La popularidad de The Mandalorian no hace más que aumentar y también, su importancia en el canon de Star Wars, sobre todo ahora que ha surgido un nuevo elemento inesperado que pone al argumento de la serie en mitad de una buena cantidad de preguntas. Por supuesto, nos referimos al pequeño Baby Yoda, quien no sólo se roba la atención de los fanáticos, sino que parece ser el centro de la historia que protagoniza Pablo Pascal y que muestra lo que ocurrido inmediatamente después de la caída del Imperio, derrotado por Luke Skywalker y compañía.
‘The Mandalorian’: la serie que quiere cambiar el universo de ‘Star Wars’ para siempre
Por supuesto, la serie tiene la ventaja de elaborar una historia progresiva que se beneficia del formato episódico. Por ahora, el argumento deja una serie de preguntas de contestar y no parece tener verdadera prisa por contestar sus implicaciones: ¿qué o cuál fue la gran Purga? ¿Cómo sobrevivió el cliente a la caída del Imperio y de hecho, cómo sigue manteniendo vínculos con sus últimos sobrevivientes? Pero sin duda, la más importante –y hasta ahora, centro fundamental de la narración– es qué desea con el pequeño Baby Yoda, actual botín codiciado por cazarrecompensas a lo largo y ancho de la Galaxia conocida y cuyo valor –e importancia– todavía no está del todo claro.
Pero más allá de eso, el capítulo más reciente de la serie, ha traído un importante cuestionamiento que puede cambiar la forma en que la serie se analiza a sí misma: ¿Qué tipo de hombre es el Mandalorian? Luego de entregar al pequeño niño — a desgana, todo hay que decirlo — hay una cierta idea sobre su personalidad, que le hace más ambiguo y sobre todo, más cercano a la versión del bien y del mal que suele ser parte de las tradicionales historias de Star Wars. Como cualquier fanático recordará, Han Solo comenzó su trayecto en la historia como un buscavidas sin ninguna atadura moral, para terminar convertido en héroe de la rebelión contra el Imperio, lo mismo que Lando Calrissian y también, buena parte de los antihéroes de Rouge One. De modo que el comportamiento del Mandalorian no es sólo de capital importancia para entender la serie y la forma en que enfocará la historia, sino la manera en que se conecta con el resto de los hilos narrativos de la saga.
Para el episodio tres, la idea resulta incluso más evidente: Luego de entregar a Baby Yoda para cumplir el trato que había establecido con el Cliente, el Mandalorian demuestra que tiene un apego frío y objetivo al código que rige su vida. Lo hace a pesar que la serie mostró que el bebé no le era del todo indiferente y que, de hecho, había un vínculo endeble pero evidente entre ambos. No obstante, para el personaje, la cuestión es el hecho de para qué fue contratado y a pesar de todo, entrega al niño. La ruptura de la personalidad del antihéroe se hace tan dura, que podría decirse que es quizás el momento que define al personaje enmascarado de Pedro Pascal. Y al tono de The Mandalorian como serie.
Se trata de un desarrollo impactante que, además, demuestra que la directora Deborah Chow y el guion de Jon Favreau, están muy conscientes que más allá del formato original que permite por primera vez profundizar en la mitología de Star Wars sin las restricciones del cinematográfico, es también una manera de crear una nueva relación con los personajes que sostienen la serie. Y es la forma en que el Mandalorian evoluciona — en una escena tan corta que podría resultar insustancial de haberse planteado de manera menos hábil — uno de los triunfos más interesantes a nivel de argumento de la serie de Disney Plus.
Como si eso no fuera suficiente, el capítulo nos muestra lo suficiente de la cultura de Mandalorian para comprender a cabalidad que podemos esperar del personaje y también, de su desarrollo. Sabemos que nunca se quitan los cascos — o dejan que se los quiten — lo que hace que Pedro Pascal haya logrado una colección de pequeños sonidos para mostrar sus emociones que sorprende por su inteligencia. También conocemos un poco — aunque no lo suficiente — sobre la llamada Gran Purga, de la que esta rama de refugiados del planeta es sobreviviente. De un modo u otro, el tercer capítulo de la serie capitalizó las incógnitas y las convirtió en información coherente que, además, sostiene lo que sea que ocurrirá ahora que el Mandalorian atravesará una línea de cual quizás, no haya retorno.
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Ese pequeño enigma encantador
Por supuesto, el esperado tercer episodio también brinda algunos datos sobre la importancia y el valor del llamado Baby Yoda para el cliente. Luego de decidir romper el código de honor de los Mandalorian y recuperar a baby Yoda, nuestro héroe escucha al cliente sostener una significativa y extraña conversación “Extraiga el material necesario y termine con él”, dice el personaje interpretado por Herzog al Dr. Pershing, dejando claro que el secuestro del bebé tiene un propósito específico que beneficia a las ruinas del Imperio. Pero por supuesto, todavía no aclara cuál.
Hasta ahora, no sabemos nada sobre el niño, su especie o cuáles son sus antecedentes, más allá que por su aspecto, es muy evidente que comparte genes — y más que probable, parentesco — con el Maestro Yoda. También es sensible a La fuerza y puede controlarla a voluntad, lo que sin duda es un atributo que deja claro que no es un bebé ordinario y de serlo, pertenece a un linaje que puede interesar mucho a los últimos rescoldos del Imperio que trata de sobrevivir a la derrota. Pero, la insistencia del Cliente de obtener “el material necesario”, aclara que hay algo que el bebé posee — y sin duda necesitan — para poner a disposición de los planes futuros de lo que más tarde será la Primera Orden.
¿Se trata de material genético — lo que permitiría una clonación, un recurso muy frecuente en el universo Star Wars — o se dispone El Cliente a extraer los midiclorianos que permiten al niño su poderosa conexión con la fuerza? El capítulo tres deja claro que lo que sea que se llevará a cabo con el bebé, es algo más que un experimento no controlado y si algo más cercano, a la creación de una herramienta que permita recuperar fuerzas a los derrotados.
Por lo pronto, el capítulo tres sigue siendo quizás el más consistente en su línea argumental y sin duda, el mejor hasta hora de una serie que no se prodiga en respuestas y crece en interés de episodio en episodio. Sólo nos resta esperar el 29 de noviembre para conocer la forma como avanza esta extraña y fascinante historia.