Lo mantenían muy en secreto, pero el nuevo proyecto de Glovo para Madrid lleva operativo un par de semanas. De momento, es una opción bastante escondida en la aplicación, pero la idea es que pase a ser uno de los nuevos modelos de negocio de la tecnológica. De poder competir con todos los elementos del sector, este sistema podría convertirse en uno de los más rentables para Glovo.

"Super Glovo", que así es como se le ha llamado al nuevo proyecto de la compañía liderada por Óscar Pierre, tiene la vocación de convertirse en el súper 24 horas al día y 7 días a la semana de la compañía. De momento, solo existe un local en Madrid, pero la idea es abrir al menos cuatro. El barrio de Tetuán acoge 200 los metros de la dark store con los productos básicos de una compa diaria. A largo plazo, comenta el fundador, está la idea de poder gestionar la compra semanal de los usuarios. Esto requeriría un cambio de base: los propios repartidores. Si bien es cierto que una compra diaria tiene cabida en la mochila de los riders, no ocurre lo mismo con una compra semanal. En este sentido, Pierre afirma que están estudiando las opciones entre las que se barajan la contratación de repartidores con camiones o contratar los servicios de autónomos con estos modelos de transporte.

Entre 8 y 10 empleados en cada tienda, que puedan gestionar todos los pedidos en menos de 30, tendrán la misión de competir el segmento de los súper 24 horas. De esta manera, Glovo mata dos pájaros de un tiro: por un lado, eliminaría el problema de las horas desiertas. La tecnológica, aunque ofertando toda clase de mensajería en cualquier momento, sigue siendo muy sensible a los horarios de comida. Mantener la actividad a lo largo de toda la jornada otorgaría una mayor capacidad en la gestión de los horarios de su flota de riders. Por otro lado, estaría el ahorro en los procesos intermedios. Glovo compra directamente a proveedores y gestiona los servicios desde sus propias sedes; todo se reduce tanto en tiempo de preparación, como en dinero de gestión.

Y junto a este nuevo lanzamiento, también estaría el CookRoom. Algo que ya lanzase Deliveroo en Madrid hace unos meses y a lo que Glovo también se ha querido unir. Cocinas, en diferentes puntos de las ciudades, para que restaurantes puedan abastecer a sus clientes fuera de su área de influencia. Hasta la fecha, explican, solo cuentan con instalaciones en Madrid, Barcelona y Chile, pero la idea es seguir creciendo en todos los mercados.

Resultados complejos

España está siendo casi rentable, pero Glovo ha tenido que hacer una rebaja en las previsiones de ingresos para el cierre de 2018.

17 millones de euros en ingresos en 2017, de los cuales 14,2 corresponden a España con unas pérdidas de 9 millones de euros (5,2 millones en España); con estas cifras Glovo cerraba 2017. Una situación financiera que les dejaba lejos del break even. Y, de momento, y con una ronda de financiación de 115 millones el pasado verano, la tecnológica sigue invirtiendo a pérdida.

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Para 2018, Glovo tiene en mente unos 300 millones de euros transaccionados y 80 de facturación –20 menos de los que hablaban hace unos meses–. En cuanto a las pérdidas, la tecnológica no ha arrojado previsiones. ¿El motivo de esta bajada en las cifras? Oscar Pierre explica que no tuvieron en cuenta la estacionalidad. Las cifras de verano no fueron todo lo buenas que se podía esperar: Glovo funciona mejor cuando hace frío. Por otro lado, aunque su crecimiento en Latinoamérica ha sido progresivo, el precio medio de los pedidos es inferior al ticket en España, un 60% más bajo concretamente, con lo cual los ingresos son inferiores. Y, aún teniendo en cuenta que 1/3 de la facturación sigue estando en España, las cuentas se han resentido.

Pese a todo, Glovo quiere llegar a los 300 ingenieros en 2019; ahora mismo cuenta solo con 60, enfocar su inversión en sus dos nuevos servicios y ampliar la flota de los repartidores a 70.000. Con todo, según Pierre, "el objetivo es alcanzar el break even en 18 meses".

A proposito de los riders

La situación de los riders sigue siendo un asunto complejo. "Tenemos un entorno legislativo poco claro", ha explicado Pierre, "no hay propuestas a futuro sobre los nuevos modelos de empleo".

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Glovo cuenta con una inspección de trabajo a su favor, pero un caso pendiente en Zaragoza. No ocurre lo mismo con la jurisprudencia creada a costa de Deliveroo. No está claro cuál es el futuro de estos modelos de negocio, pero una sentencia del Tribunal Superior de Justicia en contra del sistema de los riders pondría el peligro los modelos de negocio de estas compañías. Si desde Deliveroo ya confirmaban que sería el principio del fin, Glovo ha tenido una posición algo más tibia. "sería un fiasco, pero habría que adaptarse", ha argumentado Pierre. Sin dar solución al cómo gestionaría la compañía la contratación de casi 70.000 repartidores, lo que sí ha confesado es que el foco del negocio saldría de España para dirigirse a sus otras geografías.