Agencia SINC – A pesar de haber protagonizado dos populares cintas de Disney –Buscando a Nemo y Buscando a Dory, el pez payaso no lleva una vida de película. En los últimos años, sus poblaciones se han visto mermadas por el blanqueamiento de las anémonas, el cambio climático y la actividad humana. Ahora, a esta lista de amenazas se une una nueva: el exceso de sedimentos en su hábitat.
Cuando las demandas de mascotas se disparan tras éxitos de taquilla
Investigadores del Centro de Excelencia ARC para Estudios de Arrecifes Coralinos de la Universidad James Cook, en Australia, muestran cómo el pez de arrecife modifica su comportamiento en las aguas con gran acumulación de materiales sólidos, en un trabajo publicado en la revista Coral Reef.
"Las concentraciones suspendidas de sedimentos en las aguas costeras tropicales han aumentado sustancialmente en las últimas décadas como resultado de las actividades humanas”, señala Jodie Rummer, profesora de la universidad australiana y una de las autoras principales de la investigación.
“En el estudio nos preguntamos si esta visibilidad reducida afecta al rendimiento de los peces, especialmente a su capacidad para escapar de sus atacantes", añade.
Según los resultados, los ejemplares que viven en aguas turbias, al tener dificultades para ver a sus atacantes, se vuelven más cautelosos y muestran más alerta de lo que pasa a su alrededor.
No obstante, al dedicar un mayor esfuerzo en protegerse, estos peces cuentan con menos energía disponible para crecer y reproducirse y están menos activos cuando se trata de buscar alimento. Además, tienden a nadar menos y a evitar las zonas abiertas. A efectos de supervivencia, esto puede tener igual o peor impacto en sus poblaciones que la amenaza de los depredadores.
"Al comportarse de manera más cautelosa, reducen su movimiento y con ello, su área de distribución. Esto limita potencialmente su acceso a los alimentos y también puede reducir la capacidad de los individuos más jóvenes para encontrar una anémona adecuada que se convierta en su hogar”, explica la estudiante de doctorado Sybille Hess, líder de la investigación.
Estudio de la reacción del pez payaso
Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron la reacción de un pez payaso canela (Amphiprion melanopus) de un mes de edad ante un ataque simulado, después de haberle tenido en un tanque lleno de sedimentos durante siete días.
Entre los efectos secundarios de vivir en mares y océanos turbios, los expertos destacan que las poblaciones podrían experimentar a la larga un retroceso en su crecimiento. Asimismo, la adaptación al nuevo medio podría afectar al sistema inmunitario de los individuos.
Las consecuencias de habitar en aguas de mala calidad “son particularmente malas para los peces de arrecife de menor edad, porque la supervivencia es bastante baja durante esta etapa crítica de la historia de su vida", precisa Rummer.
La investigadora también señala que en el futuro pretenden estudiar cómo influye el exceso de sedimentos en los hábitos de los depredadores que dependen del agua clara para capturar a sus presas.