Mientras la balanza del debate sobre acerca de cuál será el formato que nos permita fusionar movilidad y productividad no termina de caer hacia ninguno de sus lados con fuerza, el portátil convencional sigue siendo la opción más interesante para muchos. Asus tiene nueva línea con la portabilidad como foco distintos tamaños y esta es nuestra experiencia con el nuevo ZenBook 13.

Los nuevos ZenBook de Asus para 2019 abarcan tres tamaños de pantalla a los que hace referencia su nombre. ZenBook 13 (UX333), ZenBook 14 (UX433) y ZenBook 15 (UX533) apuntan no únicamente a una preferencia de tamaño diferente, sino también de ambiciones y usos. También de opciones, puesto que según el tamaño elegido podemos también elegir alguna característica. En este, las opciones pasan por la capacidad interna y la pantalla en su acabado antirreflectante o no. Nada de procesador, RAM o tarjeta gráfica, como si podemos ver en alguno de los modelos más grandes.

Lo cierto es que este ZenBook 13 recuerda, a nivel estético, a cualquier ordenador de Asus que hayamos podido usar en el pasado. Más delgado, pequeño y ligero, sí, pero si has pasado una temporada con un portátil convencional de la marca taiwanesa sabrás a lo que me refiero. Y esa alargada sombra es algo que le persigue en esta edición 'clásica', y dependerá de tus preferencias que esto sea algo positivo o más bien todo lo contrario.

Asus ZenBook 13 sobre el papel

El ultraportátil de Asus en 13 pulgadas ajusta más sus marcos de pantalla –que llaman NanoEdge–, al estilo de lo que están haciendo últimamente otros fabricantes, entre los que destaca el recién llegado Huawei con sus Matebook. Gracias a esto, y conservando una resolución Full HD, consigue reducir el tamaño del equipo al completo. Ahora pesa entre 1,1 y 1,2 kg según versión –por alguna razón el equipo sin antirreflectante pesa más–.

Su procesador es un i5 de la línea U, lo que quiere decir que tiene un TDP –diseño térmico– de 15 W, por lo que tendrá una potencia acorde y no se libra del ventilador en este formato. Junto al resto de alternativas de esta generación, sus características quedan resumidas en la siguiente tabla.

Un diseño familiar

Como avanzaba, el UX333 tiene un diseño muy familiar a cuantas generaciones de portátiles de Asus quieras remontarte. Con sus dos colores, en azul eléctrico o en plateado con tonos cobrizos, se reconoce la huella de un fabricante que mantiene esta línea de portátiles como la más clásica. Llama la atención su pantalla de cierre ligeramente magnético que al abrirla eleva la posición de las teclas, aunque yo prefiera una base fija.

Con su carcasa de aluminio, no se trata de una carcasa unibody similar a la de los MacBook, y parte de su ligereza –aunque también de una incipiente falta de robutez– emergen de esta decisión. En lo demás, creo que en este ZenBook 13 hay demasiado ruido. Los elementos que no aportan lo suficiente como para justificar su presencia, desgraciadamente abundan. Entre ellos la línea sobre el teclado con la marca y su textura, pero especialmente en el diseño de su teclado –del que hablaremos más adelante–, o la línea plástica que contornea su pantalla y añade una interfase negra e innecesaria entre pantalla y base estando cerrada.

Asus abraza el diseño ultraslim y los puertos USB C de última generación, pero no en esta línea. Y eso es algo bueno para quien tenga en mente esto. En este ZenBook 13 conservamos toda una multitud de puertos que hacen de este ultraportátil una computadora funcional y ultracompatible. La lista de puertos es la siguiente:

  • Puerto de carga con el clásico conector de 4 milímetros
  • Conector HDMI completo
  • Dos USB A –el clásico–, uno de hasta 10 Gbps, otro 2.0
  • USB C hasta 10 Gbps
  • Ranura para microSD
  • Conector para auriculares de 3.5 mm

Pero tener todos estos puertos acaparando grosor tiene una consecuencia directa: que el teclado se vea más bien comprimido en este portátil, dejando demasiado espacio hasta los bordes. Esto hace que, especialmente al principio, cueste un poco hacerse a él. Acostumbrado a teclados con menos recorrido de tecla o travelling –uso un MacBook Pro como portátil personal, el modelo previo al polémico mecanismo mariposa–, este con 1,4 mm se antoja demasiado. Y lo que es peor, demasiado ruidoso. Especialmente el espacio. Clac, clac.

Pero sin duda merece mención el diseño del teclado, con una disposición de teclas y su etiquetado que lo hace abrumadoramente confuso en su conjunto. Desde la tecla 'Intro' que no tiene la forma en L habitual de los teclados en castellano a la presencia de teclas extra como la que sustituye al botón derecho y que deja poco espacio al espacio o hace difícil dar con el 'Alt Gr' al menos hasta que te acostubras a utilizar este teclado en exclusiva. En la señalización de las teclas mismas, más de lo mismo: más vale que sepas qué combinación hace qué de antemano.

