China estaría instalando aplicaciones espía en los teléfonos de los turistas. De acuerdo con una investigación de The Guardian, este es el movimiento más reciente en la escalada del país asiático para monitorear a los usuarios que entran al país, principalmente en la región occidental.
La investigación, realizada en conjunto con The New York Times y el Süddeutsche Zeitung, reveló que los oficiales de migración solicitan los teléfonos móviles a aquellas personas que entran por la frontera con Kyrgyzstan. Las autoridades chinas instalan una aplicación que monitorea el contenido del smartphone para detectar posibles amenazas.
La app china se instala en modelos con Android y realiza una búsqueda de temas específicos relacionados al terrorismo, como manuales de armas o la revista Inspire, editada por Al Qaeda, al igual que otros tópicos sensibles para el gobierno de China, como el Dalai Lama, el Ramadan e incluso una agrupación japonesa que canta temas polémicos.
Los oficiales de migración indican a los turistas que desbloqueen el móvil antes de recogerlo e inspeccionarlo en una zona por separado. La aplicación se instala en los dispositivos Android, mientras que los iPhone son conectados a un lector que realiza una búsqueda de información.
De acuerdo con investigadores de la universidad Ruhr de Bochum y expertos en ciberseguridad de Cure53, la aplicación china que se instala en los teléfonos ha sido diseñada no solo para realizar búsquedas, sino para extraer el contenido y almacenarlo en un servidor de la oficina de migración.
Los smartphones son devueltos a sus dueños luego de aproximadamente una hora. Las autoridades chinas extraen el contenido de los teléfonos y desinstalan la aplicación de Android, aunque en algunos casos la app se mantiene en el teléfono, como han reportado los turistas afectados.
Al igual que ocurre en otros países, como Estados Unidos, las personas que llegan a China por ese punto de revisión no son informadas de lo que se hará con su smartphone. El programa de revisión afecta principalmente a los musulmanes, un grupo al que el gobierno chino mantiene en constante vigilancia por medio de cámaras de reconocimiento facial.
Hasta ahora no existen detalles si esto se aplica en otros puntos de entrada a China.