La historia no es una novedad, ni la necesidad tampoco. Unos de los objetivos de los Ayuntamientos de las grandes ciudades pasa por reducir, y cuanto más rápido mejor, el volumen de coches en las ciudades.

Además de un transporte público, que no pasa por su mejor momento, otro de los puntos a tratar es el de los trayectos compartidos de casa al trabajo. La mayor parte de los coches entran o salen de las ciudades con una sola persona a bordo; por el camino se quedan, por tanto, cuatro asientos libres que podrían ser ocupados por vecinos y compañeros de faena.

A la antigua usanza y sin ningún romanticismo en el proceso, Milanuncios –ese cajón de sastre– ha organizado la oferta de viajes compartidos del día a día. Sin muchos resultados a la vista de los caos que se siguen generando en las entradas a las ciudades.

Mientras las tecnológicas del transporte se mueven en Europa, España sigue «a por uvas»

Tras los sistemas caseros, otras propuestas que han pasado sin pena ni gloria. Dedocar, que en algún momento contó con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid para promocionar los viajes compartidos no ha terminado de trascender. Carpling, con un modelo similar de organización de viajes semanales de ida u vuelta, también ha intentado meterse de lleno en lo que ya se ha llamado el BlaBlaCar de los viajes en las ciudades.

Un ausencia que, desde hace tiempo, muchos han hecho notar. ¿Cómo es que el rey de los trayectos compartidos no había entrado en el sector de las ciudades? De hecho existe desde hace tiempo y se le conoce como BlaBlaLine. ¿Problema? Solo operan en Francia, cuna de la compañía y donde cuentan con el apoyo de la Administración y, según explicaba a Hipertextual Álvaro Zamácola, de BlaBlaCar España, el siguiente destino será Brasil. El resto de Europa, aunque también en la lista, no tiene fecha.

El resto, explicaba, es que para que estos sistemas funcionen deben contar con el apoyo de las Administraciones. La promoción por su parte, dado el interés secundario que puedan albergar para la gestión de tráfico, sería el panorama deseado. La realidad es que no está pasando. Algunas propuestas, como Madrid 360 que permitirá la entrada de los coches compartidos en la zona centro, pero tampoco se ha vendido como debería.

En este contexto, ha nacido otra propuesta que, entre otras cuestiones, quiere posicionarse antes de que llegue BlaBlaLine. Es el caso de Hoop, que a granes rasgos opera de forma similar a un BlaBlaCar de larga distancia. Aunque en palabras de una de sus fundadoras, Andrea García, tienen "en cuenta la posible llegada por lo que tienen que prepararse para ello; pero si BlaBlaCar hace una oferta sobre Hoop tampoco estaría mal".

Mientras, Hoop está comenzando sus operaciones en Madrid, para expandirse al resto de las ciudades, y tienen la intención de contar con 8.000 usuarios activos en 2020. La cuestión política es importante para ellos, pero han decidido abordar otro punto sensible de la gestión del tráfico: las empresas y las universidades.

Desde su punto de vista, si son capaces de convencer a las empresa y, estas a su vez, a sus empleados, comenzará a crecer la masa crítica. "Estamos trabajando para acercarnos a muchas empresas de la misma zona para que operen todas a la vez", explican. Independientemente de cuál sea y que funcionen por proximidad. Para convercerles, además de recorrer día a día cada compañía potencialmente interesante quieren trabajar por la parte del márketing. Gracias, en parte, al préstamo de Enisa y a la ronda secundada por Carlos Barrabés, Salvador González y Jorge González Iglesias (el que fuese fundador de Bluemove).

Hasta la fecha han trabajado con un proyecto piloto en Iberia, donde han entendido que una sola empresa no es suficiente y que el interés de los usuarios por las soluciones tecnológicas debe alimentarse. Especialmente para aquellos que quieren ahorrar dinero y tiempo. Ahora están a punto de comenzar con la Universidad Alfonso X el Sabio y la de Comillas. Por la parte de las empresas se avecina Indra, donde contarán con plazas de aparcamiento reservadas para aumentar el interés. En sus previsiones seguir aumentando empresas –ya hay varias que se mantienen de forma confidencial–, y abrir la oferta a cualquier usuario. Mucha tela que cortar en el sector de los viajes compartidos.