Netflix estrenó recientemente en su catálogo el especial de comedia llamado Historia latina para idiotas, de John Leguizamo. Un programa extraído de su show en Broadway que el actor colombiano-puertoriqueño-estadounidense presentó durante 2017 y 2018, en donde, como su nombre lo dice, da una lección de historia latina... para idiotas.
Se trata de un sorprendente título de comedia que por fortuna llegará a millones de hogares a través de la plataforma de streaming. Por fortuna porque lo que Leguizamo presenta es necesario y urgente, pues todo aquel que se considere "latino", viva o no en Estados Unidos, y esto es lo más afortunado, encontrará su propia historia y la de sus antepasados narrada como nunca antes se había contado. Este actor se atrevió a quitar la paja que escribieron los "vencedores", es decir, los países colonizadores de América; el romanticismo con el que se trata a los pueblos nativos de antaño, en contraste con lo que sucede en la vida actual. Se atreve a poner las palabras correctas para describir lo que realmente sucedió en el llamado "descubrimiento" de América: holocausto, masacres, saqueos, violaciones, robos, exterminio; por mencionar unas cuantas.
Historia latina para idiotas está lleno de comedia y sátira con el que se puede reír a pierna suelta. Pero también nos llevará por caminos oscuros en donde solo nos queda reír de amargura o apretar la quijada de impotencia. Este show de 90 minutos es una de las mejores clases de América Latina que se hayan dado en la televisión —o lo que sea que hizo en este caso Netflix, pues armó el programa con el contenido de tres presentaciones en el teatro—.
Leguizamo hace un recorrido por tres milenios de historia a propósito de contar cómo intentó ayudar a su hijo con una tarea y defenderlo de los bullies que se rieron de su ascendencia latina. A partir de eso extiende su relato por su propia vida como estudiante, como vecino de Queens y como niño colombiano que migró con su familia a Estados Unidos. Su relato es entrañable, divertido y a la vez crítico.
Muy pronto demuestra que todos (los latinos) sabemos de lo que habla, incluso sin ser migrante en Estados Unidos. Sabemos cuando habla de las ofensas que se utilizan para referirse a los latinos —frijoleros, sudacas, espaldas mojadas, grasientos—; sabemos lo que se siente crecer sin ser representado o serlo únicamente con estereotipos. Sabemos que la lección de los países poderosos y de los grupos que se creen superiores a otros no está aprendida pues se está repitiendo de otras formas pero con la misma esencia y que esto nace principalmente de negar o minimizar lo sucedido históricamente. También sabemos que los dreamers y las generaciones jóvenes de los países latinoamericanos viven bajo dos fuegos culturales: el de sus ancestros y el de la vida actual, globalizada, estandarizada en muchos sentidos y por tanto despersonalizada, incluso avergonzada, de sus raíces.
Historia latina para idiotas es una excelente opción para todos los interesados en la comedia, en la historia, en reír y pensar al mismo tiempo. El ritmo del programa es muy ameno; como se trata de una puesta en escena, el escenario ayuda mucho a la narración de Leguizamo. Como toda lección de historia todo comienza en un pizarrón y unos cuantos libros, pero ambos elementos son tratados con irreverencia y crítica por este actor. Los 90 minutos de esta imperdible comedia están llenos de anécdotas, de baile, música, representaciones burdas —con toda la intención de serlo— de los diversos personajes y situaciones históricos, así como divertidas interacciones con el público. Eso sí, como sucede con los comediantes, si el protagonista te "hace ruido", no te gusta su histrionismo o su tono, es posible que no lo disfrutes del todo, aunque en este caso su mensaje y su intención sean tan interesantes. Es válido: "para gustos, los colores".
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Historia latina para idiotas se encuentra disponible en la plataforma de Netflix para todos sus suscriptores.