Sergei Zelensky/Nature/PAET SB RAS

Cada vez hay más evidencias de los cruzamientos entre especies de homínidos. Análisis genéticos, realizados por **investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (MPI-EVA), en Leipzig (Alemania), han confirmado que el trozo de un hueso de una adolescente de al menos 13 años de edad, que murió hace unos 90.000 años, pertenece a una descendiente directa de una mujer neandertal y un hombre denisovano*. El hallazgo sin precedentes ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature* este 22 de agosto.

El trozo de hueso de dos centímetros, denominado Denisova 11, fue encontrado en el 2012, en la cueva de Denisova, en las montañas de Altai, en la región de Siberia, en Rusia, por un equipo de arqueólogos rusos liderado por los investigadores paleogenéticos Viviane Slon y Svante Pääbo. Este último es director del MPI-EVA y recientemente fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2018.

MPI-EVA

La cueva de Denisova debe su nombre a que los **denisovanos fueron identificados por primera vez con base en las secuencias de ADN de la punta de un hueso de dedo que fue descubierto en dicha cueva en año el 2008**. Los neandertales también vivieron en la región de Altai y en dicha cueva.

El cruce entre especies de homínidos

Estudios recientes habían confirmado que *los Homo neanderthalensis se cruzaron en repetidas ocasiones con los Homo sapiens***, por lo que se ha demostrado que tenemos entre el 1 y el 3% del genoma con origen neandertal. Asimismo, que existió un tercer grupo de homínidos, el de los **denisovanos, y que algunos pueblos de Oceanía en la actualidad tienen cerca de un 5% del ADN deisoviano.

Aquellos amorosos neandertales

Sin embargo, esta es la primera evidencia que confirma el cruce entre los neandertales y los denisovanos*. Estos dos grupos de homínidos extintos convivieron miles de años en el oeste y este, respectivamente, de Eurasia durante la expansión de los humanos modernos, hace unos 40.000 años.

"Encontrar una persona de primera generación de ascendencia mixta de estos grupos es absolutamente extraordinario. Es una gran ciencia junto con un poco de suerte", dijo el genetista de poblaciones Pontus Skoglund, del Instituto Francis Crick en Londres, a Nature*.

La neandertal-denisovana

Los estudios genómicos también revelaron que su padre denisovano tenía al menos un antepasado neandertal. En tanto, su madre es genéticamente más cercana a los neandertales que vivieron en Europa occidental en comparación con el individuo neandertal que habitó la cueva de Denisova unos 20.000 años antes. Así, se ha demostrado que los neandertales migraron entre Eurasia occidental y oriental decenas de miles de años antes de su desaparición.

Pääbo ha destacado que es sorprendente haber encontrado "a esta chica neandertal-denisovana entre el puñado de individuos antiguos cuyos genomas han sido secuenciados", y explicó:

> Los neandertales y los denisovanos puede que no tuvieran muchas oportunidades de conocerse, pero cuando lo hicieron, se debieron aparear con frecuencia, mucho más de lo que pensábamos hasta ahora.

La coautora del estudio, Viviane Slon, también reiteró que si bien se sabía por estudios previos "que los neandertales y los denisovanos debían haber tenido hijos de vez en cuando", nunca pensó que serían tan afortunados de "encontrar una descendencia real de los dos grupos".

No obstante, los autores del estudio señalan que los dos grupos permanecieron genéticamente distintos el uno del otro, pues, aunque hubo hibridaciones, quizá fueran limitadas.