero que sea un asteroide pequeño no significa que no debamos permanecer atentos a él. Según explica en un comunicado de prensa el astrofísico Javier Licandro, del Instituto de Astrofísica de Canarias, si este objeto chocara con la Tierra acabaría con muchísimas de las especies que habitan en ella y posiblemente también con la nuestra. Por suerte, actualmente no se considera una amenaza, aunque es necesario controlarlo, ya que la órbita de los pequeños asteroides que pasan tan cerca de nuestro planeta está influida por muchos factores.
Está bien controlado y no es un peligro, aunque sí nos ofrece un espectáculo maravilloso cada año. Ahora bien, ¿cómo podemos verlo?
Paciencia y ropa de abrigo
La lluvia de meteoros se podrá observar en todo el planeta, aunque será especialmente visible en el hemisferio norte, pues será donde su radiante se encuentre más alta sobre el horizonte.
Este término hace referencia al lugar del que parecen llover directamente los meteoros cuando miramos al cielo. En este caso, se trata de la constelación de Géminis, ubicada cerca de la más conocida Orión.
De cualquier modo, bastará con tumbarse en el suelo, fijar la vista en un punto cualquiera del cielo y tirar de paciencia. En cuanto a la hora, aunque podrán verse durante toda la noche, es mejor verla en las primeras horas de esta, pues será cuando la Luna se encuentre más baja y no dificulte demasiado la observación.
¿Cómo veríamos el cielo sin contaminación lumínica?
Es un buen motivo por el que coger el abrigo y salir al aire libre este fin de semana. Sin embargo, puede que alguien no tenga la opción de poder desplazarse hasta un lugar libre de contaminación lumínica o el tiempo para tumbarse a esperar. En ese caso, tranquilos, pues desde el Instituto de Astrofísica de Canarias retransmitirán en directo el espectáculo en su canal de sky-live.tv. Será el día 14, a las 21:00 CET. No hay excusas para no verlo.