Cuando los hermanos Lumiere presentaron en 1895 la famosa grabación Salida de los obreros de la fábrica de Lyon es posible que no les alcanzara la imaginación para vislumbrar todo lo que su invento impactaría y transformaría a la humanidad entera. La fascinación que provoca el cine infecta a todo aquel que tiene contacto con él, y es muy placentero encontrarnos con películas que recuerden por qué el cine es grandioso. Así es Roma, la película del director mexicano Alfonso Cuarón que acaba de ser estrenada en Netflix.
Hemos escuchado mucho de Roma, los premios y nominaciones que ha cosechado, como el León de Oro a mejor película en el prestigioso Festival de Venecia, y sobre sus tres nominaciones en los Globos de Oro; así como las opiniones favorables de la crítica. Pero, y esto no debe olvidarse jamás, la opinión que más importa es la personal; porque el cine sucede entre el público y la cinta, y Roma extiende un diálogo amplio y sincero con el espectador y, además, escucha lo que tenemos qué decir.
Por qué ‘Roma’ no fue nominada a Mejor Drama en los Globos de Oro
Podemos decir en sentido figurado que Roma hace trampa. Y es que será casi imposible no caer en ella porque toca algo muy sagrado para cada persona: la nostalgia. Sin embargo, no lo hace por moda, como hemos visto proliferar en el cine y la televisión, o como si fuera un objeto comercial. No. Trata a la nostalgia como un material delicado y le hace un homenaje hermoso. Desde su tratamiento en blanco y negro la película nos está diciendo que está hablando desde el recuerdo, desde la añoranza, como sacando fotografías de un baúl o pasando las páginas de un álbum.
Además, Roma no se conforma con ser nostalgia. También es una ventana en donde vemos de manera muy clara y dolorosa la soledad de las mujeres. En todos los arcos y, claro, en el principal de Cleo (Yalitza Aparicio) las mujeres están solas, incluso un personaje en algún momento hace mención de esto y no podemos más que darle la razón. La soledad de las mujeres, sobre todo aquella que no se nota, que casi es invisible es un hilo conductor que nos demuestra el homenaje que el director quiso hacer a las mujeres de su vida. Este esfuerzo es notable y una de las muchas cosas que podemos atesorar de la cinta.
La riqueza visual y narrativa y, al mismo tiempo, la sencillez de todo lo que tiene Roma no dejará intacto al espectador, incluso si no es mexicano, pero sobre todo si lo es. La película de Cuarón sabe pero también huele y se oye como México. Lo mejor del caso es que aunque nos muestra un México que ya no existe, jamás lo hace con recursos baratos o cursis; es más, también nos muestra los horrores de la época, como la represión brutal del gobierno al movimiento estudiantil y las práctica reprobables de los grupos de choque. Roma se desarrolla entre el año 1970-1971, y nos recuerda que el influjo de la nostalgia puede ser letal si nos dejamos llevar por él y olvidamos lo malo, lo atroz y lo doloroso.
Roma tiene mucho que decirnos. Es de esa clase de películas que nos cuenta algunas cosas en el momento que la vemos por primera vez y otras después de su final. Nos invade con su esencia y vamos recordando cosas, trayendo lo nuestro. Así es, esas cosas maravillosas que ocurren con el cine. Por tanto nos atrevemos a decir que por eso no es de vital importancia en donde veamos Roma, también que los bloqueos que se le hicieron en México y en España no han evitado que se convierta en un fenómeno, porque, como decíamos al principio, lo más valioso del cine ocurre entre el espectador y la película y con Roma ocurren muchas cosas.
Ahora que ha llegado a la plataforma de Netflix se marca un punto de inflexión para el gigante del streaming y vuelve a agitar la discusión de si la proyección en salas de cine valida a las películas o no, o si son un medio o el fin —aunque de existir uno sería el espectador—. Como quiera que sea, lo más importante será que veamos Roma, que disfrutemos su fluidez, su elegante sencillez, la riqueza de sus historias y su belleza total. Toda opinión sobre ella se queda corta y, lo repetimos, la más importante es la de cada quién.
Roma ya se encuentra disponible para todos los suscriptores de Netflix desde el 14 de diciembre.