"Si la tecnología es una droga —y se siente como tal— entonces, ¿cuáles son los efectos secundarios?", así explicaba en 2011 Charlie Brooker, creador de Black Mirror, la serie que lo catapultó a la fama y la que nos ha obligado a repensar nuestra transformación humana a causa de esa "droga" que ha evolucionado con el acelerador a fondo en las últimas décadas. La propuesta de Brooker nos ha mostrado un oscuro futuro para la humanidad a causa de la tecnología, o mejor dicho, por el uso que se le da a esta. Lo ha conseguido un tanto por los escenarios descabellados que ha propuesto en sus capítulos, pero más que nada por la gran viabilidad de ellos en la vida real, al menos en lo que corresponde a la condición y conductas humanas.

Fue en 2012 que Black Mirror se emitió por primera vez. Desde entonces ha ido ganando público y sorprendiendo —a veces más y a veces menos— con sus episodios. Con su formato de antología, sus temporadas cortas (3 episodios en las primeras dos y 6 en la era de Netflix, es decir en la tercera y cuarta) así como con sus capítulos especiales como el de Navidad de 2014: White Christmas y la extraordinaria película interactiva Bandersnatch en 2018, ha fascinado a su público. Con todo y sus altibajos Black Mirror ha mantenido una gran aceptación y ha colocado a algunos episodios en la cúspide de la televisión de ciencia ficción y marcado a fuego en el imaginario colectivo historias escalofriantes y memorables.

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Netflix estrenó recientemente la quinta temporada de Black Mirror, sin embargo la entrega solo se parece a las primeras en el número de episodios, no así en los resultados aterradores y fantásticos de las mismos. Los tres capítulos, "Striking Vipers", "Smithereens" y "Rachel, Jack and Ashley Too" tienen sus bases blackmirrornianas pero el resultado es bastante descafeinado. Si bien cada episodio tiene lo suyo, también tienen grandes desaciertos.

Por otro lado, Brooker, al contrario de otras temporadas, no se enfocó en explorar más efectos de la tecnología —esa droga, como la llama— sino en traer elementos de viejos programas de TV de ciencia ficción y del propio universo Black Mirror para sus nuevas historias. Algunos de estos recursos que nos han parecido excepcionales en otros capítulos vuelven a ser explotados, y el problema no es recurrir a las bases o usar elementos que el propio título ha puesto sobre la mesa, sino que al final se llega a resoluciones desangeladas, incluso simplonas.

Acá repasamos brevemente los episodios sin spoilers.

Striking Vipers

Dirigido por Owen Harris, quien hizo lo mismo en uno de los episodios más destacados de la serie: "San Junipero" (3x04). Es protagonizado por Anthony Mackie y Yahya Abdul-Mateen II, interpretan a Danny y Karl respectivamente. Ellos son dos amigos de mucho tiempo pero cuando la adultez los arrolla con su vida burguesa y aburrida, uno cumpliendo cabalmente el estereotipo del casado con hijos que vive en los suburbios, el otro cumpliendo cabalmente el estereotipo del tipo exitoso con bastante plata y poco amor, pero sí citas vía online con chicas a las que casi les dobla la edad, encuentran una forma muy peculiar de salir de esa vida sofocante.

Casi de forma accidental se sumergen en una relación "sexual" entre ellos a través de un juego VR que nos recuerda en todo pero sin ser Street Fighter. Con esto se abre el hilo que pretende poner en la mesa temas diversos sobre los videojuegos —o al menos los videojuegos VR evolucionados del universo Black Mirror—, las relaciones personales, íntimas y más allá del género, la tecnología como escapatoria al aburrimiento —pero solo de la clase acomodada—. Los puntos a favor de este episodio son las actuaciones, los escenarios del videojuego y que expone el desgaste de las dinámicas que en los ochenta y noventa se nos vendió como muestras de éxito: tener casa, hijos, autos, un trabajo ejecutivo, jardín trasero y enormes barbacoas de cumpleaños.

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Smithereens

El experimentado James Hawes dirigió este episodio y también hizo lo propio en otro memorable capítulo de Black Mirror: "Hated in the Nation" (3x06). Por otro lado, el protagonista es Andrew Scott, a quien recordaremos de Sherlock, en donde hizo del archienemigo del famoso detective: Moriarty. Scott da vida a Chirs, un hombre atormentado hasta la médula por la hiperconectividad de las personas, porque pasan su día a día casi por completo mirando una pantalla. El caso es que él secuestra a un chico de una empresa llamada "Smithereens" —que sería equiparable al Facebook de la vida real— y pide hablar con el director de la misma, Billy Bauer, interpretado por Topher Grace.

El peso narrativo y de tensión recae en los hombros de Scott, quien, como en otras ocasiones, sabe controlar la locura, la desesperación y, en este caso, la angustia de su personaje. Aunque propone temas muy interesantes, el episodio cae en la moralización y aquí es donde comienza a rechinar la trama. Sin embargo, encontraremos momentos tensos, tópicos profundos y mucha incertidumbre, lo cual es bueno a estas alturas de la nueva temporada.

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Rachel, Jack and Ashley Too

¿Por qué Charlie Brooker, por qué?

Este episodio dirigido por la emergente Anne Sewitsky y protagonizado por Miley Cyrus, Angourie Rice y Madison Davenport, además de ser uno de los peor calificados de todos los capítulos de Black Mirror y el que rompe la larga estela de desolación que ha construido la serie, es el que explota más tramas ya vistos en la serie, aunque, como dijimos, el problema no es ese propiamente sino que son desaprovechados y se convierten en meros pretextos en una historia poco verosímil y con una resolución simplista y estereotipada. Miley Cyrus luce mejor de lo que podría esperarse y qué más se puede añadir si su participación es lo rescatable del episodio.

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Así pues, la quinta temporada de Black Mirror se salva por muy poco, e incluso para muchos, que no gusten de ciertas tramas o no se enganchen con otras, encontrarán una entrega decepcionante, muy alejada de las agudas historias que hemos disfrutado —y sufrido— en temporadas anteriores; así como capítulos mucho menos memorables que otros de entregas anteriores que aun son tema de conversación y permanecen en el imaginario como un futuro de la vida real escalofriante e inminente.

Todas las temporadas de Black Mirror se encuentran disponibles en Netflix.

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