El futuro de los impuestos a las tecnológicas todavía es incierto. Si bien algunos países europeos como España quieren implantar su propia tasa para gravar a aquellas compañías que jueguen con los datos de los usuarios, todavía no está claro cómo se va a aplicar de forma armonizada, por lo que algunos países están experimentando con diferentes figuras impositivas, todas con la idea central de evitar que estas compañías paguen menos impuestos de los deberían.
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Ahora el G20 está estudiando una serie de medidas, todavía sin concretar, para evitar que las empresas utilicen mecanismos que sirvan para minorar su base fiscal, y por tanto, pagar menos del tipo impositivo que deberían. Se trata del primer gran debate de estas dimensiones que acoge el seno de la organización internacional y que puede tener consecuencias en la forma que muchos de sus países miembros gravan a las empresas tecnológicas.
Como bien apunta Reuters, el G20 está de acuerdo en que deben revisarse los impuestos que pagan las grandes firmas tecnológicas, aunque no han concretado nada sobre nuevas herramientas o sistemas impositivos que se ajusten mejor a la actividad internacional de las mismas y sean más justas con los sistemas fiscales de los países en los que operan y, en especial, a que se impongan mecanismos que eviten la ingeniería fiscal que utilizan algunas de estas grandes empresas:
En este momento tenemos dos pilares y creo que necesitamos ambos pilares al mismo tiempo para que esto funcione. Las propuestas son todavía un poco vagas, pero están tomando forma gradualmente" - ministro de Finanzas japonés, Taro Aso, presidente de las reuniones del G20.
Habrá que esperar, por tanto, para comprobar las medidas que tienen en mente en el G20 para que los impuestos de las grandes tecnológicas sean más acordes a los ingresos y beneficios que generan.