Durante la semana pasada, el "simpático" vídeo de un chimpancé sujetando un teléfono móvil mientras navegaba por un feed de Instagram fue compartido por miles de usuarios, convirtiéndose en viral en cuestión de horas. Cualquier persona con un mínimo contacto con las redes sociales se topó al menos una vez con las imágenes del primate disfrutando de las fotos de otros animales como él. O eso parece al verlo, ¿pero realmente disfrutaba?
Según se han encargado de denunciar a través de la red varios primatólogos, incluyendo a la mismísima Jane Goodall, aunque el chimpancé esté pasándoselo aparentemente bien, lo cierto es que su acción parece el resultado de un largo periodo de adiestramiento, típico de animales que viven cautivos en ambientes poco favorables para ellos. Por eso, todos estos profesionales han alentado a los usuarios de internet a observar el vídeo con una mirada crítica y dejar de compartirlo o comentarlo como si realmente se tratase de algo positivo.
Una tragedia que viraliza
El vídeo de este chimpancé, llamado Sugriva, fue publicado inicialmente en la cuenta de Instagram del Instituto de Especies Grandes y en Peligro de Extinción (TIGERS por sus siglas en inglés), conocido también como Myrtle Beach Safari por estar ubicado en la playa Myrtle, de Carolina del Sur.
Este centro es ya conocido por enseñar a sus animales a utilizar las nuevas tecnologías. De hecho, el propio Sugriva fue protagonista en 2016 de otro vídeo, en el que se le veía moviéndose desconcertado por lo que observaba a través de unas gafas de realidad virtual. En su momento estas imágenes fueron lógicamente criticadas, pues un ser humano que se coloca este tipo de dispositivos sabe perfectamente a lo que se expone, pero es imposible saber qué pasaba por la mente del chimpancé, mientras movía compulsivamente sus manos, tratando de tocar lo que fuese que veía a través de las gafas. Esto posiblemente le generaría una gran ansiedad, a la que se podrían haber sumado algunos síntomas reportados en humanos, como náuseas o mareos.
Esta vez el dispositivo electrónico elegido parece menos peligroso, pero igualmente ha hecho que los expertos en primates pongan el grito en el cielo. La primera en hacerlo ha sido la investigadora del Instituto Smithsonian Ashley Edes, quien publicó un tuit en su cuenta personal, advirtiendo que compartir imágenes y videos como este alimenta el comercio de mascotas exóticas, y eso es algo que nunca se debería alentar.
Jane, una primatóloga universal
Se unió a ella el pasado jueves la famosa primatóloga experta en chimpancés Jane Goodall, esta vez en una entrada de blog del instituto que lleva su nombre. A lo citado por Edes, añade que espera que los medios de comunicación cambien la cobertura del video para resaltar las historias de chimpancés en cautiverio o cuidado responsable. Además, recuerda que son animales muy inteligentes y tienen emociones complejas, como los humanos, por lo que deben ser tratados debidamente cuando se encuentran en cautiverio.
Lógicamente, son numerosos los casos de chimpancés criados en cautividad, ya sea con fines científicos, conservacionistas o educativos, pero si el objetivo dista de ser cualquiera de estos puede suponer un gran riesgo para la intensidad física o psicológica de los animales.
Por otro lado, la primatóloga de la Universidad de Kent Adriana Lowe, ha asegurado en declaraciones a Motherboard que las necesidades de los chimpancés son difíciles de satisfacer, incluso en un entorno como un santuario de buena calidad. Por eso, prácticas como las que se ven en este vídeo, o el de 2016, son totalmente inadecuadas.
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Finalmente, todo esto no solo es negativo para los animales, también puede serlo para las personas que interactúan con ellos, como añade Lowe al medio estadounidense, recordando que el animal que se ve en el vídeo no es una cría y que, por lo tanto, puede llegar a ser peligroso.
Ante todo el revuelo generado con su publicación, el propietario de TIGER, Kody Antle, ha explicado que Sugriva no ha recibido ningún entrenamiento, sino que siempre se ha interesado por sí mismo por los teléfonos móviles. Esto, sin embargo, es algo que resulta extraño a la experta de la Universidad de Kent, que asegura que los chimpancés no imitan el comportamiento humano, como los niños; de modo que, por lo general, sería necesario un largo periodo de adiestramiento para lograrlo.
A pesar de todas estas críticas, el vídeo seguirá corriendo por las redes, aunque ya lo no lo haga con la misma intensidad que hace unos días. De cualquier modo, es posible que volvamos a toparnos con él pronto. Si es así, ahora sabemos que deberíamos verlo con otros ojos y comprender que en él se ve mucho más que un simpático animal jugando a ser humano.