Anthem es, sin duda, la propuesta más arriesgada de Electronic Arts en los últimos años. No solo por ser una propiedad intelectual que debuta en un terreno dominado casi en su totalidad por Destiny, también por representar el trabajo de un estudio tan emblemático que, por desgracia, cayó en un bache con el lanzamiento de su anterior juego, Mass Effect: Andromeda. BioWare tiene el objetivo de reivindicarse, y este título tiene todo el potencial para lograrlo. Al menos esa fue la impresión que transmitió la demo VIP celebrada durante el fin de semana.

Existen sensaciones combinadas con la demostración. Si bien ofreció momentos muy agradables llenos de diversión, también se presentaron algunos inconvenientes técnicos que dificultaron la experiencia. Al igual que muchos jugadores y medios, nosotros también sufrimos el fallo en el proceso de carga de una misión, lo que obligaba a reiniciar la consola para iniciar la actividad. Sería injusto juzgar a Anthem desde este momento; lo adecuado es esperar a la versión final y hacer un análisis más profundo en condiciones. Después de todo, nos encontramos ante una fase de pruebas que pretende identificar problemas para evitarlos en su lanzamiento.

Dicho lo anterior, ahora es posible centrarnos en las sensaciones jugables que serán el soporte del título el próximo 22 de febrero. Primeramente es necesario hablar del Fuerte Tarsis, un complejo urbano que funcionará como el punto de reunión entre el jugador y las actividades que conforman la historia. Es en este lugar donde interactuamos con los personajes y comenzamos a entablar las primeras relaciones. Por supuesto, BioWare ha elegido un segmento de la campaña específico para incluirlo en la demo, por ello es complicado entender qué está sucediendo y qué repercusión tendrán nuestras acciones.

Según la información proporcionada por el estudio, las expediciones —como han llamado a las misiones— más importantes se iniciarán en Tarsis. Esto no significa que no surgirán actividades adicionales cuando estamos en el mundo abierto. Algo que nos causó curiosidad, por demostrar la inconfundible identidad de BioWare, es que las conversaciones con personajes tienen algunos momentos para elegir respuestas, una mecánica claramente heredada de Mass Effect. Desgraciadamente, por el límite de la demo no fue posible descubrir qué afectación tendrán esas elecciones en el transcurso de la campaña, pero esperamos que puedan cambiar la narrativa de alguna forma.

Una vez que tenemos claro cuál será la actividad a completar, lo siguiente es conocer el pilar más importante de Anthem, las alabardas. Todo en el juego gira en torno a los exotrajes que otorgarán capacidades sobre humanas fuera de Tarsis. Existen cuatro clases diferentes: Coloso, Tormenta, Interceptor y Comando, siendo esta última con la que se inicia debido a su equilibrio y facilidad de control. El resto se desbloquearán al completar las misiones incluidas en la demostración.

Es con las alabardas donde se puede apreciar la gran inspiración en Destiny. Era imposible evitar una comparación entre ambas obras, sin embargo, al final serán competidores directos. Cada armadura presenta diferentes opciones de movilidad, habilidades, arsenal y ataques especiales. Lo interesante es que han logrado diferenciar sus capacidades para ofrecer experiencias completamente distintas. El Coloso, por ejemplo, es el más grande y pesado de todos, sus movimientos son más lentos pero es compensado con ataques de mayor daño y armas de gran destrucción.

Todo lo contrario sucede con el Interceptor, el más ágil de todos. Fue diseñado para el combate cuerpo a cuerpo, a tal grado que las armas de proyectiles pasan a segundo plano. Por su parte, Tormenta es la alabarda ideal para atacar desde la distancia. Su quinesis le permite estar flotando mientras lanza poderes de energía desde las alturas. Los fans de Destiny la podrán relacionar inmediatamente con la clase Hechicero. Para finalizar, Comando es combinación de todas las demás, una clase ideal para comenzar la aventura en Anthem sin entrar en complicaciones.

Es posible personalizar tanto el aspecto visual de la alabarda como sus habilidades de combate; el grado de personalización es abrumador. Estas características podrán obtenerse por medio del 'loot' que sueltan enemigos o comprándolas con la moneda del juego. Es importante mencionar que no será necesario crear un nuevo personaje para seleccionar otro exotraje. El jugador tiene libertad total para cambiarla justo antes de iniciar una expedición, no así en el transcurso. Por lo tanto, es el piloto quien sube de nivel, no las alabardas. Pensamos que la versión final tendrá un componente estratégico más complejo que obligará a pensar cuál es la alabarda ideal para afrontar una actividad.

Una vez seleccionada la expedición, su dificultad y la posibilidad de agregar amigos a la sesión, entrar en el mundo abierto de Anthem —limitado en extensión por la demo— causó una impresión positiva. Lo primero fue experimentar la capacidad de volar, y podemos decir que BioWare ha conseguido una experiencia bastante agradable. No habrá mayor problema para que los jugadores se adapten y disfruten los controles de vuelo.

En poco tiempo se vivirá el primer enfrentamiento. Aparecen todo tipo de criaturas salvajes que intentarán obstaculizar el camino, tanto en tierra como en aire. Aunque han dejado claro que las misiones podrán disfrutarse en solitario, en la demo siempre estuvimos acompañados de otros jugadores, incrementando la importancia del trabajo en equipo. Entre todos pueden realizar combos para infringir más daño a los rivales y llenar la pantalla de explosiones, energía y proyectiles. El espectáculo visual está asegurado en Anthem.

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El gunplay cumple con las expectativas, cada arma tiene un comportamiento distinto y, como sucede en Destiny, se inicia con armamento de bajo nivel hasta conseguir otras de mayor poder. El botín está diferenciado en colores para distinguir la categoría de cada objeto, una característica que actualmente está implementada en multitud de títulos. Si bien nos encontramos ante un videojuego con elementos RPG, no deja de ser un shooter y los disparos están a la altura de cualquier otra propuesta de acción. Algo que nos causó sorpresa fue la presencia de un puzzle en una misión, esperando que lo repliquen en otras expediciones.

Como se mencionó anteriormente, la demo limitó el gigantesco mapa que estará disponible en la versión final. Sin embargo, fue posible apreciar el gran trabajo artístico en cada rincón del territorio, incluso en zonas que se ubican en las profundidades. Ya sea corriendo o volando, la experiencia de recorrer el mundo salvaje fue muy satisfactoria. El apartado técnico causará polémica, porque en su primera revelación generó asombro por su gran calidad visual. No esperes ver esas gráficas, mucho menos en consolas. A pesar de esto, los detalles técnicos en texturas, animaciones y efectos tienen todo para destacar.

Todavía quedan muchas cosas por descubrir de Anthem. Las primeras impresiones fueron muy agradables y prometedoras. Recuerda que la demo abierta se podrá disfrutar del 1 al 4 de febrero, una oportunidad ideal para poner tus manos sobre el nuevo proyecto de BioWare. El estudio promete que solucionarán muchos bugs encontrados en la demostración VIP. Además, las cuatro alabardas estarán disponibles desde el principio.