Huawei daba hace unas semanas un golpe en la mesa del mercado de smartphones de gama alta con el P30 Pro, su terminal más premium hasta la fecha y aquel con el que quería diferenciarse del resto de competidores para atraer hacia su terreno al perfil de comprador más exigente del momento. El aparente éxito inicial y las buenas críticas cosechadas avalan el esfuerzo de la marca asiática este año en apartados como la cámara, con ese exclusivo zoom de diez aumentos con ínfima pérdida de calidad. Pero no solo de buques insignia vive una tecnológica.Como ya es costumbre en la firma china, acompañando a los modelos de mejores especificaciones llega también uno más contenido en características pero que conserva un diseño similar a sus hermanos mayores para mantener el atractivo de cara a los ojos de los usuarios. En esta ocasión el dispositivo en cuestión es el P30 Lite, cuyo objetivo, sin pretensiones, es claro: aumentar la cuota de mercado de Huawei en un momento crucial para la compañía, que espera superar este año a Samsung en número total de teléfonos vendidos.

Y dispositivos como el Hauwei P30 Lite son la forma más efectiva de llevar esto a buen puerto, ofreciendo una combinación de especificaciones, precio y diseño atractivos por igual que, aunque no alcanzan los precios de saldo que manejan otras firmas, sí se acerca al ideal de teléfono competente que uno busca en la gama media. Nuestra experiencia durante unos días de prueba así lo corrobora.

Los estándares son innegociables

En 2019, hablar de smartphones o teléfonos inteligentes es ceñirse a una serie de características comunes que, de una forma u otra se repiten en casi todos los modelos de las distintas marcas. En este caso, el P30 Lite dispone de un gran panel de 6,15 pulgadas que se corona en su parte superior con un notch muy reducido, alojando en él únicamente la cámara frontal, y que es LCD en lugar de OLED, siendo esta una de las principales concesiones del dispositivo frente a los otros modelos de la marca.

Más allá de lo que esto pueda significar para unos y otros, el contraste y los colores son buenos y el brillo más que suficiente para utilizar el teléfono independientemente de las condiciones lumínicas bajo las que nos encontremos. En su parte trasera, brillantes tonalidades acompañan a la mayoría de las variantes y, en consonancia con la pantalla, lo hacen especialmente atractivo para el público más joven.

Al compás de ello bailan, en su interior, especificaciones que no dejan en mal lugar al P30 Lite y que, aunque sin demasiados alardes, permitirá ofrecer un buen desempeño a lo largo del día. En este caso, hablamos de 6 GB de memoria RAM, 128 GB de almacenamiento interno, el procesador propietario HiSilicon Kirin 710 y 3.340 mAh de batería. Nada de ello es particularmente asombroso, pero sí suficiente para el segmento en el que se enfoca dicho smartphone. Juegos, tareas del día a día y demás tareas se ejecutarán sin problemas notables, manteniendo una autonomía no brillante pero sí correcta, y esa total para almacenar archivos hace que los problemas de espacio sean cosa del pasado.

La estabilidad del sistema sigue siendo, no obstante, la asignatura pendiente de Huawei. Comportamientos extraños, cuelgues espontáneos con las aplicaciones más pesadas y poca fluidez en las animaciones nos expulsan de lo que debería ser un plácido uso. Si a esto le sumamos un EMUI que no termina por convencer, es evidente que todavía existe margen de mejora.

Llevando bien la cotidianidad

El Huawei P30 Lite –que, por cierto, sienta especialmente bien en mano debido a su ajustado tamaño y su liviano peso– es una caballo de batalla interesante para el día a día en un momento en el que el resto de compañías asiáticas se encuentran apostando fuerte por el mismo segmento en el que se enfoca este teléfono por lo que ofrece en cómputo, con algo más de énfasis que opciones similares en rango por lo que aporta en el apartado de la cámara.

Si bien es cierto que no es equiparable a la del modelo Pro, la fotografía del P30 Lite es buena, consistente y consigue arrojar resultados interesantes en condiciones de poca luminosidad gracias a su modo nocturno. No dispone de un zoom de cinco aumentos sin pérdida –puesto que no se encuentra presente esa lente en formato periscopio–, pero si de uno doble y un gran angular que no siempre es una constante en todos los teléfonos compañeros de segmento.

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Por contra, se echan en falta elementos como un altavoz en formato estéreo que permita un mejor consumo de contenido, acabados más premium en los que el plástico no se encuentre tan presente o una cámara trasera cuyas lentes no sobresalgan tanto de la parte trasera. Sacrificios lógicos cuando se desciende en términos de especificaciones generales y que serán más o menos relevantes dependiendo de las preferencias de cada uno.

Conclusión

El Huawei P30 Lite es un dispositivo capaz en su totalidad que consigue ofrecer parte de la experiencia de los terminales más 'premium' a un precio mucho menor. A pesar de ello, no todo es redondo en él, y mejoras en el apartado del software es pos de un sistema más liviano y fluido harían mucho bien a teléfonos como este.

Dado el avance de Huawei en el terreno de fabricación de smartphones en los últimos tiempos, no obstante, es plausible apostar a que este ofrecerá unos resultados satisfactorios y duraderos en el tiempo para quienes no piden a su smartphone grandes alardes en potencia bruta o capacidad operativa.

Pros

  • Gran pantalla
  • Diseño con aroma a 'premium'
  • Modo noche fotográfico

Contras

  • Sin altavoces estéreo
  • EMUI
  • Acabados del marco y trasera