Hoy es el día de los enamorados, pero también es el día europeo de la salud sexual. No es necesario estar enamorado para practicar sexo, pero sí es importante aprender a tomar las medidas necesarias para hacerlo de una forma saludable. Y como había que elegir un día, San Valentín era una buena opción, sin duda.

Por eso, hoy es un buen momento para tener en cuenta algunos falsos mitos en torno al mejor amigo de quienes quieren tener una buena salud sexual: el preservativo. No debemos olvidar que, si bien existen muchísimos métodos anticonceptivos, solo este puede protegernos de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Esto es algo que casi todo el mundo tiene claro y, sin embargo, sigue habiendo un gran número de mitos sobre su uso que hacen que algunas personas prefieran no recurrir a él o lo hagan incorrectamente. En ese caso, lo peor que nos podría pasar no es tener un embarazo no deseado, por lo que es muy importante detectar esas falsas creencias, para disfrutar de las relaciones sexuales de una forma segura.

¿Es cierto que con preservativo se disfruta menos?

Esta es una frase muy típica, que quizás habría tenido sentido en el pasado, cuando las opciones disponibles en el mercado solo buscaban impedir el paso del semen-que ya es mucho-, pero sin centrarse en el placer. Ahora bien, ¿puede seguir haciéndose esta afirmación en la actualidad? En Hipertextual hemos preguntado a la psicóloga y sexóloga Laura Morán, quién ha tenido muy clara su respuesta. “En la actualidad, hay un catálogo bastante amplio y existen preservativos de diferentes grosores, tamaños, sabores, con estrías, etc”, explica. “Así que no, no tiene sentido afirmar que se pierde sensibilidad. Por otro lado, si lo que les resulta poco excitante es tener que "parar" para colocárselo, decir que se puede hacer sin que se pierda erotismo (seguir besándose, acariciándose, etc.) No hay excusa”.

No, el preservativo no se pone solo antes de eyacular

Este mito es el padre de cientos, o incluso miles, de niños por todo el mundo. Colocar el preservativo al final no ayuda a evitar el contagio de enfermedades, ya que estas no solo se transmiten a través del semen, sino en muchos casos también por el contacto entre los genitales. Solo por ese motivo ya es una mala idea hacerlo.

Pero incluso como método anticonceptivo es muy poco acertado, por dos razones principalmente. Por un lado, no todo el mundo tiene la capacidad de controlar cuándo eyacula y a veces puede ser demasiado tarde para colocar el preservativo. Por otro, antes de la eyaculación se genera lo que se conoce como líquido preseminal. Existe cierta controversia en torno a si este líquido posee espermatozoides, aunque la mayoría de estudios apuntan a que sí es posible que los haya, solo que en menor cantidad. De hecho, algunos investigadores afirman que este líquido como tal no contiene espermatozoides, pero que podría arrastrar los de eyaculaciones anteriores. Tampoco todos los hombres lo producen, mientras que algunos lo generan con bastante frecuencia. De cualquier modo, lo mejor es que no nos la juguemos, por lo que el preservativo debe colocarse desde el primer momento.

El cóctel alcohólico que inspiró un anticonceptivo masculino

¿Qué hago si soy alérgico al látex?

Tanto la persona que se pone el preservativo como su pareja pueden ser alérgicas al látex, de modo que el uso del preservativo les puede causar molestias e irritación, igual que si se colocan unos guantes del mismo material.

Por eso, existen los preservativos de poliuretano, ¿pero son igualmente seguros? “Son igual de efectivos e igual de resistentes”, aclara Morán a este medio. “Puede variar el precio. Al ser menos demandados son algo más caros, pero su eficacia y método de empleo es el mismo”.

¿Cuál es la mejor forma de comprobarlo?

A veces, aun viendo a simple vista que el preservativo está bien y que no parece tener pérdidas, puede ser recomendable comprobarlo una vez terminada la relación sexual. Para eso existen muchos métodos, aunque los mejores son principalmente dos. “Por un lado se puede cerrar el preservativo con un nudo o con un giro, teniendo cuidado de no romperlo en ese momento (y pensar que estaba roto con anterioridad) y comprobar si tiene alguna fisura o agujero por la cual se salga el semen”, aclara la sexóloga. “Hay que tener en cuenta que los fluidos que pueden percibirse en el exterior del preservativo pueden corresponder a la lubricación femenina o al lubricante si se ha empleado alguno”.

Otra opción es llenar el preservativo con agua y comprobar, del mismo modo, si hay alguna fisura o agujero. Si se opta por este método, es importante no hacerlo con un chorro que lleve mucha presión, ya que ésta puede dañar el preservativo y no saber si el deterioro era previo a la prueba.

Cualquiera de estas dos opciones es adecuada, ¿pero hay que hacer la comprobación siempre? En realidad, si queremos quedarnos tranquilos podemos hacerlo en cada relación, pero si se ha utilizado de forma adecuada el preservativo no tendría por qué ser necesario. “Si se ha utilizado el preservativo correctamente (estaba en buen estado de conervación, sin haber caducado, no se ha abierto con tijeras, dientes ni uñas, y se ha colocado desenrollándolo en el pene en erección) no tiene por qué haber ningún problema. Conviene comprobarlo cuando se sospeche que no ha sido así”.

Malos hábitos

Aparte de los hábitos mencionados por la sexóloga, como abrir el preservativo con los dientes o las uñas o colocarlo cuando el pene no está erecto, existen algunos otros hábitos frecuentes, que pueden poner en peligro si buen funcionamiento. Uno de ellos es colocar dos preservativos para aumentar su eficacia. Uno solo ya es suficientemente efectivo y el propio roce entre los dos puede hacer que no se acople correctamente o se produzcan roturas. También hay quien usa un mismo preservativo varias veces. Esto no solo es muy poco higiénico, sino que además disminuye la eficacia del método. Por otro lado, tampoco debe guardarse en lugares donde pueda estar al Sol, como las guanteras de los coches, o en sitios en los que sufra roces y dobleces, como una cartera. Finalmente, puede quedar en duda si es o no un mal hábito volver a colocarlo tras comprobar que se estaba poniendo del revés. “Se puede utilizar el mismo si no había restos de semen eyaculado recientemente, ya que de haberlos pasarían de la cara interna a la externa, y si éste no se deteriora en el cambio”, narra Morán. “Si parece que se ha forzado demasiado, que ha perdido elasticidad y lubricante o que ha habido que forzarlo mucho para volver a colocarlo, es mejor utilizar uno nuevo”.

También durante el sexo oral

Afortunadamente, cada vez son más las personas concienciadas con el buen uso del preservativo. Sin embargo, ni siquiera el variado abanico de sabores que se ofertan en el mercado ha logrado que muchos usuarios lo utilicen también durante el sexo oral. Y esto es un problema, ya que muchas ETS, como el virus del papiloma humano, pueden contagiarse desde el pene hacia otras mucosas, como la boca o la garganta. En ese caso, no solo se contagiaría el virus como tal, sino que con el tiempo se podrían generar tumores, igual que ocurre en el cuello del útero. Por eso, cuando se realiza sexo oral, tanto a hombres como a mujeres es necesario usar protección. En el segundo caso es más complicado, pero se puede hacer cortando los extremos y colocándolo sobre la vagina.

Sexo entre mujeres: ¿deben protegerse frente a las ETS?

Gracias a todos estos trucos, hoy podremos tener un feliz San Valentín, pero sobre todo una vida libre de enfermedades de transmisión sexual.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: