Aún falta casi un mes para que se dé a conocer quiénes serán los premios Nobel de este año, pero la revista científica de humor Annals of Improbable Research (AIR) sabe muy bien cómo amenizar la espera, con la entrega de otros galardones, quizás menos prestigiosos, pero sí mucho más divertidos.

Se trata de los Ig Nobel, un conjunto premios que llevan entregándose anualmente, desde 1991, a 10 investigaciones reales, desempeñadas por científicos, pero con aplicaciones ridículas o jocosas. En definitiva, y según reza su eslogan, se galardona con ellos a las personas que “se ríen y luego piensan”. La edición de 2019 se celebró anoche en el Teatro Sanders, de la Universidad de Harvard, en una ceremonia que, como cada año, despertó muchas carcajadas entre el público, que para asistir tuvo que pagar una entrada cuyo precio oscilaba entre los 5 (solo estudiantes) y los 150 dólares.

El largo y tortuoso “baile” de Einstein con el Nobel de Física

Al contrario de lo que ocurre en los premios Nobel convencionales, las categorías de los premios no son fijas y varían en función de las investigaciones que cada año hayan considerado merecedoras de obtenerlos. Resulta curioso, por ejemplo, el premio de dinámica de fluidos, entregado en 2017 o el de planificación del transporte, de 2010. En esta ocasión, las categorías premiadas han sido física, anatomía, medicina, educación médica, química, biología, ingeniería, economía, psicología y paz y, como siempre, cada uno de los ganadores ha recibido un billete de diez billones de dólares de Zimbawe. Puede sonar a gran cifra, pero en realidad no es más que otra pieza de la parodia, pues el país africano dejó de usar esta moneda en 2009. De cualquier modo, cuando aún se utilizaba la cifra se situó en torno a los 40 centavos de dólar estadounidense.

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Física: la forma de la caca del wombat

Hace muchos años que se sabe que el wombat es el único animal capaz de depositar sus heces en forma de cubo perfecto. Sin embargo, fue necesario que un equipo de científicos de Georgia Tech se pusieran manos a la obra para determinar cómo lo conseguían. La razón, como cabía esperar, estaba en su intestino. Los autores de este estudio esperan que su hallazgo pueda tener aplicaciones industriales en un futuro. Hasta entonces, se contentan con haber granar el premio más divertido al que un científico puede optar.

Wombat: el animal cuyas heces cúbicas tienen mucho que enseñar a los científicos

Anatomía: ¿qué escroto tienen más calentito los carteros?

¿Quién no se ha hecho esta pregunta alguna vez? Posiblemente nadie. O, bueno, al menos sí que se la hicieron los ganadores del Ig Nobel de Anatomía, dos científicos de la Universidad Paul Sabatier, de Toulouse, que dedicaron su estudio a medir la temperatura de un grupo de jóvenes carteros, vestidos o desnudos y en diferentes posiciones, hasta determinar que, efectivamente, el lado izquierdo está ligeramente más caliente. Además, concluyen que este hallazgo podría explicar por qué ese escroto cuelga un poco más abajo, ya que posiblemente el objetivo sea obtener un enfriamiento más eficiente. Que sí, que cualquier humano hubiese valido para el estudio, pero estos científicos querían el Ig Nobel y supieron cómo ganarlo.

Medicina: la pizza te puede salvar la vida, pero solo si se come en Italia

El premio de medicina ha sido para Silvano Gallus, un científico italiano, del Instituto de Farmacología Maro Negri.

En su caso ha sido premiado, no por uno, sino por varios estudios: uno en el que analizaba la protección contra el cáncer de la pizza italiana, otro en el que concluía que podría compensar el riesgo de infarto agudo y otro en el que volvía al tema del cáncer, pero centrándose en el de mama, ovario y próstata. De ahí que se hayan decidido otorgarle el galardón por “reunir evidencia de que la pizza podría proteger contra la enfermedad y la muerte, si la pizza se hace y se come en Italia". Obviamente, sus hallazgos cardioprotectores y de prevención del cáncer tienen que ver con la dieta mediterránea que mantenían los participantes en los estudios, por lo que este Ig Nobel debe tomarse con humor, pero no seguirse a rajatabla.

