Apareció, casi sin avisar ni hacer ruido, en los anuncios de las principales cadenas privadas de España. Vinted, con su vistoso color verde, se ofrecía como la solución para ganar dinero con la ropa que solo ocupaba espacio en el armario. Una propuesta similar a la del incombustible Wallapop, pero ampliado a todo tipo de trastos. Y, por supuesto, al "claro que sí, guapi" que popularizó la también española Chicfy.
Aunque la letanía del emprendedor, allá por donde aparecen, se centra en afirmar que la competencia es necesaria, lo cierto es que el mercado era limitado. Ocurriendo lo inevitable, uno de los protagonistas ha caído y se ha unido al rival extranjero. Según adelantaba La Información, Vinted se hacía con el control de Chicfy –oferta de Wallapop por medio– en lo que se ha valorado en una operación de unos 10 millones de euros.
De montar un bar a facturar 10 millones pasando por Atrapa un Millón: la historia de Chicfy
La historia de Chicfy, que comenzaba en 2013, toca a su fin. Según anuncian a todas los usuarios de la compañía, "después de 6 años de rebajitas y compras, Chickfy ha decidido cerrar la plataforma", o más bien integrarse en Vinted.
Creando la plataforma desde la nada, financiando sus inicios con un premio logrado en el programa de Carlos Sobera, Atrapa un Millón, y logrando un crecimiento considerable gracias a su popular aparición en las cadenas privadas, lo cierto es que los últimos movimientos de la compañía no fueron del todo positivos.
Gastando lo mínimo, logrando unas primeras rondas rondas con inversores nacionales, la compañía pronto se dio de bruces con la necesidad de crecer de forma explosiva. Una ronda de 4 millones cancelada obligó a la vuelta de la limitación de gastos y, como consecuencia, a una caída de los ingresos. Todo se tradujo en la salida de los fundadores de la compañía, Nono Ruiz y Laura Muñoz, de la gestión de la misma y la toma de control por parte de los administradores.
Nono, otrora uno de los mayores portavoces de la enseña, desapareció en combate y, hasta la fecha, se mantiene en un discreto segundo plano. Nada se sabe sobre su visión de la venta de la compañía que montó junto a su pareja por aquel entonces.
Una venta que ya forma parte de los exits de la historia española, pero que ha perdido brillo por las idas y venidas de la propia compañía.
El protagonista de esta historia: Vinted
Mantienen un perfil bajo. De hecho, según explican a Hipertextual, no aceptan entrevistas de momento.
Nacidos en 2008, en Lituania, es una de esas compañías que destaca dentro de esos países poco conocidos por el emprendimiento. Un bar de Vilna vio nacer la idea de la mano de Milda Mitkute y Justas Janauskas: ¿por qué no hacer que la gente venda su ropa ya usada? La misma tesis que Wallapop en su momento o que la propia Chicfy.
Pocas empresas tecnológicas han trascendido las fronteras de Lituania, pero Vinted supo encontrar su encaje para triunfar fuera de sus fronteras: salir del país lo antes posible. No tardaron más de unos meses en promocionar su negocio en el país vecino. Bajo la marca Kleiderkreisel, y aprovechando la cultura de la segunda mano de la región, Vinted conquistó Alemania. Dos años después pusieron rumbo a Estados Unidos. Todo con un curioso sistema de operaciones: no fue hasta 2012 que Vinted decidió que era necesario tener una aplicación para el móvil. Justo el día en que se estrenó la app de la compañía, el 30% tráfico –hasta el momento de PC– migró al móvil.
Con rondas de financiación por valor de 119,4 millones de dólares en las que participaron, entre otros, Accel o Insight Venture Partners, el poder de Vinted allá por donde iniciaba negocios gozaba de un fuerte brazo financiero. Con una facturación que se cifra en 1.300 millones de dólares, de los que muchos se destinan al márketing para seguir creciendo, su modelo de negocio ha pasado por sus más y sus menos.
Sus más de 20 millones de usuarios –es la más grande de Europa en este momento– en sus 11 países, Francia es el punto más activo. Ahora, la compra de la española pondrá el foco en Latinoamérica, donde la enseña cuenta con presencia desde el año pasado.
Igualmente, Vinted se encontró con un problema: Vinted tenía que comenzar a monetizar su actividad. Al igual que le pasase a BlaBlaCar, que tomó la decisión de cobrar una comisión por trayecto reservado en la aplicación, Vinted se enfrentó a sus usuarias cobrándoles 0,70 por prenda vendida, más el 5% del precio total del artículo.
Es curioso el paralelismo que existe entre Vinted y Chicfy, además del modelo de negocio. Decía Milda Mitkute, co fundadora de Vinted en una entrevista a Forbes, que "el éxito de Vinted radica en su fuerte aspecto social". Precisamente el discurso que, en su momento, los fundadores de la enseña española tomó por bandera: Chicfy no era solo un marketplace de ropa de segunda mano y, por supuesto no era una empresa de moda, era ante todo un lugar de encuentro de fans de la ropa. Una red social en toda regla.