Como viene siendo habitual, la DGT (Dirección General del Tráfico) pondrá en marcha el 1 de agosto la segunda operación especial de tráfico del verano, un operativo enfocado a mejorar la seguridad vial en un momento del año en el que se esperan más de 47 millones de desplazamientos por las carreteras españolas. Junto con los refuerzos de control y seguridad típicos de las operaciones salida, este año la DGT va a utilizar una nueva forma de vigilar las carreteras y los conductores: los drones.

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No es la primera vez que el organismo utiliza estos dispositivos para vigilar las vías, puesto que desde la operación salida de Semana Santa, se han venido utilizando de forma puntual; pero sí es la primera vez que utilizará drones para multar a los conductores que infrinjan las normas de tráfico, aunque su uso va a ser algo más específico que los clásicos controles de velocidad o con los helicópteros con radares avanzados.

Según apunta la DGT en el plan especial tráfico de agosto de 2019, los drones están destinados a la vigilancia del tráfico en aquellos tramos donde el riesgo de accidentabilidad es mayor, como por ejemplo en vías secundarias o puntos negros; en las carreteras donde hay un mayor tránsito de usuarios vulnerables, como aquellas con gran afluencia de ciclistas, motociclistas y peatones; y para la supervisión de distracciones durante la conducción.

Es decir, los drones actualmente no se van a utilizar para multar por exceso de velocidad, como sí hacen a día de hoy los helicópteros de la DGT. Estos vehículos no tripulados puede alcanzar los 120 metros de altura y tienen un radio efectivo de 500 metros con sistemas de visualización en HD de hasta 7km y una autonomía de 20 minutos.

Actualmente el organismo de tráfico cuenta con 11 drones, 3 de ellos certificados por el Centro Español de Meteorología (CEM) que son los que van a comenzar a multar a los infractores y otros 8 que se utilizarán solamente para la vigilancia de carreteras.