Después de recorrer ya medio mes de abril, podemos decir que la primavera está más que instaurada, y con ellas las flores, el buen tiempo, las primeras terracitas y, por supuesto, la alergia.
Muchos alérgicos ya han empezado a vaciar las existencias de clínex de los supermercados, sacudidos mientras tanto por una vorágine de estornudos y un lagrimeo incontrolable. ¿Pero se trata realmente de alergia? Aquellos que no estén todavía muy familiarizados con la alergia o que no sepan muy bien qué se las provoca puede que sientan estos signos y no sepan con seguridad si se trata de este daño colateral de la primavera o si, por el contrario, han contraído una gripe o un catarro. Por eso, con el fin de tener claras cuáles son las diferencias entre unos y otros, en Hipertextual nos hemos puesto en contacto con el doctor Francisco Feo Brito, alergólogo y miembro del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
¿A qué se deben mis estornudos?
“Los síntomas de la alergia son intenso picor de ojos y nariz, lagrimeo, estornudos en salvas (8-10 seguidos) y mucosidad nasal líquida y muy abundante”, explica Feo Brito. “Por el contrario, la gripe y el resfriado producen pocos estornudos y mucosidad densa, acompañados de escaso picor y leve sintomatología ocular.
Queda claro que son principalmente relevantes el tipo de mucosidad y la frecuencia de los estornudos, además del picor y las molestias en los ojos. Sin embargo, también es un factor determinante el tiempo que duran los síntomas: “La gripe se resuelve en 5-7 días, mientras la alergia tiene 4-6 semanas de duración, con intensidad variable según la concentración de pólenes”.
Finalmente, el doctor destaca también que otros síntomas, como el dolor de garganta o la fiebre, pueden darse en los procesos catarrales, pero no en la alergia.
¿Tienes dudas? Quizás padezcas las dos cosas
Según cuenta el alergólogo consultado por este medio, la sintomatología a veces puede genrar dudas porque en realidad se estén dando los dos fenómenos a la vez. “Durante esta época del año persiste el riesgo de resfriados, y los niveles de polen alcanzan niveles reactivos, en ocasiones con valores muy altos”, aclara. “Además, ambos procesos se potencian, pues la respuesta inflamatoria del resfriado favorece el contacto del alérgeno con el sistema inmunológico, incrementando la reacción alérgica”.
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Es importante saber diferenciar uno de otro o detectar si ambos están dándose a la vez, pues el tratamiento es diferente en cada caso. “Por un lado, en el catarro el tratamiento es sintomático, con paracetamol, reposo e ingesta de líquidos. Por el contrario, en la alergia se recomiendan los antihistamínicos como primera línea de tratamiento”. En este punto, el especialista incide en que se debe seleccionar un antihistamínico adecuado, para evitar consecuencias inadecuadas. “Es muy importante la elección de los de segunda generación, sin efectos secundarios de somnolencia que pueden afectar la actividad laboral o el rendimiento académico de los estudiantes”.
En caso de que estos den resultados parciales o las molestias continúen en el tiempo, se recomienda acudir al alergólogo, para que realice un estudio completo, en busca de la causa concreta de la enfermedad.