La Unión Europea prepara una regulación que otorgue a los usuarios derechos explícitos sobre el uso de sus datos de reconocimiento facial. Ante el aumento de países y empresas que están utilizando esta tecnología, el órgano regulador quiere limitar su uso.
Un reporte del Financial Times indica que la Comisión Europea planea lanzar una regulación que se adhiera a lo establecido por la GDPR y que limite el uso indiscriminado del reconocimiento facial por parte de empresas y autoridades públicas. La idea es brindarle a los usuarios el poder de saber cuándo se utilizan sus datos, con el fin de garantizar un uso adecuado.
Con esto, la UE quiere establecer un estándar mundial para la regulación de la inteligencia artificial, que cuente con "reglas claras, predecibles y uniformes que protejan a los ciudadanos". Un documento citado por el medio dice que las aplicaciones de IA pueden presentar riesgos significativos para los derechos fundamentales.
Los sistemas de IA no regulados pueden tomar decisiones que afectan a los ciudadanos sin explicación, posibilidad de recurso o incluso un interlocutor responsable.
Mientras países como China han sido señalados por el uso desmedido de la tecnología de reconocimiento facial para espiar a sus ciudadanos, otros, como Reino Unido, han comenzado a instalar sistemas en algunas zonas de Inglaterra en donde se captura el rostro de los usuarios sin que estos tengan conocimiento.
La GDPR establece que está prohibida la recopilación de datos sensibles biométricos que puedan usarse para identificar de manera única a las personas, a menos que estas otorguen su consentimiento explícito.
En los planes de la UE está el crear leyes éticas que rijan la inteligencia artificial. Ursula von der Leyen asumirá su puesto como nueva presidenta de la Comisión Europea con ese enfoque y el plan podría ser presentado durante los primeros 100 días de su mandato.