La lepra es esa enfermedad infecciosa que asociamos a nuestro pasado medieval, cuando los enfermos se recluían en hospitales especiales para que no contagiaran a otras personas. Y mientras pensamos que esta enfermedad es parte de nuestro pasado, en 2016 hubo más de 170.000 personas infectadas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque la enfermedad que provoca la bacteria Mycobacterium leprae —o bacilo de Hansen, nombrada así por el descubridor de la bacteria, Gerhard Armauer Hansen— tiene cura y esta ha conseguido disminuir el número de infectados, sobre todo en los países desarrollados. Pero sigue habiendo una puerta giratoria con la que no habíamos contado y que la está trayendo de vuelta, sobre todo en el continente americano: los armadillos son portadores e infectan a los seres humanos, según un nuevo estudio.

La lepra, una historia de marginación social

Síntomas y tratamiento

A través de la tos y los estornudos de una persona con lepra, otra puede contagiarse. "Causa lesiones en la piel, daños en los nervios, desfiguración y discapacidad", explica a Hipertextual John Spencer, investigador de la Universidad de Colorado. Aunque se trata de una enfermedad crónica, como explica la OMS en su web, hay tratamiento. La terapia multimedicamentosa, señala Spencer, se trata de tres fármacos administrados durante seis meses o un año y se empezó a utilizar en 1980. "Se entrega de manera gratuita a las personas diagnosticadas con lepra en todo el mundo", afirma el investigador principal del estudio.

En Estados Unidos "es raro" encontrar personas con esta enfermedad: se dan "menos de 200 casos en promedio por año", explica Spencer. No obstante, en Brasil "se diagnosticaron más de 25.000 nuevos casos en 2016", señala el investigador.

Armadillos como vectores de la enfermedad

Los armadillos de nueve bandas o Dasypus novemcintus son unos animales que habitan desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina y, además, son los que se han relacionado con la lepra. Es decir, se trata de vectores (seres vivos que transmite esta enfermedad). En apenas unos 100 años han llegado de México hasta "Texas, Louisiana y Florida" y ahí es dónde se contagiaron de los propios humanos, como señala el investigador. "Se ha demostrado que la transmisión zoonótica de la lepra por armadillos de nueve bandas ocurre en el sur de los Estados Unidos. Y lo mismo está sucediendo en Brasil, como demuestra nuestro estudio".

"Los armadillos no se encuentran en otros continentes, como África, Asia, Australia o las Islas del Pacífico. En estas áreas, la lepra se transmite de persona a persona", comenta a Hipertextual Spencer.

Estos pequeños animalillos nocturnos ahora le están devolviendo la lepra a los humanos. Pero, ¿cómo? Pues sencillo: a través de su carne poco cocinada y del manejo de su sangre sin guantes. En determinados lugares del continente americano, la carne de armadillo es un manjar, así que al comerla cruda o poco hecha, o al manipularla sin protección hacen que la persona se infecte. Esto sobre todo ocurre en ciertas zonas rurales de Brasil, según señalan en el estudio.

Un ejemplo que ponen los investigadores en el estudio es el pequeño pueblo de Belterra, al oeste del estado de Pará, una región amazónica de Brasil. De los 146 residentes a los que se encuestó, alrededor de 65% tenía contacto con armadillos ya fuese cazándolos, preparando la carne o comiéndolos. Aquellos dentro del grupo que comían más carne de armadillo —más de una vez al mes y hasta dos veces por semana— tuvo hasta un 50% más de anticuerpos para el antígeno M. leprae PGL-I mediante la técnica ELISA y hasta dos veces más de riesgo de ser diagnosticado con lepra, según explican los investigadores del estudio.

Este estudio es el primero que relaciona la lepra y los armadillos en Brasil ya que en Estados Unidos ya se demostró en 2011 tal y como publicó The New England Journal of Medicine. Y aunque se había intentado con otras investigaciones, no se había podido realizar la misma relación en el país sudamericano hasta ahora.

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