En 2013, Huawei ya aspiraba a convertirse en el mayor fabricante de smartphones del mundo. Recuerdo mantener conversaciones con ejecutivos de la marca, mirar detenidamente sus productos y pensar “¿son capaces de lograrlo?”.

En el último trimestre de 2012, Huawei logró distribuir 10,8 millones de dispositivos, que en aquel entonces representaba, según los datos de IDC, un 4,9% del mercado. Mientras tanto, Samsung multiplicó por seis la cifra de Huawei, registrando, además, un crecimiento interanual del 76%.

Seis años más tarde, el número de dispositivos distribuidos por la corporación china había crecido hasta los 60,5 millones de unidades, lo que representa un 16,1% de la cuota de mercado según los datos de IDC. La marca china sigue por detrás de Samsung y Apple, pero la abultada diferencia se ha reducido a apenas dos puntos y medio porcentuales.

Sin embargo, lo más interesante del último informe de IDC es que tanto Samsung como Apple han registrado un retroceso interanual del 5,5% y del 11,5%, respectivamente, lo que otorga aún más mérito a la evolución de Huawei, cuya evolución respecto al mismo periodo del año previo es del 43,9%.

El liderazgo, a tiro

La corporación china se autoimpuso el objetivo –a nivel interno– de ser el mayor fabricante de smartphones en 2020. Por el momento, esa marca no se ha alcanzado, pero la tendencia claramente alcista de la compañía invita a pensar en su consecución no solo en 2020, sino a lo largo de 2019.

Hagamos un cálculo muy simple pero, a la vez, muy ilustrativo:

  • La empresa fundada por Ren Zhengfei logró distribuir, según los datos de IDC, un total de 206 millones de unidades durante 2018 –lo que representa un aumento del 33,6% respecto al año previo–. Si el porcentaje de crecimiento se mantuviese durante 2019 (sumando un 33% más), la compañía podría terminar el año con un total de 274 millones de unidades distribuídas.
  • En paralelo, si Samsung registra en 2019 una caída similar a la experimentada en 2018 –cuando el número de unidades se redujo en un 8% hasta los 292 millones–, el gigante surcoreano terminaría el año con con unos 269 millones de unidades distribuidas y, por lo tanto, quedaría justo por detrás de Huawei –quien alcanzaría su hito antes del año 2020–.

Esta sencilla operación matemática deja a un lado numerosas variables de peso, pero demuestra que un sorpasso de Huawei a Samsung en 2019 no sería algo descabellado. Tan solo tendría que producirse una evolución similar a la que ambas compañías registraron en 2018.

Samsung responde, pero ¿es suficiente?

Imagen: David Ortiz.

Si finalmente ocurrirá o no el supuesto cambio de posición –ya sea en 2019 o en 2020– dependerá de múltiples factores, entre los que se incluye la evolución de la economía mundial, la agresividad de las estrategias de precio, la efectividad de las inversiones en publicidad y el atractivo del producto fabricado por ambas marcas.

En este sentido, Samsung pretende mejorar su posición mediante una estrategia mucho más agresiva y vertical en 2019, la cual incluye un mayor número de modelos por segmento, una nueva línea de productos para canales de venta online con precios más ajustados –la serie M–, y la apuesta por tecnologías disruptivas –como las pantallas plegables, el 5G, los paneles OLED perforados y los lectores de huella bajo la pantalla–.

Pese a ello, el reto al que la compañía se enfrenta es mayúsculo. Samsung es objetivamente inferior en productos de gama media y baja –donde empresas como OnePlus, Huawei y Xiaomi ofrecen productos tecnológicamente mejores a precios similares o menores–, y propuestas como el Galaxy M20, lanzado recientemente en España, no parecen suficientes para revertir la situación.

En la gama alta, el viento sí sopla a favor de Samsung –en 2018 vendió más unidades que Huawei (19 millones de Galaxy S9 vs. 16 millones de P20 en menos tiempo (seis meses en el caso de Samsung, doce en el caso de Huawei)–. Sin embargo, la vigente superioridad de la empresa surcoreana en este segmento podría no perdurar en el tiempo si la escalada del fabricante chino continúa –las ventas del P20 superaron en un 81% a las de la serie previa–.

Samsung todavía tiene margen para reaccionar –tanto en las gamas inferiores como en la gama alta–, pero lo que antes era una amenaza lejana –y probablemente infravalorada–, ahora es algo real. Huawei acecha el trono, y, si las circunstancias necesarias se producen en los próximos años, la corporación china podrían ser la primera empresa capaz de derrotar al actual rey.

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