Su trackpad se antoja pequeño, además de alargado y no poco preciso en su funcionamiento. Al final, un trackpad generoso es garantía de productividad. Con una pantalla más amplia que comentaba, habría también mayor espacio para él. Aprovechan para introducir en él un teclado numérico on numpad, que podemos activar presionando en su esquina durante un segundo. Es cierto que añade una disposición más ágil en la disposición de las teclas, pero tiene dos grandes pegas. La primera es que no se trata de teclas como tal, claro, sino un lugar donde hemos de mirar cada vez que pulsamos, y la segunda es que aunque se active es capaz de funcionar como si se tratara de teclas del numpad convencional de un teclado en grandes dimensiones, por lo que no ganamos tamopoco en los atajos de teclado que este aportaría.

Puedes encontrar todas las imágenes de este ZenBook 13 a mayor resolución en esta galería

Su desempeño y sus trucos

Pero es siempre en el apartado de rendimiento donde estos portátiles de pequeña pulgada y limitado peso generan más dudas a muchos usuarios. Aunque otros ofrecen sin duda configuraciones más ambiciosas, el Core i5 8265U ofrece cuatro núcleos físicos con ocho hilos lógicos hasta 1.6 GHz (o 3.9 GHz en Boost) que junto a 8 GB de RAM, una gráfica y 256 GB de almacenamiento describen nuestra unidad al completo.

Junto a una pantalla en Full HD estándar, lo cierto es que no tiene una resolución excesiva que mover, lo cual es beneficioso tanto para el rendimiento como para la autonomía en muchas situaciones. Esta es suficiente, aunque es claro que hay alternativas similares en precio que suben la resolución a otra sobradamente más nítida, no creo que sea 'necesaria' para la mayoría de usos a los que va enfocado este portátil. Sin embargo y aunque Asus sostiene como logro haber reducido el tamaño de esta línea de portátiles en hasta un 14%, soy de la opinión que bien podrían haber mantenido el tamaño original e introducir un formato de 16:10 –en lugar de los 16:9 actuales– que darían una superficie extra donde trabajar.

En la parte superior de esta pantalla está su cámara frontal, rodeada de un par de sensores infrarrojos que permiten a este ZenBook realizar un desbloqueo por reconocimiento facial incluso en situaciones de baja luminosidad. En nuestra experiencia, si bien es cierto que llega a reconocer cuando la luz escasea y mucho, por norma es mucho más rápido simplemente introducir la clave.

El procesador a bordo y sus 15 W de consumo energético máximo, arranca más a menudo de lo que uno espera unos unos agudos ventiladores que nos avisan de que la batería se está evaporando. Ya sabemos cómo va esto: los fabricantes dan un dato de autonomía y los consumidores intentamos estimar cuál es su cifra real. En el caso de Asus, afirman aguantar hasta 14 horas que están lejos de recrear mi experiencia.

Hay varios modos de rendimiento –de más limitado a más potente– y aunque es posible que ese escenario pueda ser recreado con este seleccionado al mínimo un brillo bajo y uso de ofimática más bien sencillo, en ese caso no estás usando ni el rendimiento ni las características al nivel que Asus vende. En estos días con él y usándolo para trabajar haciendo uso básicamente de mensajería y navegación más bien intensa, en el modo de mayor rendimiento no pasan mucho más de 3 horas hasta que el dispositivo se atenúa, avisando de que la carga está ya por debajo del 20%. En cuanto a su carga, Asus incluye un cargador de 65 W que permite repostar –desde cero– en torno a un 70% de batería en una hora. Ni tan mal.

Algo menos agradable, aunque esto es cada vez más una crítica al ecosistema de equipos con Windows en su conjunto y menos a Asus en particular, es encontrarse con una cantidad excesiva de software preinstalado o accesible desde el menú de inicio. Esto empaña una experiencia de renovación de equipo que te hace sentirte algo perdido y confuso. Además, Asus añade el antivirus McAffee, que ha sido uno de los pocos programas que he terminado por desinstalar. A mi modo de ver, el software de Microsoft ya te protege lo suficiente y no consume un extra en recursos –y batería– más que valiosos.

Conclusión

El Asus ZenBook 13 se sitúa en el filo de dos eras de la computación en movilidad, y tiene cosas tanto buenas como no tan buenas de ambas. Hay equipos de la marca que reducen grosor, y puertos, arriesgando decididamente más en diseño. Desde luego, este equipo no apunta ahí.

El ZenBook 13 UX333 llega a 2019 para todos aquellos que quieran la portabilidad que permite el hardware más reciente en un formato más clásico y con una compatibilidad más completa y de serie. Sin dongles, sin accesorios. Pero eso limita el espacio para otras características –mayor batería o teclado, mejor sonido– que quizás van mas acordes a las necesidades de algunos.

Lo que suena algo duro es que, para una apuesta tan convencional como este ZenBook, que el precio de salida de este portátil sea 1.199 euros.

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