Desde su aparición en 2007, el iPhone se ha convertido en la cámara fotográfica más popular de la historia. Su portabilidad, facilidad de uso y el progresivo avance tecnológico que ha sufrido durante los últimos años han sido las principales claves del éxito.
Pero en 2018, la competencia muestra más fortaleza que nunca. La cámara que parecía imbatible durante años, ahora tiene a su lado a rivales de Samsung, Huawei y Google que pueden plantarle cara en múltiples escenarios —y en algunos, incluso, llegar a superarle—. Para intentar contrarrestar esa amenaza, Apple ha mejorado sustancialmente la experiencia fotográfica en los iPhone XS y XS Max. Pero, ¿cómo de notoria es esta mejora? ¿En qué puede apreciarse evolución respecto a los modelos previos? ¿Es mejor o peor que la competencia?
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Comprendiendo las mejoras del iPhone XS
El eje de todas las mejoras fotográficas del iPhone XS se llama Smart HDR. Este nuevo sistema, relativamente similar al HDR+ de Google, captura diversas fotografías cuando el usuario presiona el obturador. Cada una de ellas se toma con un nivel diferente de iluminación, lo que permite identificar detalles tanto en las sombras como en las luces de una misma escena. Toda esa información, analizada y combinada por los diferentes módulos del A12 Bionic, genera una imagen final con un resultado mucho más rico y fiel a la realidad.
Para que este sistema sea efectivo, no obstante, se deben cumplir dos objetivos básicos:
- Que sea invisible. La combinación de imágenes debe realizarse en segundo plano, sin el conocimiento del usuario. Algunos teléfonos de la competencia tardan varios segundos en combinar las imágenes. El iPhone XS, en cambio, lo hace al instante gracias al poderío del A12 Bionic.
Que sea versátil. Aplicar esta técnica cuando las condiciones lumínicas son favorables resulta bastante sencillo. Sin embargo, lograrlo cuando estas son adversas (poca iluminación, sujetos en movimiento, etc.), es mucho más complejo. Apple también cumple con este objetivo en el iPhone XS, y para ello se apoya en dos elementos importantísimos: el sensor de mayor tamaño y la reducción de ruido.
Buscando más luz sin penalizar la versatilidad
Observando todas y cada una de las fotografías tomadas con el iPhone XS —y su variante Max— durante los últimos días he podido identificar un nuevo comportamiento generalizado: todas las imágenes han sido capturadas con un ISO mayor y una exposición menor que las de su predecesor. Esto, teóricamente, afecta negativamente a la fotografía final, pero gracias a la magia del iPhone XS, los resultados son significativamente mejores. Esto es lo que hace Apple:
- Para tomar muchas fotografías de una misma escena —y poder aplicar el modo Smart HDR—, los tiempos de exposición han de ser reducidos. De lo contrario, la imagen puede resultar distorsionada.
- Al reducir los tiempos de exposición, la cantidad de luz capturada por el sensor decae inmediatamente. Para compensarlo, el nuevo iPhone hace dos cosas. Por un lado, aprovecha los píxeles de mayor tamaño —al ser más grandes, recogen más luz—. Y, por otra parte, eleva la sensibilidad ISO del sensor para conseguir más información lumínica.
- Al incrementar la sensibilidad ISO, los niveles de ruido crecen significativamente, lo que afecta a la nitidez de las texturas y degrada el resultado final. Para compensarlo, de nuevo, el iPhone hace uso de un sistema de reducción de un avanzado sistema de reducción de ruido. Este suaviza las texturas que presentan ruido e intenta generar una imagen final lo más fiel a la realidad posible.
Comparando con sus predecesores
- Los focos de luz están infinitamente mejor tratados.
- Hay menos áreas quemadas.
- Los colores son más atractivos y fieles a la realidad.
- Las sombras están mejor tratadas y muestran mayor contraste.
- Las texturas de los objetos son más limpias. Incluso de día, la diferencia en grano es notoria respecto a modelos previos.
- Los colores mantienen la uniformidad.
- Las transiciones de color son más progresivas. Se aprecia fácilmente, por ejemplo, en los cielos diurnos.
Comparando con el Pixel 2 XL
Confirmada —y demostrada— la mejora del iPhone XS, es momento de analizar su posición respecto a uno de los teléfonos con mejor cámara fotográfica: el Pixel 2 XL. En resumen:- En cuanto al tratamiento de luz, el XS suele generar resultados más neutros y reales. Sin embargo, hay algunas escenas en las que la “agresividad” del Pixel le beneficia en el manejo de luces.
- En la mayoría de situaciones, el algoritmo de reducción de ruido del iPhone XS trata bien las texturas y consigue reducir el nivel de grano sin sacrificar nitidez. Sin embargo, hay algunos casos muy particulares en los que el Pixel 2 XL logra resolverlo mejor.
- Las fotografías del Pixel 2 XL, por lo general, muestran más ruido que las del iPhone XS.
- Las fotografías del Pixel 2 XL tienen más contraste. A veces, este comportamiento se agradece. En muchas otras situaciones, sin embargo, este extra de contraste mata las sombras —o funde varios tonos de sombra en uno solo—. El iPhone, en cambio, lo hace mejor.
- La temperatura de color es, por lo general, más acertada y real en el iPhone XS que en el Pixel. Especialmente de noche.
- El Pixel 2 XL a veces levanta la iluminación de ciertos elementos y les agrega algo contraste. El efecto es muy placentero, aunque no siempre fiel a lo real.
- Los colores del iPhone son más bonitos y reales.
¿Y el modo retrato?
Los cinco teléfonos de referencia cuentan con modo retrato entre sus opciones fotográficas, pero ninguno de ellos es perfecto. Si se comparan con cámaras DSLR, todos muestran un margen de mejora en diferentes áreas. No obstante, y a pesar de las imperfecciones, el modo retrato del iPhone XS resulta ser el más equilibrado de todos. Mide bien las distancias, aplica el desenfoque con progresividad, ilumina bien y “colorea” apropiadamente los rostros. La competencia, mientras tanto:- El Pixel 2 XL, en varias ocasiones, sufre en la medición de distancias y enfoca áreas que no debería.
- El P20 Pro no conoce lo que es la progresividad de un desenfoque. Además, el bokeh sigue teniendo cierto olor a artificial.
- El Galaxy Note 9 es bueno en la detección de bordes, pero peca en el contraste y los tonos de piel —especialmente bajo condiciones lumínicas adversas—.