Cuando una serie se gana el cariño del público y se vuelve muy popular, una de las salidas tradicionales era vender los derechos a otros países para que produjeran sus propias versiones. En la era anterior a las plataformas de streaming y a la globalización a la que hoy estamos tan acostumbrados, estas adaptaciones internacionales nos pasaban desapercibidas en los países de origen. Así, *muy pocos conocen la versión rusa de El Barco* o la Aquí no hay quien viva griega.

Lo cierto es que la llegada de Netflix, HBO, Amazon Prime y cada vez más plataformas de vídeo bajo demanda han posibilitado la exportación de las series nacionales a todo el mundo sin necesidad de crear interpretaciones locales*. Además, el público consume, cada vez con más frecuencia, las series en versión original. No solo en inglés: pocas serán las voces españolas que rechacen el acento mexicano en La casa de las flores; y adaptaciones como Sin tetas no hay paraíso*, original de Colombia, parecen bastante lejanas.

Series españolas bajo demanda: una segunda vida para la ficción nacional

No obstante, hay ciertos géneros que funcionan mucho mejor cuando se adaptan a la cultura local. Es el caso de las comedias y sitcoms. Por ejemplo, Los Serrano se ganó el cariño del público durante la primera década del siglo en España —al menos, con las primeras temporadas—, pero el humor castizo del que se alimentaban sus capítulos no es tan universal como para traspasar fronteras con el mismo éxito. Fue emitida en versión original en múltiples países europeos, desde Francia hasta Polonia o Macedonia, pero logró un éxito mayor con las adaptaciones locales.

En Grecia se estrenó su propia versión en 2007, con un título que podríamos traducir como **Juntos y felices y subió puestos de audiencia hasta colocarse entre las series más vistas del país. A pesar de su renombre, solo tuvo dos temporadas, en las no escatimó en romances semincestuosos y humor barato al estilo de la original. También llegó a Italia como I Cesaroni, donde se emitieron seis temporadas* de 2006 a 2014, a Turquía como Ilk Askim, a Eslovenia con el título Česnovi y a la República Checa bajo el nombre Horákovi*, en la que tuvo un éxito moderado y solo duró dos temporadas.

I Cesaroni (Italia)

De la ficción española, las más adaptadas internacionalmente suelen ser comedias. Desde Aquí no hay quien viva, con versiones en Colombia, Grecia y Polonia, hasta **Aída, que viajó a Chile, Turquía, Grecia, Ecuador y fue especialmente seguida en Polonia. Al fin y al cabo, las alegrías e infortunios de una peculiar comunidad de vecinos o el retrato costumbrista de una madre soltera de barrio son premisas universales, pero necesitan la adecuación a los modos de cada país para terminar de encajar con la cultura de destino.

Con esta fórmula, nos quedan resultados tan pintorescos como imaginar a las Lore y Macu polacas, que, al parecer, se apoyaban menos en las palabras malsonantes y más en las situaciones de lo absurdo. Otras, sin embargo, no necesitan grandes modificaciones. En esta introducción a la Aída ecuatoriana, por ejemplo, vemos que hay más similitudes que diferencias** con la española, aunque, por desgracia, la serie solo tuvo una temporada en el país latino.

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Si seguimos el recorrido por las series más exitosas de las últimas décadas en España, encontramos que **Médico de familia y Cuéntame cómo pasó tampoco escapan de la mirada internacional*. De la primera destaca su adaptación italiana, Un medico in famiglia*, que supera en duración a la española y cosechó grandes éxitos en el país desde 1998 hasta 2006.

Por su parte, Cuéntame es difícil de superar, tanto en extensión como en triunfos. Con sus veinte temporadas y más de 350 episodios, la serie es toda una institución en España. Otros países, como Portugal, Italia, Chile y Argentina han extrapolado el formato a su propia historia nacional, con mejor o peor acogida. En Portugal, la serie se mantuvo cinco temporadas en emisión, y otras siete aguantó en Chile, bajo el nombre de Los 80.

Incluso el drama de instituto ha traspasado las fronteras españolas, y *Telemundo, la cadena estadounidense en español, intentó replicar el fenómeno de masas que fue Física o Química**. La serie se adaptó como Relaciones peligrosas* y tuvo un éxito considerable, además de cosechar varios premios para sus 108 episodios. Los Protegidos también llegó a Turquía en 2013 como Sana Bir Sir Vereceğim y a México este mismo año con el título Los Elegidos. Por su parte, el exitoso misterio de los alumnos de El Internado se exportó a Francia, donde sus protagonistas acuden al Valgrange y no al Laguna Negra.

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Entre México y España

Los Protegidos no es un caso único: muchas series españolas han encontrado una nueva vida en el mercado mexicano. Por ejemplo, **Ana y los 7, que se adaptó con el nombre Mi corazón es tuyo, fue muy seguida, no solo en México, donde su éxito se iguala al de otras telenovelas, sino también en Estados Unidos, al que llegó de la mano del canal Univisión. Por su parte, Vecinos se convirtió en su propia versión de Aquí no hay quien viva* que, al contrario que otras adaptaciones, solo tomó la idea original y no tiene los mismos guiones ni capítulos que la española. La lista sigue: El hotel de los secretos es una interpretación de la española Gran Hotel y Changarrito de Pepe una versión de El chiringuito de Pepe*.

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Pero México también ha exportado sus propias producciones más allá de las fronteras del país. Es el caso de Niño Santo, la serie de Once TV sobre tres médicos enviados a una pequeña aldea para vacunar a sus habitantes contra el virus Zika que quedan atrapados en mitad de la nada y confrontados con un sanador que no cree en la ciencia. **El éxito nacional de Niño Santo ha culminado con una adaptación brasileña de la mano de Netflix*, a la que han titulado The Chosen One o El escogido*. La nueva versión, que se ha estrenado este verano, está disponible en la plataforma tanto en portugués como en español y cuenta con una temporada de seis episodios.