Revitalizar terminales ya lanzados hace unos meses es una tendencia en auge entre varios de los fabricantes actuales. El coste de hacerlo es notablemente inferior gracias a que se aprovechan elementos de diseño y componentes de la anterior generación y, a cambio, el beneficio es obvio para los dos partes del trato: el consumidor obtiene una versión actualizada en ciertos aspectos que será más duradera en el tiempo y la compañía obtiene un mayor margen de beneficio.
No otra cosa sino esta la que hace Xiaomi con el Mi 8 Pro, un teléfono con la gran parte de sus rasgos calcados del más reciente Mi 8 pero que cuenta con ciertas particularidades para incentivar la compra por parte de la clientela. No obstante, y aunque las revisiones a medio plazo en otras ocasiones han demostrado ser excelentes ideas, en este caso la sensación que deja es la de quedarse a medio camino entre la utilidad y lo estético.
Manteniendo –casi– todo
La sensación de no estar experimentando un terminal todo lo bueno que debiera ser viene, en gran medida, por las concesiones que hace Xiaomi a la hora de mantener la herencia del Mi 8. Si uno observa la lista de componentes internos del mismo, las mejoras brillan por su ausencia, a pesar de que la cámara del anterior se posicionó de manera clara como uno de los puntos a revisar por no estar ofreciendo todo lo que debiera para el rango en el que se ubicada el dispositivo.
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De esta manera, el Mi 8 Pro cuenta con el procesador Snapdragon 845 de Qualcomm, ya en sus últimos estertores antes de ser reemplazado por la nueva generación y que llega junto a una única configuración de 8 GB de memoria RAM y 128 GB de almacenamiento interno. Poco más se puede pedir en estos apartados, más allá de quienes deseen una versión de más capacidad. Donde también habría sido de agradecer la paridad es en la batería, que desciende de los 3.400 a los 3.000 mAh.
La cámara, como mencionaba, queda intacta con una doble configuración trasera de 12 + 12 megapíxeles con aperturas f/1.8 y f/2.4, respectivamente, permitiendo realizar un zoom de dos aumentos sin pérdida cualitativa en la toma de la imagen. La frontal se mantiene también en los 20 MP con apertura f/2.0, siendo, si acaso, el aspecto más notable del todo el apartado fotográfico gracias a un modo retrato en los selfies con una definición y recorte muy correctos.
Primando lo llamativo
El Mi 8 Pro es un teléfono que tiene en lo llamativo el principal reclamo de cara la galería. Es por esta razón que llega con un lavado de cara en su parte trasera, donde al negro se le suman otras dos modalidades: una con tonalidades cálidas entre el naranja y el rosa y otra que muestra la aparente circuitería del terminal. En el caso de esta última, bien supimos hace unos meses tras la presentación del Mi 8 Explorer Edition que no se trata sino de una recreación falsa en favor de la estética –mostrar los componentes tal y como se encuentran dispuestos en el interior del dispositivo podría llegar a ser de todo menos agradable a la vista–.
Estos emulados componentes son acompañados por unos mensajes que Xiaomi ha tenido a bien serigrafiar, con frases (en inglés) como "Cree siempre que algo maravilloso está a punto de pasar" o "Ser la compañía más cool en los corazones de nuestros usuarios", además de palabras como "pasión" o "sinceridad". Junto a ello, otro detalle llama la atención de la parte trasera: ¿dónde está el lector de huellas?
Es otro de los reclamos, pues de la parte trasera pasa a ubicarse en la frontal, bajo el panel de la pantalla. Un movimiento que ya hemos visto en otros fabricantes durante estos últimos meses del año –véanse el Huawei Mate 20 Pro o el OnePlus 6T– y que ofrece al usuario la posibilidad de no tener que tantear la parte posterior del dispositivo en busca del sensor de desbloqueo cuando no pueda o quiera desbloquear el terminal haciendo uso del reconocimiento facial. Como ocurre en el resto de casos, este lector de huellas es algo más lento que los tradicionales, pero cumple la función sin mayores problemas.
Precio y disponibilidad del Xiaomi Mi 8 Pro y Mi 8 Lite
Xiaomi usa los dos únicos argumentos de haber modificado la parte exterior y haber trasladado el lector de huellas a la zona delantera para aumentar el precio original del Mi 8 en una centena de euros. El Mi 8 Pro se sitúa, por tanto, en los 599 €.
Junto a él llega también el Mi 8 Lite, más contenido en prestaciones, por 269 euros para su versión de 4 GB de memoria RAM y 64 GB de almacenamiento interno y por 329 euros en el caso de aquella con 6 GB de RAM y 128 GB de capacidad. Ambos se pueden comprar a partir de este mismo martes día 13 de noviembre.