Las pulseras cuantificadoras han protagonizado ya en varias ocasiones buena parte de una investigación policial como piezas clave para resolver un crimen. El pasado mes de octubre un hombre fue condenado por haber matado a su hijastra tras cotejar datos recogidos por una pulsera Fitbit, y ahora un reloj deportivo inteligente de la firma Garmin ha ayudado a meter entre rejas a un aficionado al running... que resultaba ser también un asesino a sueldo.

Mark Fellows (38), apodado "The Iceman" –el hombre de hielo– ha sido condenado por haber matado de 18 tiros en 2015 a Paul "Mr. Big" Massey (55), mafioso, a la salida de su casa en la ciudad inglesa de Salford y al colega del primero John Kinsella el pasado mes de octubre en la también británica Merseyside. Entre las pruebas del crimen, según se ha podido saber, se encuentra el registro del GPS de su reloj Garmin, quien ha ofrecido a las autoridades datos que permitieron esclarecer el caso.

De las tareas de reconocimiento al asesinato final

La policía, que ya llevaba tiempo investigando a Fellows, reconoció el reloj en una imagen en la que el asesino lo llevaba puesto cuando se encontraba corriendo una maratón en Manchester unos meses antes. Tras registrar su casa y hallar dicho dispositivo, la inspección de los datos que habían sido registrados en el pasado por el mismo ofreció información acerca de las actividades de su propietario en los meses anteriores al asesinato y el día mismo en el que este tuvo lugar, situando a The Iceman en los alrededores de la casa de la víctima y registrando vía GPS diferentes ritmos de movimiento antes y después del crimen.

Un hombre acusado de asesinato gracias a los datos de la pulsera Fitbit de la víctima

La policía ha usado esto como evidencia, ubicando a Fellows en la zona en la que se supone que debió esperar el asesino hasta la salida de Massey de su hogar. El reloj había registrado de manera exacta el recorrido previo hacia la misma, el tiempo que había estado parado en las proximidades y la posterior huída.

Esta ha sido una de las pruebas que ha permitido condenar a cadena perpetua a Fellows, habiendo calificado el juez estas acciones de "una ejecución, pura y simplemente". Ha añadido: "Nunca antes he tenido que lidiar con un asesino a sueldo de tu tipo. Hay pocos jueces que lo hayan hecho. El único castigo en tu caso requiere que te mantengan en prisión durante el resto de tu vida".