¿Qué comida prefieres? ¿Cuáles programas de televisión te gustan? ¿Qué cosas sueles comprar en tiendas virtuales? Se tratan de datos que por sí solos y de manera independiente, carecen de valor pero que juntos, crean un preciso perfil sobre la forma en que te relacionas con el mundo virtual. Un tipo de información que las redes sociales pueden utilizar no solo en su beneficio, sino para construir más y mejores formas de manipulación al usuario y sus intereses. ¿Qué es el poder es nuestra época? La docuserie de Netflix, The Great Hack, se plantea la pregunta desde varias dimensiones y puntos de vista, sobre todo cuando intenta analizar lo ocurrido con la empresa y el escándalo a su alrededor como un hecho netamente contemporáneo.
La historia que rodea al polémico uso de datos de la empresa va mucho más allá que su impacto inmediato y es justo esas implicaciones a futuro, lo que la serie muestra en toda su amplitud. Para bien o para mal, nuestra época abrió la posibilidad del uso de información aleatoria para sostener un tipo de interacción artificial entre el usuario y las redes sociales, lo que además, se ha convertido en un tipo de invasión a la privacidad de naturaleza inédita. Cambridge Analytica, que hasta el 2018 había sido una empresa anónima que recopilaba información privada de redes sociales, se convirtió debido a las investigaciones de The New York Times y The Guardian en el símbolo de todo lo que puede lograrse a través de los datos que el usuario suministra a plataformas virtuales casi sin saber que lo hace.
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Los documentalistas Karim Amer y Jehane Noujaim recorren en The Great Hack el largo trayecto del escándalo de Cambridge Analytica, desde los primeros indicios, las pruebas del uso de información privada de manera criminal hasta el debate y la indignación pública que suscitó los alcances de la violación a la intimidad de millones de usuarios. No solo muestra como una empresa pequeña pudo utilizar los datos cedidos de manera voluntaria por usuarios de todo el mundo a redes sociales para un uso turbio, sino que además es un aviso que lo ocurrido con Cambridge Analytica es la punta del iceberg de algo más elaborado y siniestro.
El recorrido por la reciente historia es hábil y muestra el auge y desplome de Cambridge Analytica con una precisa claridad. Poco a poco, la consultora británica pasa de ser una oscura empresa de análisis de datos, hasta intervenir y usar la información de más de 5.000 votantes estadounidenses durante las precandidaturas del 2016. Además, Amer y Noujaim se esfuerzan en mostrar cómo los perfiles creados a partir de la información recabada tuvieron un resultado determinante en el hecho que Trump se convirtiera en candidato presidencial.
Una historia bien construída
El documental tiene una inteligente edición —a cargo de Erin Barnett y Carlos Rojas— que se convierte en una reflexión sobre los peligros invisibles de nuestra época. Durante los primeros minutos, The Great Hack muestra la forma espontánea y por completo accidental en que los usuarios brindan información personal a las redes y otras plataformas sociales de interacción. En una serie de montajes, del año 2016 que en rápida sucesión, describen con absoluta claridad el proceso de trasvase de datos. Las pantallas pixeladas, capturas de pantallas de Tweets y la forma en que Facebook se convierte en un elemento de recopilación de información (usando a las principales voces del caso como ejemplo), son para The Great Hack la forma más fácil de demostrar la profundidad del peligro informático que sufrimos y lo poco conscientes que estamos sobre él.
Por supuesto, la mayor apuesta de The Great Hack es a los testimonios, quizás el punto más alto de la serie y sin duda, uno de los elementos más interesantes en toda su exhaustiva narrativa. Desde el de David Carroll —Profesor de The New School en Manhattan que llevó a juicio Cambridge Analytica para recuperar sus datos— hasta la historia de la reportera de The Guardian Carole Cadwalladr, The Great Hack utiliza las historias de cada uno de los protagonistas de esta historia extravagante para contextualizar un hecho de ramificaciones aún difíciles de analizar. Mención aparte, la extrañísima participación de la ex becaria de Obama Brittany Kaiser, cuyo discutible testimonio se analiza en varios minutos y se mira desde cierta incredulidad.
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Como documental, The Great Hack tiene la suficiente amplitud para además, incluir preguntas de contexto: ¿qué tanta influencia tuvo el análisis de datos de usuarios en la política y sobre todo, durante la campaña presidencial de Trump?¿Cuál es la real importancia de la recolección de datos de Facebook y cómo afecta su relación con el usuario?¿Qué relación tiene la información recopilada con las fake news y sus consecuencias? La serie no ofrece respuestas concretas e intenta no pontificar al respecto, pero sí muestra la amenaza a la que se enfrenta la mayoría —sin saberlo— de una manera muy diáfana.
The Great Hack es un duro retrato sobre nuestras relaciones con lo virtual pero, especialmente, sobre la forma en que los usuarios pueden ser manipulados, segregados y utilizados en una época en la que la información lo es todo. Sólido, con algunos altibajos pero con una precisa capacidad para mostrar los peligros del mundo más allá de la pantalla del ordenador, es también una advertencia sobre un gran riesgo silencioso que pocas se analiza.