La polémica está servida. Sobre la mesa del comedor escolar, dos platos. Exactamente el mismo tipo de comida, excepto por la cantidad. Una tiene menos gramos, en algunos casos -como el de las lentejas- hasta 20 menos que en la otra y se sirve a las niñas, escudándose en el hecho de que ellas necesitan menos calorías diarias. Pero ¿es cierto que deben comer menos las niñas que los niños?
Si bien es cierto que las indicaciones de ingesta de calorías se separan por sexo debido a que las mujeres no necesitan el mismo aporte que los hombres, esto no suele hacerse durante la niñez, cuando ambos sexos necesitan casi el mismo aporte calórico para crecer. Es más, los aportes calóricos diarios "nunca" tendrán "más diferencia que unas 100 o 150 calorías en todo el día, es decir, en cinco comidas, hasta casi los 12 años", tal y como explica a Hipertextual Pablo Ojeda, dietista y experto en obesidad. "¿Qué vas a hacer? ¿Quitarle una cucharada de lentejas a la niña en una comida? Es un absoluto sinsentido", añade.
Además, el aporte de calorías que una persona necesita, también en el caso de los adultos, se calcula en función de varios factores como el deporte que uno realiza o la altura que tenga. "No sabes si esa niña tiene una actividad extraescolar que la hace ser más activa; si quema más calorías porque su metabolismo basal es más alto" o, incluso, si la situación en su casa le impide realizar alguna de las otras comidas del día.
"En la Guía metodológica para la enseñanza de la alimentación y nutrición de la FAO, en el apartado de Nutrición y salud hace una relación entre el crecimiento y la alimentación dividida en dos parte: una para preescolar e infantil, y otra para la adolescencia. En la primera se habla todo el rato de niñas y niños. En ningún momento te hace una diferencia a la hora de la alimentación, pero sí dice que es una edad fundamental para el desarrollo cognitivo de los pequeños y que su alimentación debe ser adecuada", explica el dietista andaluz. "Si una niña no recibe una alimentación adecuada no solo se va a quedar hambre, puede estar más cansada e, incluso, rendir un poco menos", comenta Ojeda.
Las diferencias en cuanto a la alimentación comienzan a partir de los 12 años, cuando los ellos empiezan a requerir más calorías. La FAO dice: "En este grupo existen subgrupos que obedecen a los marcados cambios que se producen durante la pubertad (aproximadamente los 12 años), en cuanto a velocidad de crecimiento, actividad física, desarrollo de la sexualidad y la personalidad.", cita Ojeda. "En la adolescencia se debe de tener en cuenta en la alimentación el desarrollo, distinción que en los niños no te hace en ningún momento. Ninguno", sentencia el dietista. "Y eso lo dicen la FAO y la OMS, que es la máxima autoridad en cuanto a salud", señala.
¿Es para evitar la obesidad?
La obesidad es una enfermedad que también puede afectar a los pequeños de la casa. A finales de agosto, la OMS publicó un estudio en el que se reflejaba que los países mediterráneos tiene mayor proporción de obesidad en la población infantil. En España alrededor de un 40% de los pequeños tienen sobrepeso u obesidad, según el informe.
Sin embargo, quitarles comida del plato del colegio no solucionará este problema en ninguno de los sexos: "Se escudan en que quitarles esas porciones del plato ayuda a reducir la obesidad, pero la obesidad no viene de la comida de los colegios", sentencia Ojeda. "La diferencia es de unas 100 o 150 calorías al día y la obesidad no viene por los alimentos sino por los productos, es decir, por las chucherías, los bollicaos o los cereales del desayuno", explica. "Así que es ridículo quitarle un puñadito de legumbres a una niña", apunta.
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El deporte como factor en la alimentación
Como ha señalado Ojeda, un niño o niña que realice deporte necesitará un poco más de alimentos y, si en vez de dárselos a una niña que realiza deporte, se le quitan, "esa niña va a estar floja, no va a tener capacidad cognitiva o para prestar atención, no va a rendir y eso es un problema grande".
La diferencia, además de ser por sexo en los adultos, también variará según si uno es o no deportista. En el caso de hombres y mujeres adultos "sí existe" esta distinción y puede llegar a haber una diferencia de hasta casi 1.000 calorías: "En hombres sedentarios, la media está en unas 3.000 calorías al día y en una mujer está entre las 1.800 y las 2.000", ilustra Ojeda. "Si nos metemos en el deporte, los que van al gimnasio o están apuntados a alguna actividad tipo zumba o aerobic, se puede aumentar hasta las 5.000 calorías hombre y 3.500 en mujeres". Aquí no solo se ve la diferencia entre sexos, señala el experto en obesidad, sino también entre quienes hacen deporte y quienes no.
¿Y esta diferencia en la edad adulta a qué se debe? Ojeda lo expica: "Esto pasa porque el hombre desarrolla más masa muscular, por lo que consume más oxígeno y este consumo de oxígeno produce más gasto energético". Es más, un deportista profesional tendrá un "requerimiento energético muchísimo mayor". Por ejemplo, un chico o chica que sea nadador profesional, explica, puede tener un requerimiento de unas "6.000 o 7.000 calorías". "Y da igual su sexo, su requerimiento energético será mayor que el de otro chico o chica que no haga deporte, por lo que comerá el doble", afirma.
Sin la orientación adecuada
Todo esto lo sabría ya la Junta de Andalucía si tuvieran nutricionistas entre las personas que realizan estos menús. Pero no es así. "Parecerá una broma, pero en Andalucía el menú lo hace un veterinario", señala Ojeda. Una persona especializada en veterinaria y otra en farmacia son los encargados de decidir qué se llevan a la boca los niños y niñas andaluces.
A ellas les sirven menos comida por ser niñas, por lo que el Defensor del Pueblo Andaluz ha aceptado la queja presentada por la plataforma de madres y padres Escuela de Calor e investigará lo que ha pasado. Esta plataforma, que busca gestionar desde los propios centros los comedores y no a través de empresas de catering, fue quien dio la voz de alarma sobre lo que estaba sucediendo en los comedores de algunos centros de preescolar y primaria que la empresa Aramark gestiona.