Dark kitchen, delivery

Deliveroo celebra cuatro años de vida en España en un momento convulso para el sector. Según sus cifras, recordemos que sus datos caen como cuentagotas, la compañía de reparto de comida a domicilio ha duplicado su presencia en España creciendo un 83% en 2018. Igualmente, siempre partiendo de sus datos, su contribución al PIB del país es de 45 millones de euros y prometen la rentabilidad en el país para 2020

Hasta aquí todo bien, siempre partiendo de sus estudios. Pero la realidad es que han sido cuatro años complicados para la empresa en el país. Los nuevos restaurantes (cuentan más de 7.000 en el país) y 70 ciudades en toda la geografía no han sido suficientes para eclipsar la casuística de uno de los pilares fundamentales de la compañía: los riders.

Todo comenzaba con la huelga de verano de 2017: un gran número de repartidores de la plataforma colgaba la bici durante un domingo –uno de los días con más actividad– para pedir por sus derechos laborales. Con una relación laboral de autónomos 100%, el colectivo afirmaba que sus condiciones eran las de falsos autónomos.

La respuesta de Deliveroo –y por extensión la del resto de compañías del sector– fue la de implantar el modelo TRADE. De esta manera, la nueva relación autónoma implica que al menos el 75% de los ingresos debe pertenecer a una misma compañía. Y así se ha mantenido desde entonces: los que firmaron siguen en el bucle, los que no se enfrentaron en los juzgados a Deliveroo. De momento con todas las victorias legales por parte de los riders–más de 500–, la compañía ha recurrido todos los juicios de Madrid, Barcelona y Valencia. A las puertas uno en Zaragoza que promete caer, de nuevo, del lado de la laboralidad. Muy al contrario que su competencia en el sector, Glovo, que ya cuenta con algunas victorias.

Con esta perspectiva, Deliveroo se dejó por el camino a su country manager. A principios de 2019, y habiéndose encargado de levantar el negocio en el país, abandonaba la compañía "por motivos personales". Efectivamente, Diana Morato pronto se hacía cargo del mismo puesto, pero esta vez en una compañía de patinetes eléctricos; el nuevo sector en crecimiento en España.

La sombra de la duda sobre si la marcha de la directiva tenía sus motivos en la situación laboral de Deliveroo aún se mantiene. En cualquier caso, pronto encontraron un nuevo sustituto. Gustavo García, directamente desde Amazon, se hacía cargo del puesto heredando el problema que ha llegado a amenazar el futuro de la tecnológica si el juez sigue fallando en su contra.

La cuestión de la laboralidad

Al igual que su eterno rivaL, Glovo, Deliveroo mantiene la propuesta de una reforma laboral que vaya más acorde con su modelo de negocio. "Tiene que existir flexibilidad para poder adaptarse a las necesidades del mercado", ha explicado Gustavo García, "nos gustaría que fuese un modelo similar al que se ha llevado a cabo en Francia e Italia para poder trabajar sin estar en una zona gris".

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Dicho modelo sería similar al actual TRADE en España pero añadiendo la flexibilidad innata de las compañías digitales. En este caso, ya han sido varios los grupos que se han manifestado en contra de esta misma propuesta ya que entienden que supondría una precarización del marco laboral de los propios repartidores.

Asímismo, la situación política tampoco ayuda en exceso. La mayor parte de los partidos llevan propuestas de revisión de, precisamente, el marco legal que aplica a los riders sin entrar en debates de cómo la llevarían a cabo.

Mientras, las plataformas intentan ganar tiempo y curarse en salud. Por parte de Deliveroo ya propusieron un seguro de trabajo a sus riders en octubre de 2018. Ahora vuelven a firmar un acuerdo los asociados a Asociación Autónoma de Riders para dotar de más cobertura a sus integrantes. Esta, de hecho, es la única manera de acceder a este seguro: pertenecer a una asociación. De momento, solo el 60% de los repartidores ha accedido a esta nueva mejora.

Por los riders, pero cada vez menos con ellos

Precisamente estos riders son el principio y el fin de los problemas de la plataforma. Sin ellos no podrían existir tal y como se les conoce. Pero, ¿podría haber alguna alternativa?

La realidad es que los últimos movimientos de la compañía respecto a este colectivo han pasado por dejarles de lado. El primero de ellos durante el verano pasado. Como ya hicieran Glovo y UberEats, Deliveroo implantaba la posibilidad que que los restaurantes pusiesen sus propios repartidores. De esta manera dejaban entrar nuevas marcas, pero se quitaban un problema de encima. La externalización del servicio de reparto les exime de cualquier responsabilidad respecto al mismo.

Ahora, su actualización también apunta al hecho de prescindir de los mismos riders. Siguiendo un modelo anglosajón, Deliveroo ha comenzado a probar el sistema de "recójalo usted mismo". Lo que es lo mismo que pedir a través de la aplicación, pero ir personalmente al local a recogerlo. De esta forma, el usuario se ahorra el coste de envío. Deliveroo el problema del rider.