La versión del trepamuros de Insomniac Games lleva con nosotros unos días. ¿Estamos ante el videojuego definitivo de Spider-Man? Hemos recorrido las calles de Nueva York durante treinta horas y os contamos nuestro veredicto. El gunplay de Call of Duty, los lanzamientos del hacha Leviatán de Kratos en God of War o o el salto en Super Meat Boy. En los videojuegos, una mecánica refinada y satisfactoria puede marcar la diferencia y convertirse en el núcleo de una experiencia que crece y se expande a su alrededor. Con Marvel’s Spider-Man, Insomniac Games ha conseguido eso mismo. Por partida doble.

La primera de esas mecánicas, esencial e inherente a uno de los superhéroes más populares del mundo, es su movimiento, balanceándose entre edificios a base de lanzar telarañas e impulsarse gracias a ellas. Es algo básico y que da sentido al resto de la experiencia: que la forma de movernos por Nueva York sea tan satisfactoria y divertida per se hace del conjunto algo mucho mejor desde su misma base.

Tan solo con el uso de un par de botones y a golpe de decenas de animaciones, algo tan mundano como ir de aquí para allá se convierte en la primera forma de hacernos sentir Spider-Man; lo ajustado de su control hace que nos podamos mover cómo él tras apenas cinco minutos de juego y, desde ahí, todo va hacia arriba.

El segundo pilar sobre el que se sostiene Marvel’s Spider-Man es su combate, claro: heredando claramente la esencia del sistema creado y popularizado por Rocksteady en su saga Batman Arkham, Insomniac va aquí un pasito más allá; de hecho, es un sistema que encaja mejor con Spidey que con el Caballero Oscuro ya lo que en uno son volteretas un tanto forzadas y deslizamientos exagerados para encadenar golpes, aquí se resuelve con un lanzamiento de telaraña, yendo un paso más allá en fluidez y dinamismo.

De esta forma se consigue que cada enfrentamiento sea orgánico, cómodo, directo y, sobre todo, divertido. Incluso en los primeros compases, donde no contamos con muchos de los artilugios y mejoras podremos desbloquear, aporrear enemigos alargando el combo mientras intentamos no ser golpeados es toda una gozada. Con apenas tres botones llegaremos a tener un control total y absoluto de Spidey, ejecutando coreografías que ya quisieran para sí las películas y cómics del superhéroe. Quizá ese es el secreto de Marvel’s Spider-Man, conseguir mucho con muy poco.

Y soportando, a la vez que potenciando, dichos pilares encontramos el sistema de progresión: subiendo de nivel podremos desbloquear habilidades que, no es algo que ocurra siempre, suelen tener una notable influencia en el gameplay y nuestro personaje y, por otro lado, completar tareas secundarias nos permitirá comprar y mejorar distintos trajes y artilugios que van desde una mina que, tras ser activada, adhiere al objetivo a la pared u objeto más cercano hasta redes eléctricas o una más que útil bomba de telarañas. De nuevo, una acertada capa adicional.

Pero más allá de lo puramente mecánico, ¿qué tiene que contar Marvel’s Spider-Man? Aquí Insomniac Games crea su propia versión de Peter Parker y su alter ego superhéroico: lejos de la versión adolescente que acostumbramos a ver en la gran pantalla, nos encontramos con un Pete de 23 años que ya lleva ocho enfundándose las mallas a diario. De esta manera, poco a poco comprobaremos que Spider-Man ya se ha enfrentando a la inmensa mayoría de grandes villanos de su franquicia, que ha tenido sus altibajos en su relación con Mary Jane Watson y que, en definitiva, lleva mucho tiempo formando parte del mundo. Así, la experiencia queda muy lejos de ser una historia de orígenes o un viaje iniciático.

