En una industria tan apretada como el de la telefonía móvil, especializarse es la clave. Algunas marcas se especializan con teléfonos enfocados a la gama alta, otras prefieren la gama media, algunos prefieren ir a por el público más joven y otros, como en el caso de la compañía francesa Crosscall, han decidido centrarse en el sector profesional, o industrial, mejor dicho, y entre los amantes de los deportes extremos.

Posiblemente a la mayoría no les venga a la cabeza ninguna marca de smartphones que se promocionen como ultra resistentes. Pocos se acordarán ya de las versiones del modelo Xcover que vendía, ya no, Samsung. Y es que esta última fue de las pocas marcas comerciales que apostó por teléfonos pensados para situaciones adversas.

Sin embargo, si preguntamos a un arquitecto o un empleado de mantenimiento sobre qué le parece tener que sacar habitualmente su iPhone o el último modelo de Samsung habitualmente durante su jornada laboral, en primer lugar no le hará mucha gracia y, en segundo, probablemente lo haga lo menos posible y únicamente en espacios seguros donde no corra ningún peligro.

Con el objetivo puesto en todas esas personas que desempeñan un puesto de trabajo en entornos con condiciones duras, Crosscall ha empezado a comercializar su nuevo modelo, Trekker X-4, que se une a un portfolio formado tanto de smartphones como por teléfonos pensados y diseñados para aguantar golpes, caídas o inmersiones.

Pero no sólo eso, otro escenario en el que Crosscall quiere ser tenido en cuenta como una marca de referencia es para todos los amantes del deporte extremo y donde a nadie se siente cómodo poniendo su móvil de 700 euros en el manillar de la bici mientras baja por la montaña a 35 kilómetros por hora.

Una gama de teléfonos diseñadas para no sufrir

La línea de productos para telefonía está compuesta de 3 teléfonos móviles y 4 smartphones. Todos sus teléfonos, y en especial el último, el Trekker X-4, pasan por una serie de pruebas de resistencia a las que hemos tenido acceso en Hipertextual. En su laboratorio de Marsella, un grupo de profesionales se encargan de lanzar un teléfono desde una altura superior a tres metros, provocando que el teléfono se estrelle violentamente contra un suelo de piedra. Salió airoso.

La segunda prueba que pudimos ver fue cómo se le aplica presión tanto a la pantalla como al reverso, una presión de más de 100 kilos sobre un punto de teléfono. Donde varias láminas de acero y aluminio se doblaban, Trekker X-4 también resultó ileso.

Esto se debe a su cristal reforzado Corning Gorilla Glass 5 tanto en la pantalla como en la cámara principal y a su estructura montada en plástico reforzado con fibra de vidrio, chapa metálica interior de magnesio, barras laterales de aluminio y esquinas reforzadas.

El último, el Trekker-X-4, además de una cubierta protectora, destaca por incorporar una cámara de acción con un gran angular de hasta 170º y capaz de grabar a en 4K a 30fps. Algo nunca visto hasta ahora: una especie de GoPro dentro de un teléfono. Por este motivo, Crosscall también busca consolidar el nuevo Trekker X-4 como el teléfono perfecto para los deportes de aventura, ya sea trekking o incluso en deportes acuáticos gracias a su certificación IP68 con el que poder sumergirlo una hora a dos metros de profundidad.

Crosscall parece haber encontrado un nicho de mercado en el que se siente cómodo, y nadie duda de que sus teléfonos son una magnífica opción para entornos profesionales duros o deportes extremos, pero ¿será capaz de sustituir a cualquier móvil comercial o se tendrá que conformar con ser el segundo dispositivo en el día a día? El tiempo lo dirá.