Oppo ha dado a conocer este miércoles de manera oficial su nueva familia Reno en Europa, unos terminales que llegan con la clara intención de lograr una mayor penetración de la marca en España y el resto de mercados del viejo continente y que, como no podía ser de otra manera para hacer esto posible, vienen con características ciertamente interesantes bajo el brazo. El que se lleva el mayor número de ellas es el Reno 10x Zoom, el más premium de los dos presentados (excluyendo el terminal que incluye 5G, único para Suiza, por ahora).
Hipertextual ha asistido al evento que la compañía ha celebrado en Zúrich y, tras el mismo, hemos podido probar dicho smartphone. La pregunta es clara: ¿es lo suficientemente bueno como para competir con el Huawei P30 Pro, referencia ahora en el campo de la versatilidad fotográfica?
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El periscopio es lo que cuenta
De entre los muchos aspectos que componen los smartphones a día de hoy, entre los más relevantes se encuentra la cámara y los resultados que cada terminal sea capaz de arrojar con ella. Por esta razón estrenaba Huawei una novedosa composición con su último buque insignia y por eso sigue sus pasos ahora Oppo.
La composición de esta es triple, igual que en su competidora asiática –obviando el sensor ToF, no presente en el Reno 10x Zoom–, con una configuración de 48, 8 y 13 megapíxeles que ofrecen, además de las fotografías estándar, opciones de gran angular y zoom sin pérdida de calidad. Este último es posible gracias a la cámara en el bautizado como formato "periscopio", cuya composición permite agrupar un mayo número de lentes en su interior en pos de un mayor aumento.
En esta ocasión, además, la cámara frontal adopta un particular mecanismo que la esconde en el marco superior del terminal, activándose esta o bien cuando se quiere tomar un selfie o cuando se requiere del flash trasero, que también se encuentra en esta pieza móvil. Su funcionamiento es limpio, práctico y rápido, pero es inevitable no tener ciertas dudas acerca de su buen desempeño con el paso del tiempo.
Respecto a la cámara trasera y su zoom, funciona de una manera muy simular al de Huawei, recorriendo por defecto los siguientes campos: sin aumento (1x), dos aumentos (2x), seis aumentos (6x), diez aumentos (10x) y gran angular (0,6x). Se salta de esta forma los conocidos cinco aumentos, aunque en su máximo sin pérdida notable se equipara al Huawei P30 Pro. En términos absolutos, eso sí, pierde tanto en número como en experiencia de uso; únicamente alcanza 20x –frente a los 50x de su rival– y para llegar a ello hay que realizar repetidos "pellizcos" sobre la pantalla, en lugar de contar con una simple ruleta deslizante.
Los resultados son, a priori, similares. Tras unas pruebas rápidas lo más apreciable es que la cámara se traba ligeramente en el cambio entre unas lentes y otras, aunque no llega al punto de ser particularmente molesto. También se puede apreciar una aparente falta de nitidez en las escenas donde hay un mayor nivel de aumento, aunque el entorno tampoco propicia obtener las mejores tomas. Hay que tener en cuenta, no obstante, que este teléfono no se pondrá a la venta hasta el mes de junio, por lo que el software puede ser pulido de aquí a entonces.
Repasando lo que se refiere al resto del terminal, la experiencia bajo la capa ColorOS parece agradable, con una interfaz no demasiado compleja y lejos de frivolidades que sí vemos en otras personalizaciones del sistema. Una gran pantalla como esta, sin interrupciones visuales en forma de notch en la parte superior, también se agradece a la hora de usar el terminal, favoreciendo el consumo de contenido de todo tipo.
A redondear la experiencia ayuda un interior con las mejores especificaciones del momento, aunque aún es pronto para juzgar su comportamiento en compás. Eso será en el análisis a fondo correspondiente, donde veremos cómo se desenvuelve el teléfono en el día a día y podremos desgranar sus bondades y defectos con detalle.