Tanto es así que el videojuego reúne un extenso plantel de los más grandes villanos a los que suele hacer frente el trepamuros en las viñetas y películas, incluido el Mr. Negativo que todos habíamos visto mil y una veces en los tráilers (por ello cuesta entender la decisión de dar ceremonia e incertidumbre a desvelar su verdadera y obvia identidad), como Scorpion, Vulture o Shocker aunque, eso sí, la distribución de sus respectivos enfrentamientos a lo largo de la historia está un tanto desequilibrada.

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Pero hay mucho más allá de los villanos: a la ya citada Mary Jane Watson se le unen otros secundarios como la siempre amable tía May, la eficaz policía Yuri Watanabe o un Miles Morales que ya ha sido Spider-Man en los cómics. Y también un Otto Octavius que, en un agradable y bienvenido giro en el lore del héroe, ejercerá el papel de mentor e ídolo en labores científicas. Entre unos y otros van tejiendo una historia que siempre se sigue con interés y que, sobre todo en su tramo final, ofrece misiones que derrochan épica y frenetismo. No hablamos de la historia definitiva de Spider-Man pero sí que, pese a algunos altibajos, de una aventura más que satisfactoria.

Es una pena, por ello, que los contados defectos de la experiencia sean tan palpables y claramente identificables: hablo de los minijuegos utilizados para diversos fines (desactivar bombas, identificar sustancias químicas, entre ellos) y, sobre todo, de las misiones centradas en el sigilo en las que controlamos a otros personajes como, en su mayoría, Mary Jane. Siendo justos, ninguna de las dos cosas es eminentemente negativa pero sí que, por falta de mejores o más variadas ideas, su repetición y, sobre todo en el caso de las misiones, cierta tendencia a cortar el ritmo e incluso frustrar enturbian moderadamente la experiencia.

Cinco cosas que nos encantan del videojuego ‘Marvel’s Spider-Man’

Por último, si una cosa tienen en común el héroe, los villanos, los secundarios de lujo y los escenarios a recorrer son su genial recreación: Marvel’s Spider-Man es un videojuego que sorprende en lo técnico y lo hace por varios motivos; el primero, que un videojuego de su envergadura y nivel de detalle se mueva a la perfección en unos firmes 30fps y 1080p en una PS4 Slim. El segundo, lo detalladísimo y cuidado de modelados, animaciones, texturas, iluminación o efectos de partículas que, en conjunto, nos dan una fantástica recreación del amplio plantel de personajes y la ciudad de Nueva York y unas escenas de vídeo que poco o nada tiene que envidiar a cualquier otro videojuego del mercado.

Conclusión

Marvel’s Spider-Man coge de aquí y allá, de entre títulos previos del héroe y otros referentes como la saga Batman Arkham, para crear el videojuego definitivo del trepamuros. Insomniac Games cuaja una experiencia divertida y satisfactoria a cada paso, con unos sistemas de movimiento y combate sobresalientes que no hacen más que mejorar gracias a la progresión y mejora de nuestro Spidey.

Por el camino se nos cuenta una historia interesante que va in crescendo, nos ofrecen una fantástica recreación de la ciudad de Nueva York y saltean la experiencia con multitud de contenido secundario que, eso sí, no está siempre igual de inspirado. Además, todo luce de escándalo gracias a unos apartados gráfico y técnico de primer nivel.

Marvel’s Spider-Man es accesible a la vez que profundo, intenso, carismático, espectacular, satisfactorio y, sobre todo, tremendamente divertido. ¿Para cuándo Marvel’s Spider-Man 2?

Pros

  • El combate y el movimiento. Maravilloso en lo jugable
  • Gráfica y técnicamente alcanza un nivel muy alto
  • El sistema de progresión y los desbloqueables
  • La recreación de Nueva York
  • El tramo final de la historia. In crescendo jugable y emocional
  • La banda sonora de John Paesano, influenciada por el Spider
  • Man de Raimi

Contras

  • Las fases centradas en el sigilo son repetitivas y aburridas
  • Ciertos minijuegos y tareas secundarias no están al nivel del resto
  • La forma en la que se utiliza a algunos villanos en la historia

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