Educación Médica: entrenamiento para perros dirigido a cirujanos

El trabajo de los cirujanos es complicado y requiere un entrenamiento previo muy exhaustivo, antes de poner vidas humanas entre sus manos. Paralelamente, un tipo de adiestramiento, conocido como “clicker”, ha mostrado muy buenos resultados en perros. ¿Por qué no poner en común ambas ideas? Eso precisamente es lo que hicieron las dos premiadas en un estudio de 2016, en el que concluyeron que los estudiantes de medicina tardaban más en aprender que el grupo control, pero lo hacían con mucha más precisión.

Química: ¿cuánta saliva produce un niño de cinco años?

Ni cuatro ni seis. Cinco. Los niños generan grandes cantidades de saliva, pero nadie había medido cuánta, hasta que en 1995 estos científicos japoneses decidieron medir qué volumen de este fluido se segregaba en respuesta a la ingesta de diferentes alimentos, como puré de patatas, manzana, arroz al vapor o salchichas. En ningún momento explican el objetivo de su estudio, pero está claro que el saber no ocupa lugar.

Biología: el comportamiento de las cucarachas magnetizadas

Un equipo internacional de científicos quería comprobar cómo reaccionaban los tejidos de animales a los campos magnéticos. Y para ello, decidieron estudiar cucarachas previamente magnetizadas, tanto vivas como muertas. De este modo, pudieron comprobar que el comportamiento era muy diferente en ambos casos. Dicen que las cucarachas podrían gobernar el mundo. Es realmente algo improbable; pero, por si acaso, no está e más ir aprendiendo todo sobre ellas.

Ingeniería: la máquina de cambiar pañales

Este premio sin duda es el mayor deseo de cualquier padre o madre primerizo. Y no tan primerizo. Cambiar pañales es una tarea de lo más incómoda. Por eso, un ingeniero iraní decidió inventar una máquina que se encargara de ello. Lamentablemente, requiere que el bebé se esté quieto dentro y con las piernas atadas, algo que resulta casi más desagradable que cambiarlo. De cualquier modo, el científico ha logrado patentarla y se dispone a intentar comercializarla.

Economía: ¿Qué dinero es más peligroso?

Es bien sabido que el dinero es uno de los objetos de uso cotidiano que más carga de bacterias puede contener. Precisamente por eso, se recomienda lavarse las manos después de tocarlo si nos disponemos a tareas como cocinar. ¿Pero es igual de peligroso en todos los países?

Estos son los mitos sobre listeriosis que no debes creer

Para responder a esta pregunta, un equipo de científicos holandeses y turcos analizó en 2013 la concentración de ciertas cepas de bacterias en billetes de países de todo el mundo. Finalmente, concluyeron que el leu rumano fue el único capaz de transmitir dos cepas bacterianas, posiblemente por su composición, basada en polímeros.

Psicología: sujetar un bolígrafo con la boca te hace sonreír

El ganador del galarón ha sido Fritz Strack, un psicólogo alemán que en 1988 demostró que sujetar un bolígrafo con la boca nos hace sonreír y que dicha mueca nos hace más felices, por una especie de mecanismo de retroalimentación facial. Pero la historia no terminó allí, pues casi dos décadas más tarde el propio Strack intentó replicar los resultados del estudio y no lo consiguió, algo que debe ser básico en investigación. El premio es para él, por lo curioso de su trabajo y por la honestidad de mostrar que se equivocó.

Paz: ¿Cómo de placentero es rascarse una picadura?

Cuando algo nos pica nos suelen decir que no nos rasquemos, aunque hay que reconocer que es de lo más placentero ¿Pero cuánto? En 2012 dio respuesta a esta cuestión un equipo internacional de científicos, después de someter a un grupo de voluntarios al contacto en varias partes del cuerpo con una planta leguminosa causante de picazón. A continuación les dejaron rascarse a voluntad, hasta concluir que el placer dependía también de la zona corporal en la que se hiciera. ¿Útil? Puede que no. ¿Curioso? Seguro.